La disputa es por los bienes de Neruda

viernes, 6 de mayo de 2016 · 12:54
Casi 43 años después, la causa de la muerte de Pablo Neruda sigue sin estar clara… y su cadáver no tuvo reposo, aparentemente, sino hasta el pasado 26 de abril, cuando fue enterrado por cuarta vez. Pero más allá de eso, hay una disputa que no parece tener final: la que tienen los familiares del fallecido premio Nobel y la fundación que lleva su nombre. Y esa disputa tiene, en el fondo, móviles económicos. VALPARAÍSO, Chile (Proceso).- En medio de una fuerte controversia entre la Fundación Pablo Neruda y los sobrinos del poeta, se realizó el cuarto funeral de quien falleciera, posiblemente asesinado, en la Clínica Santa María de la capital chilena, el 23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende. Los restos se encontraban en la morgue capitalina desde el 8 de abril de 2013, cuando fueron exhumados desde su casa de Isla Negra, por orden del ministro instructor del proceso 1038-2011 “Caso Neruda”, juez Mario Carroza. El cuerpo fue entregado el 24 de abril por el Servicio Médico Legal (SML) al representante de la Sucesión Neruda, el abogado Rodolfo Reyes Muñoz. Inmediatamente los restos del poeta fueron trasladados al salón de honor de la antigua sede del Congreso Nacional, en Santiago, donde el 25 de abril el Senado le rindió “un homenaje popular” a quien fuera senador entre 1945 y 1948. La Fundación Neruda –constituida en 1986– se abstuvo de participar en tal acto, al cual calificó de “completamente absurdo”, como lo señaló el 25 de abril su director ejecutivo, el escritor Fernando Sáez, al vespertino La Segunda. Dijo que Reyes “tiene la especialidad de apropiarse de Neruda y de estar en las pantallas”. El encono de Sáez contra el vocero de los sobrinos de Neruda ya es del dominio público. El 7 de octubre de 2015, cuando el panel internacional de expertos del caso Neruda llegaba a la casa de Isla Negra en visita de trabajo, Sáez insultó a Reyes delante de todos, tal como éste denunció en escrito al juez Carroza: “Al descender del bus y acercarme extendiendo la mano para saludar al Sr. Sáez, éste me agredió verbalmente diciéndome: ‘¡Qué hacis aquí, huevón cara de raja… nadie te invitó!’”. En escrito presentado el 20 de octubre a la Corte de Apelaciones de Santiago, incluido en la carpeta 13 del “cuaderno separado” del expediente, la Fundación aseguró que Sáez sólo “se limitó a manifestar su extrañeza por la inclusión del Sr. Reyes (…) en atención a que él no tiene la calidad de experto”. En los días previos al último entierro, la Fundación Neruda difundió, vía correos electrónicos, mensajes con el encabezado “Información sobre el caso Neruda proporcionada por Bernardo Reyes”. Allí se propagaban una serie de escritos del sobrino nieto de Neruda y colaborador de dicha fundación, contra Bernardo Reyes. “Debo aclarar que la familia no ha convocado a homenaje alguno. Sí lo ha hecho un notable arribista a nombre de tres hermanos, siendo la parte minoritaria de los herederos, ha ignorado a un 65% de los herederos del vate”. Reyes atacó en su blog, en notas plagadas de descalificaciones, a quienes han aportado información relevante que apunta a establecer el asesinato de Neruda. Parte de sus acusaciones fueron recogidas por el semanario Qué Pasa –del 21 de abril– en nota que evidencia la molestia de la Fundación Neruda: “Pese a que ellos representan un porcentaje mayoritario del patrimonio del Poeta, ni siquiera fueron consultados”. Sin embargo, en el homenaje a Neruda en el Congreso Nacional y en el entierro –un día después– participaron los tres hermanos de Rodolfo, sobrinos directos de Neruda: José del Carmen, Trinidad y Jaime Reyes Muñoz (hijos de Rodolfo Reyes Candia, hermano de Neruda), además de sobrinos nietos y sobrinos bisnietos del poeta. En total: 22 familiares, todos los cuales respaldan el liderazgo de Rodolfo. Neruda murió sin descendencia directa puesto que su única hija, Malva Marina –que tuvo con su primera esposa, la holandesa María Antonieta Hagenaar– falleció por hidrocefalia en 1942, en Holanda, a los ocho años. En el homenaje a Neruda también colaboraron la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), el Partido Comunista (PC) y el Sindicato de Trabajadores de la Casa Museo de Isla Negra. “Vuelta de carnero” En entrevista con Proceso, el abogado Rodolfo Reyes expresa que la Fundación Neruda está molesta porque la Sucesión Neruda se ha hecho parte activa de la investigación por “el delito de asociación ilícita y muerte” del poeta, iniciada el 31 de mayo de 2011 tras una querella del PC. Reyes subraya que esto ha dejado en evidencia el proceder de la Fundación, que ha descartado la tesis del homicidio desde que comenzó la controversia tras la publicación en este semanario (Proceso, 1801) del reportaje “Neruda ‘fue asesinado’”. En diciembre