Nepal: Discriminadas por menstruar

martes, 27 de febrero de 2018 · 20:05
NUEVA DELHI (apro).- Encontraron el cuerpo sin vida de Gauri Bayak un lunes por la mañana. Había muerto durante la noche inhalando el humo de la hoguera que se había encendido para soportar el frío extremo que azota a Nepal cada invierno. Gauri se encontraba en una pequeña cabaña siguiendo una tradición religiosa que obliga a las mujeres a vivir apartadas de su casa mientras tienen el periodo menstrual. La polémica costumbre hindú, que se sigue practicando sobre todo en aldeas al oeste y al sur de Nepal, se conoce como Chhaupadi. Se trata de un exilio temporal que sufren las mujeres durante la menstruación (también las que acaban de dar a luz) por ser consideradas impuras. “La razón principal detrás de la idea de impureza es la mentalidad patriarcal de la sociedad. A través de ella, las mujeres son tratadas como ciudadanas de segunda clase”, afirma a Apro la abogada y activista Meera Dhungana, especializada en discriminaciones por género. Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos señala que, según datos de 2010, en torno a 19% de las nepalíes entre 15 y 49 años sufren esta práctica en el país asiático. A través de la supuesta impureza responsabilizan a la mujer de posibles desgracias que ocurran. Para ahuyentar esos males, las que sufren esta práctica no pueden compartir alimentos o lavabo con sus familiares, ni tener contacto físico con otras personas o animales. El objetivo de todas estas supersticiones es aislar a la mujer durante la menstruación para que no contagie su desdicha. Un pequeño cobertizo que no está acondicionado para vivir dignamente ni suele contar siquiera con sistemas de ventilación adecuados será el hogar de la mujer durante este periodo. Esto ocasiona problemas de salud, por el frío o la mala alimentación durante esos días, así como las evidentes dificultades para mantener la higiene. La muerte de Gauri, que sólo tenía 23 años, es la cuarta en una situación similar en poco más de un año. Dos mujeres, también muy jóvenes, murieron por hipotermia y otra más sufrió la mordedura de una serpiente. “Cada año ocurre cuatro o cinco veces, que se sepa, pero la realidad es mucho más dura que lo que sale en la prensa”, dice a Apro Clara García Ortés, fundadora de la ONG Be Artsy, que imparte educación e higiene menstrual en aldeas de Nepal a través de proyectos creativos. “El gobierno nepalí y los activistas intentan luchar contra el Chhaupadi, pero no se llega a nada por la corrupción y por la falta de recursos”, añade. Chhaupadi es una tradición prohibida desde 2005 por orden del Tribunal Supremo de Nepal. El Parlamento aprobó el pasado agosto una ley que castiga con tres meses de cárcel y una multa de tres mil rupias (30 dólares) a quienes obliguen a practicar esta costumbre. Las autoridades nepalíes se han dado un año para que los ciudadanos conozcan la ley, la entiendan y comprendan por qué se debe castigar esta tradición, así que la norma entrará en vigor en agosto próximo. “La ley no es completa. Viene sin haber llevado a cabo una investigación profunda. Sólo se refiere a las multas, no hay puntos sobre la compensación a las víctimas. La ley debe atender esta situación, pero junto a la ley debe haber concientización y sensibilización como primer paso para erradicar este problema”, afirma la abogada nepalí Dhungana. Clara García, la activista española, cuenta que cuando presenta en las aldeas nepalíes sus proyectos sobre higiene menstrual al principio se encuentra ciertas barreras sociales. Uno de sus más recientes programas está centrado en el uso de copas menstruales y dirigido a las más jóvenes, muchas de las cuales tienen sus primeros periodos. “Cuando llegamos a un pueblo, la primera reacción de los profesores es desconfiar. Hemos visto que necesitamos enseñarles las copas a ellos antes que a nadie. Y cuando entienden el proyecto, les encanta”, asegura. En sus proyectos involucra también a madres y padres. Al final, las niñas “cada vez se implican más, no se sienten sucias y no sienten el motivo para hacer Chhaupadi”. Estigma En la India, país vecino, la menstruación también es un instrumento para la discriminación de la mujer. En muchos lugares, las mujeres que tienen la regla no pueden entrar a templos ni acudir a espacios públicos ni tocar o comer alimentos con familiares ni dormir con ellos. Según la organización Rutgers, que se dedica a la salud sexual y reproductiva, tres de cada 10 adolescentes dejan de ir a la escuela durante