Presidente de la Cámara brasileña revoca su decisión y da luz verde a juicio contra Rousseff

martes, 10 de mayo de 2016 · 13:49
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Waldir Maranhão, jefe interino de la Cámara de Diputados de Brasil, revocó su propia decisión de anular la votación del proceso de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. En un escueto comunicado difundido el martes en la madrugada y citado por la agencia AFP, Maranhão informó que “revocaba la decisión” tomada más temprano de anular la sesión del 17 de abril, en la que la cámara baja aprobó por mayoría el impeachment contra la mandataria. La carta representa una mera formalidad pues el presidente del Senado, Renan Calheiros, ya había decidido que el procedimiento de destitución de Rousseff por “maquillar” las cuentas públicas, seguirá el curso previsto en el pleno de la cámara alta este miércoles 11. Calheiros dijo que la medida tomada previamente por Maranhão, de anular la votación en la cámara baja, era “una broma sobre la democracia” y aceptarla atrasaría el proceso. Tras la decisión, se espera que este miércoles el pleno de 81 senadores inicie un juicio político a Rousseff para apartarla del poder por hasta 180 días, mientras se tramita el proceso y se llega a una sentencia definitiva. Si se concreta la suspensión de Rousseff por ese lapso, el vicepresidente Michel Temer, exaliado del gobierno y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina. Si Rousseff es finalmente destituida por dos tercios del Senado, Temer gobernaría hasta el fin del mandato, en 2018. Según analistas, el gobierno buscará paralizar el proceso en la Corte Suprema mediante medidas cautelares. De hecho, durante una reunión con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, a quien garantizó que el proceso respetará la ley, el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski, adelantó que la corte “dará prioridad a los recursos judiciales relacionados al impeachment”. Poco después de conocer la decisión de Maranhão, Rousseff declaró: “Precisamos defender la democracia, luchar contra el golpe, luchar contra todo ese proceso extremadamente irregular. Tengan cautela, vivimos una coyuntura de mañas y artimañas”, afirmó la primera presidenta de Brasil, una exguerrillera de 68 años reelegida hasta 2018 que acusa un “golpe parlamentario” en su contra. Rousseff no está sujeta a investigación o acusación alguna por corrupción. Pero sus mayores aliados y sus más acérrimos enemigos son investigados o acusados en el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, por un fraude a la estatal Petrobras por más de dos mil millones de dólares que engrosó bolsillos de políticos del gobernante PT y aliados, así como las arcas de sus partidos. Maranhão votó contra el impeachment de Rousseff en abril y asumió interinamente la jefatura de la Cámara Baja la semana pasada, para reemplazar a Eduardo Cunha, enemigo político de la mandataria y cerebro detrás del juicio político de Rousseff. Cunha fue suspendido de su mandato por la Corte Suprema por intentar obstruir las investigaciones en el escándalo de corrupción de Petrobras, en el que está involucrado. Al asumir el cargo, Maranhão admitió un pedido del abogado general del Estado y aseguró que en la sesión de la Cámara de Diputados del 17 de abril se prejuzgó a Rousseff al anticipar votos y restando a la mandataria el derecho a una legítima defensa. Sin embargo Calheiros consideró que “ninguna decisión unipersonal puede sobreponerse a la decisión colegiada” y rechazó acatar la decisión de Maranhão, de anular la votación del juicio político. La madrugada de este martes, el líder de la Cámara Baja, anunció que revocaba su decisión.

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