de 2011, el entonces presidente de dicha Fundación, Juan Agustín Figueroa, rechazó la exhumación del cadáver del poeta solicitada por el PC, aduciendo que “sería un verdadero acto de profanación” ejecutarla. “No creemos que haya intervención de terceros en su fallecimiento”, según dijo a Radio Bío Bío. La Fundación Neruda también obstaculizó las pesquisas. El 23 de septiembre de 2013, al cumplirse 42 años de la muerte de Neruda, emitió un comunicado en el cual sostuvo “que el tiempo transcurrido es más que suficiente para realizar los peritajes e investigaciones”, exigiendo que a la brevedad volvieran los restos de Neruda a Isla Negra. Esta posición se hizo sentir en el panel de expertos del caso Neruda. En reunión de 24 de octubre de 2014, sostenida en la Dirección del SML, el coordinador de este equipo, el antropólogo forense español Francisco Etxeberría, expresó que había tomado conocimiento “que existe cierta presión por la entrega de los restos”. Esto consta en el acta de dicha cita anexada a fojas 474 del cuaderno reservado de esta causa, al que este corresponsal tuvo acceso. “Presionaron para que los restos volvieran sin que se hayan hecho los peritajes esenciales… pero si esto es una investigación criminal ¡Que horrible! ¡Cómo se explica que una institución que lleva el nombre del tío Pablo actúe así! ¡Es terriblemente vergonzoso!”, señala Reyes en la entrevista. La posición de la Fundación Neruda tuvo un giro radical en los últimos días. En entrevista con este medio, el 26 de abril en Isla Negra, su presidente, Raúl Bulnes, expresó que el homicidio “es una suposición plausible, sobre todo conociendo todo lo que hizo la dictadura y considerando el corto tiempo transcurrido desde el golpe hasta la muerte de Neruda”. Bulnes, arquitecto, informa que abordaron este tema en el directorio de la Fundación, que preside desde 2014. “Resolvimos que no podíamos oponernos a investigaciones si había causas reales que lo justificaran”. Además aseguró que “el cáncer terminal existió, pero también pudo haber intervención de terceros”. Paola Reyes, quien junto a Rodolfo –su padre– y Elisabeth Flores son los abogados de la Sucesión Neruda en la causa, definió este cambio de posición como “increíble vuelta de carnero”. Expresa que a su juicio este giro “se produce ahora que los antecedentes contenidos en la causa contienen presunciones extremadamente fundadas de que Neruda fue asesinado”. Comerciantes Pese a que la pugna por la causa de la muerte es la que más revuelo ha tenido recientemente, hay otros motivos de pugna que se relacionan con el legado y los bienes del poeta. Reyes estima que la Fundación Neruda “tiene una visión excesivamente comercial” y que incluso “cobraba por entrar a la tumba de Neruda”. Por lo mismo, su familia advirtió públicamente –en 2013– que, de no modificarse esa práctica, los restos no volverían a Isla Negra. “¡A Neruda jamás se le hubiese ocurrido que se cobraría por visitar sus restos!”, expresa Reyes en la entrevista. Bulnes niega tajantemente que se hayan producido este tipo de cobros. “¡Jamás en la vida!”, asegura. No obstante, hay que precisar que sólo semanas antes del nuevo entierro se habilitó una entrada independiente que ahora permite visitar el sepulcro sin necesidad de pagar. –A la Fundación Neruda se le critica tener un manejo excesivamente comercial de la imagen y bienes de Neruda, que se ha traducido en la cesión de la marca a empresas de vinos, chocolates y hoteles. ¿Usted cree que eso está en la línea de lo que Pablo Neruda hubiera querido? –le pregunto a Bulnes. –Hemos aceptado muy pocas cosas. La entrega del nombre para la elaboración de un vino (a la Viña Undurraga) lo aceptamos por ‘La oda al vino’. Se trata de promover cosas que le gustaban a Neruda. El vino era especial para él, además, ese acuerdo fue por un periodo determinado… y nunca más. “No me gustan ese tipo de acuerdos, pero hay veces que nos insisten que hagamos algunas cosas, y las hacemos, porque cuesta mantener las tres casas (La Chascona, de Santiago; la Sebastiana, de Valparaíso; y la de Isla Negra) y no podemos usar fondos de la Fundación, sólo usamos sus intereses.” Pablo Neruda expresó su voluntad respecto de su casa de Isla Negra en el poema-testamento de Canto general (1950): “Dejo a los sindicatos/del cobre, del carbón y del salitre/mi casa junto al mar de Isla Negra./Quiero que allí reposen los maltratados hijos/de mi patria (…) Justamente, con el propósito de escribir Canto general, Neruda adquirió en 1939 esta casa que más tarde legó al PC. En 1992 el primer gobierno posdictatorial –encabezado por el democratacristiano Patricio Aylwin– la facilitó a la Fundación Neruda. Pero poco después de que se promulgara la ley que restituyó las propiedades confiscadas a los partidos políticos en la dictadura militar (1998), la entregó a este partido, el