sus periodos. Pervive el estigma de una falsa impureza; la deshonra. La vergüenza. “La conciencia sobre la menstruación previa al primer periodo y el entendimiento de la menstruación en sí continúa siendo un problema en India”, asegura a Apro Arundati Muralidharan, una de las responsables de Water Aid, una organización que tiene distintos proyectos sobre higiene menstrual en el país asiático. “Varios programas del gobierno e intervenciones de las ONG se han centrado en aumentar la concienciación sobre la menstruación y la higiene menstrual, y han contribuido a mejorar la situación, pero los esfuerzos se deben ampliar, tanto en zonas rurales como urbanas”, señala esta experta en salud pública. La menstruación es un tabú en India. Nadie habla de ella. Y eso no ayuda a normalizar este proceso natural. “La cultura del silencio está tan arraigada que llevará tiempo cambiarla”, afirma Muralidharan. Para ello, dice, hay que dirigirse a las adolescentes, pero también a quienes transmiten esas ideas, generalmente los padres. Y es que, según datos de su organización, 70% de las madres considera que la menstruación es sucia y contaminante. “El foco de la mayoría de las intervenciones ha estado en las adolescentes. Sin embargo, si queremos romper la cultura del silencio, es obligatorio llegar a quienes influencian a esas chicas y ayudarles a romper los mismos tabúes”, dice Muralidharan. Los expertos coinciden en que la educación sexual y menstrual es fundamental para reducir los problemas sanitarios relacionados con la regla. De acuerdo a Water Aid, 54% de las adolescentes desconocen qué es la menstruación antes de su primer periodo, sólo 45% cree que tener la regla es algo normal y una gran mayoría observa vetos socioculturales o religiosos durante su menstruación. En India, donde muy pocas mujeres utilizan compresas, es habitual el uso de trapos o telas durante la menstruación. De hecho, WaterAid calcula que 88% de las indias recurren a productos de higiene menstrual “inseguros”, un dato que el Estudio Nacional de Salud Familiar rebaja a un 42% en el caso de las jóvenes entre 15 y 24 años. Una ONG local llamada Sacchi Saheli llevó a cabo una campaña en 70 colegios de Delhi. Voluntarios de la organización visitaron los centros educativos para hablar directamente con las alumnas, atender sus dudas, compartir sus experiencias para conocer más un proceso natural del que no se habla. El objetivo era que las menores tomen conciencia de que la menstruación no es nada por lo que deban sentir vergüenza. Tabú La doctora Surbhi Singh, ginecóloga y activista de esta ONG, lamenta que en la mayoría de casos son las madres quienes transmiten a sus hijas las supersticiones y el estigma que rodea a la menstruación. Por eso las campañas de Sacchi Saheli también están dirigidas a ellas. Hace dos años, una joven india llamada Nikita Azad lanzó un grito contra la discriminación relacionada con la menstruación. Su campaña “Feliz por sangrar” convertía la regla en un símbolo de orgullo femenino. Su mensaje se viralizó en las redes sociales y cientos como ella compartieron fotos y experiencias con el mismo objetivo: hablar de un tabú, desmontar un estereotipo, acabar con una exclusión machista. En definitiva, abrir una brecha para normalizar la menstruación. “Creo que en los espacios públicos y en las redes sociales está cambiando la situación porque una puede ver ahora muchos vídeos y campañas intentando romper este tabú”, afirma a Apro Azad, que estudia literatura inglesa en Delhi. En los últimos años, por ejemplo, varios jóvenes indios han lanzado una página web llamada Menstrupedia que trata de servir como guía para todas aquellas personas que tengan dudas sobre la menstruación. Menstrupedia ofrece información y rompe mitos sobre la pubertad, la menstruación o la higiene. Hace unos meses una compañía india llamada Culture Machine, que cuenta con 75 trabajadoras, anunció que las mujeres podrían descansar en casa durante su primer día de periodo, una medida que también tomó poco después la empresa de marketing digital Gozoop. Sin embargo, según asegura Nikita Azad, la realidad continúa siendo muy complicada para millones de mujeres que viven en la inmensidad de India: “Sobre el terreno, pocas cosas han cambiado. Las compresas son todavía inaccesibles, las mujeres sufren a manos de sus jefes y sus líderes religiosos. El patriarcado se sigue perpetuando a sí mismo a través del estigma de la menstruación”, sostiene.

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