Con las presiones de Trump a México, los estadunidenses pagarían el muro: NYT

viernes, 27 de enero de 2017 · 12:16
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El diario The New York Times (NYT) advirtió que el muro que pretende construir el presidente Donald Trump en su frontera sur lo pagarán los estadunidenses, no los mexicanos, pese a las “absurdas” amenazas del magnate. En un artículo publicado este viernes, el equipo editorial del rotativo puntualiza que a menos de una semana de asumir el poder, el presidente estadunidense subió de tono la amenaza de una guerra comercial con México, el tercer socio comercial más grande de Estados Unidos. La Casa Blanca advirtió que Estados Unidos podría imponer una tarifa de 20% a las importaciones mexicanas, señala. Añade: “Esta amenaza absurda, que se mandó como propuesta para cubrir el costo del muro fronterizo, fue comunicada a solo horas de que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto cancelara su visita a Estados Unidos”. Destaca el diario que la visita tenía por objetivo mejorar la relación entre ambos países, “una relación profundamente dañada por Trump, luego de usar a los mexicanos como chivo expiatorio durante su campaña”. Pero Peña Nieto, apunta, decidió que ya había escuchado demasiado, luego de que Trump expidió órdenes ejecutivas el pasado miércoles 25 para comenzar a juntar imigrantes ilegales y construir su muro fronterizo. “El berrinche de la tarifa fue la más reciente de una lluvia de mentiras, ideas de políticas peligrosas y amenazas de la Casa Blanca” desde que Trump asumió el poder, el pasado viernes 20. El artículo del NYT señala que han subrayado la impulsividad y aparente ignorancia del nuevo residente de la Oficina Oval en cuanto a las relaciones económicas y de seguridad que sirven los intereses estadunidenses, y sus consejeros parecen poco dispuestos a controlar sus impulsos, o, como es el caso de la tarifa, desafortunados en su lucha por calmarlos. “Es difícil saber si la animosidad que Trump ha mostrado hacia los inmigrantes, en particular los mexicanos, es sincera, o si simplemente se dio cuenta de lo poderoso que podría ser para atraer a los votantes insatisfechos (desilusionados) de una recuperación económica desequilibrada y los cambios demográficos de su país”. Pero el permitir que esta idea dirija las políticas externas y comerciales hacia México –apunta– podría traer repercusiones desastrosas para trabajadores y consumidores de ambos países, dadas las relaciones tan estrechas que ambas economías tienen desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994. “La economía mexicana, que depende enormemente del comercio estadunidense, sería devastada. Pero los dueños de negocios y empleados estadunidenses también sufrirían inmediatamente las repercusiones”, asegura el rotativo. Y lanza: “México podría contraatacar imponiendo sus propias tarifas. Y no importa de qué manera el Congreso intente estructurar la tarifa, que necesitaría legislación, de cualquier forma probablemente violaría las regulaciones de la Organización Mundial del Comercio”. Trump ha intentado utilizar el déficit comercial de Estados Unidos con México como una manera de mostrar que Estados Unidos está siendo estafado, sostiene. El texto precisa que el comercio con México le beneficia a Estados Unidos al reducir los costos y aumentar la disponibilidad de bienes como aguacates y mangos en el invierno. Y puntualiza que mientras el déficit comercial con México ha resultado en pérdidas de empleos en algunas industrias (posiblemente unos 700 mil empleos en los primeros 16 años), un estudio de 2014 estima que 1.9 millones de empleos estadunidenses dependen de las exportaciones a México. El comercio, que aumenta salarios y la calidad de vida en México, es uno de los principales motivos por los cuales la imigración ilegal ha disminuido continuamente a través de los años, resalta el artículo. “Mandar a la economía mexicana de picada es la forma más segura de poner en reversa esa tendencia, la cual históricamente ha sido impulsada por fuerzas del mercado, y ni los muros ni las vallas han servido de impedimento. “Además, un impuesto sobre las importaciones mexicanas sería pagado por consumidores y negocios estadunidenses que compran esos bienes. Los estadunidenses pagarían por el muro, no los mexicanos”, concluye.

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