Sin honores y bajo extremas medidas de seguridad exhuman restos del dictador Franco

jueves, 24 de octubre de 2019 · 09:15
MADRID (apro).- Sin honores militares, los restos del dictador Francisco Franco abandonaron el monumental mausoleo del Valle de los Caídos, 44 años después de su muerte, en una ceremonia austera y en la que no se permitió ningún acto de exaltación al tirano. Poco antes de las 13:00 horas (6:00 hora de la Ciudad de México) salió el féretro del monasterio de la sierra de Guadarrama (municipio de San Lorenzo del Escorial) en hombros de sus nietos, sus herederos. El féretro luego fue transportado en un helicóptero militar, en un trayecto de 20 minutos y, poco antes de las 15:00 horas fue reinhumado en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, al noroeste de Madrid. Cada detalle del procedimiento fue cuidado a detalles por parte del gobierno de España, que impuso extremas medidas de seguridad. No se permitió a la familia grabar ni video ni sonido, por lo cual se les impidió acceder con teléfonos móviles o cámaras. La prensa solo pudo acercarse a las inmediaciones del cementerio de Mingorrubio. En su calidad de notaria mayor del Reino, la ministra de Justicia, Dolores Delgado, dio fe de cada una de las acciones de la exhumación y la posterior reinhumación del dictador. Solo hubo un momento de tensión, cuando María del Mar Martínez Bordiú, la nieta favorita del dictador y uno de los dos familiares que han podido estar dentro de la carpa con la que se cubrió el sepulcro del dictador, ha tratado de provocar a los representantes del gobierno comentando en voz alta que estaban asistiendo a una profanación, citan varios medios españoles. Los familiares del dictador presentes en el templo prefirieron mantener el cuerpo en el ataúd que se utilizó en el enterramiento en 1975, a pesar de los daños que presenta. Una vez retirada la losa de tonelada y media que estaba sobre el sepulcro, hubo un breve responso del prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, y después la familia portó a hombros el féretro con el finado desde la fosa hasta el coche fúnebre. En Mingorrubio, los familiares en la más estricta intimidad celebraron una ceremonia religiosa encabezada por el sacerdote Ramón Tejero, hijo del golpista del 23-F (23 de febrero 1981), Antonio Tejero. El golpista Tejero arribó al camposanto en medio de vítores de un grupo de nostálgicos concentrados afuera, pero no se le permitió entrar. Los ahí concentrados cantaban el himno de la Falange, “Cara al Sol”, se gritaban vivas a Franco y otros de repudio al presidente Pedro Sánchez. [caption id="attachment_604480" align="aligncenter" width="660"] Simpatizantes de Franco se paran frente al mausoleo Caído cerca de El Escorial, en las afueras de Madrid. Foto: AP Paul White[/caption] Francisco Franco se convirtió en dictador de España desde el final de la Guerra Civil (1936-1939) y hasta su muerte, en noviembre de 1975. Tras 44 años, su cuerpo abandona la basílica. Sánchez: perdón, no olvido Después de que se produjera la reinhumación del dictador, el presidente en funciones, Pedro Sánchez hizo una declaración institucional desde el palacio de la Moncloa, la sede del gobierno, en la que señaló que “la España actual es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido”. Con la exhumación del dictador del Valle de los Caídos, dijo, “concluye un largo proceso que ha contado con el Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Fue el Poder Legislativo, sin un voto en contra, el que pidió poner fin a esta situación. Fue el Poder Ejecutivo el que puso los medios para materializarlo. Y, finalmente, el Poder Judicial el que ha apoyado la decisión”. “Hoy España cumple consigo misma –dijo—. Con esta decisión de poner fin a una afrenta moral, se da un paso más en la reconciliación que solo puede descansar en la libertad y la democracia. Nuestra democracia se prestigia atendiendo a una recomendación, entre otros, de Naciones Unidas”. Sánchez recordó que “el mausoleo del Valle de los Caídos se realizó por miles de presos de la dictadura, se trasladaron más de 30 mil cuerpos. Es una infamia a la que hay que poner remedio. La España de hoy tiene una deuda con esa familias, con los españoles que lucharon en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, de los españoles abandonados en campos de exterminio a los que España les consideraba apátridas”. “La España de hoy es lo opuesto a entonces. Donde había represión y dictadura, hoy hay libertad y democracia. Donde hay imposición, hoy hay diversidad territorial. Donde había machismo y homofobia, hoy hay tolerancia”. Asimismo, reconoció que “la España de hoy tiene una deuda” con los miles de víctimas que se encuentran en el Valle de los Caídos y los que se encuentran en miles de fosas a lo largo del territorio nacional.

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