CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, “está indignado con el nombramiento de su verdugo como ministro de Justicia” del próximo gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro. Así lo informó la dirigente del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, tras visitar a Lula en la prisión de la ciudad de Curitiba, en la que está recluido desde el pasado 7 de abril. El exmandatario reaccionó así a la declaración del juez que lo condenó por corrupción, Sergio Moro, quien aceptó incorporarse al gobierno de Bolsonaro como ministro de Justicia y Seguridad. Este nombramiento confirma que Lula fue víctima de un juicio “eminentemente político” y se le apresó para que no pudiera competir, facilitando la llegada de Bolsonaro a la Presidencia, acusó Hoffmann. La dirigente dijo que los abogados de su partido están evaluando las medidas jurídicas que emprenderán, sobre todo después de las declaraciones del vicepresidente electo Hamilton Murao, quien reveló que Bolsonaro contactó con Moro cuando aún estaba la campaña electoral. Este hecho pondría en duda la imparcialidad del juez al momento de sentenciar al expresidente, quien iba adelante en las encuestas. Una de las acciones sería pedir la nulidad del juicio contra Lula, dijo Hoffmann.