Corrupción, 'la peor plaga social y un fraude a la democracia”, alerta el Papa

jueves, 17 de noviembre de 2016 · 19:15
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Papa Francisco señaló hoy que la corrupción, generada por la “adoración del dinero”, es la “peor plaga social” y un “fraude a la democracia” que llega a provocar males tan terribles como la prostitución y el tráfico de drogas, armas y personas. Ante integrantes de la Conferencia Internacional de Asociaciones de Empresarios Católicos, con quienes se reunió en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa advirtió: “La corrupción es la mentira de buscar el provecho personal o del propio grupo bajo las apariencias de un servicio a la sociedad. Es la destrucción del tejido social bajo las apariencias del cumplimiento de la ley. “Es la ley de la selva disfrazada de aparente racionalidad social. Es el engaño y la explotación de los más débiles o menos informados. Es el más craso egoísmo, oculto detrás de una aparente generosidad”. Asimismo, Bergoglio dijo a este grupo de empresarios que la ausencia de corrupción es una de las condiciones necesarias para el progreso social, por lo que les pidió no caer en esa tentación, ya que “cualquier intento de corrupción, activa o pasiva, es comenzar a adorar al dios del dinero”. En un discurso pronunciado en español, el pontífice sostuvo que el dinero debe servir en vez de gobernar, por lo tanto, indicó que las empresas deben existir para servir y no sólo para ganar dinero, aunque éste sirva como medida de su funcionamiento. Por ello, les urgió a recuperar el sentido social de la actividad empresarial, aunque esto suponga el riesgo de “complicarse la vida” y renunciar a ciertas ganancias económicas. También lamentó que el crédito sea más accesible y más barato para quienes poseen más recursos, y en cambio sea más difícil de conseguirlo para quienes tienen menos, al extremo de que los sectores más pobres caigan comúnmente en manos de usureros sin escrúpulos. Luego indicó que esto mismo ocurre a nivel internacional, donde el financiamiento que reciben los países pobres se convierte en una actividad usurera. Por ello pidió que el crédito se dé en condiciones justas y accesibles. Por último, hizo un llamado a estos empresarios católicos para que promuevan acciones solidarias con los más necesitados, que pidan a sus gobiernos crear fuentes de trabajo digno, donde también se incluya a los inmigrantes.

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