que inmediatamente la vendió a la Fundación Neruda. “La venta, al estilo de la efectuada por Esaú con su primogenitura, se hizo de espaldas (…) de la propia militancia”, sentenció la escritora Virginia Vidal en su artículo “Isla Negra de Neruda propiedad del PC”. Allí añadió: “Se entregó (…) con las valiosas colecciones y objetos que contenía, por trescientos millones de pesos, más o menos el precio de un departamento en Viña (del Mar)”. La Fundación Neruda ha incumplido el anhelo del poeta de construir Cantalao, especie de ciudadela para escritores que Neruda proyectaba emplazar en un terreno de cinco hectáreas en las cercanías de Isla Negra, y cuyos planos y maqueta serían presentados el 11 de septiembre de 1973. Tampoco ha materializado la voluntad del poeta en lo relativo al carácter y composición de la entidad llamada a administrar sus bienes, que aquel denominó Fundación Cantalao y cuyos estatutos serían presentados el 11 de septiembre de 1973. En ésta se consideraba un directorio de siete miembros: dos representantes de Neruda; los rectores de las universidades de Chile, Católica y Técnica del Estado; un representante de la Central Unitaria de Trabajadores y otro de la Sech. Sin embargo, desde su creación y hasta hace dos años, esta agrupación estuvo presidida por el abogado Juan Agustín Figueroa –simpatizante de la derecha, que apenas conoció a Neruda y hoy gravemente enfermo– quien instaló a familiares y subalternos suyos en los puestos principales. Figueroa pudo tomar el control de la Fundación gracias a que Neruda murió intestado y debido a que su viuda, Matilde Urrutia, le entregó a aquél la responsabilidad de crearla y administrarla. La refundación Reyes acusa a la Fundación de no respetar a la familia en lo relativo a los pagos de los derechos de autor, de los cuales –en conjunto– le corresponde a la Sucesión Neruda una cuarta parte. Esto, por los contratos que firme la fundación por derechos de autor y utilización de nombre, fama y esfinge de Pablo Neruda. “Sólo nos llegan los pagos relacionados con la agencia de la extinta Carmen Balcells, que son proporcionados directamente a cada uno de los familiares beneficiarios”, señala Reyes. “Por los otros muchos contratos que firma la Fundación Neruda, con otras instituciones, en acuerdos que desconocemos, no nos llega nada”, asegura. Paola Reyes afirma que la Fundación “se ha creído dueña absoluta de la figura de Neruda, desconociendo a la familia como si Neruda hubiera nacido de esta Fundación, lo que no es así: él tiene una familia y, por tanto, guste o no, existen derechos y obligaciones que le corresponden a los familiares, por el parentesco del mismo, y ese es un hecho innegable”. Rodolfo Reyes señala que “nosotros somos comuneros con la Fundación Neruda respecto de los derechos de autor”. Explica que a la fundación se le cedió, en contrato de 15 de septiembre de 1987 aclarado por escritura del día siguiente, un inventario de bienes que se protocolizó bajo el número 669 en la notaría Raúl Undurraga con fecha 29 de julio de 1985. “Todo lo que no esté en el inventario, nos pertenece a la Sucesión Neruda”, aseguró. El abogado dice que la Fundación se equivoca al atribuirse la cualidad de “herederos universales de los derechos del poeta”. En mayo de 2007, la Sucesión Neruda demandó a la Sociedad Inmobiliaria Maulén, dueña de la cadena de hoteles Neruda. La acción se fundó en el hecho que el uso comercial del nombre del poeta sería ilegal dado que éste no es propiedad de la Fundación Neruda sino de la sucesión familiar. Sin embargo, influido por la intervención de Juan Agustín Figueroa en favor de la inmobiliaria, la Sucesión Neruda perdió en la Corte Suprema este pleito por “indemnización de perjuicios por el uso no autorizado de derecho de propiedad intelectual”, en fallo de marzo de 2015. Sin embargo, en sentencia de juicio arbitral por este mismo caso –del 25 de agosto de 2009– la juez árbitro Laura Novoa estableció “que si aparecieran bienes de la herencia de Pablo Neruda que no figuren en el inventario de los bienes quedados al fallecimiento de Matilde Urrutia (…) se entenderá radicado en el patrimonio de la Sucesión Reyes (Neruda)”. La marca “Pablo Neruda” está inscrita por la Sucesión Neruda en el instituto Nacional de Propiedad Industrial con el número 775.886. Este registro vence el 27 de diciembre de este año y está siendo cuestionado judicialmente por la Hotelera Neruda y por la Fundación Neruda, quienes actúan en concomitancia. Por todo lo anterior, la sucesión Neruda se plantea dejar atrás la Fundación Neruda y crear un nuevo ente. “Hay instituciones que nos han pedido conformar una fundación paralela, que cumpla el mandato de Neruda. Creemos que es un buen momento para trabajar esa posibilidad”, señaló Rodolfo Reyes.

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