Carta abierta a líderes europeos: dejen de castigar a solicitantes de asilo en las Islas Griegas

miércoles, 27 de noviembre de 2019 · 10:35
Acabo de regresar de las islas griegas y me sorprendió lo que vi y los relatos que escuché de mis compañeros en el terreno. Me hablaron de un niño de 12 años que acudió a nuestra clínica en Moria, en Lesbos, después de autolesionarse varias veces: se había provocado cortes en la cabeza con un cuchillo. También me relataron el caso de una niña de 9 años que tenía heridas graves por la explosión de una bomba en Afganistán. A pesar de ello, seguía sonriendo cuando llegó a Grecia. Sin embargo, durante los meses que estuvo atrapada en Lesbos, dejó de hablar y de comer y se apartó por completo. Han sobrevivido a la guerra y a la persecución, pero meses en lugares peligrosos y miserables como Moria han llevado a muchos de nuestros pacientes infantiles al límite: a autolesionarse y a tener pensamientos suicidas. Es por estos niños y niñas, y por todos los demás refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que continúan atrapados en las islas griegas, por lo que me siento obligado a dirigirles esta carta hoy. Los niños no son los únicos que son vulnerables. Personas que sobrevivieron a la tortura están obligadas a compartir tiendas de campaña con completos extraños durante meses. Supervivientes de violencia sexual confiesan a nuestro equipo en Vathy, en la isla de Samos, que les da miedo usar los baños por la noche. Hemos identificado a estas personas, pero muchas de ellas no son consideradas vulnerables por las autoridades griegas, por lo que sus necesidades desaparecen en las grietas de laberínticos procedimientos administrativos. En 2016, ustedes decidieron que confinar a las personas en las islas del Egeo era una medida necesaria y temporal. Les advertimos sobre las consecuencias humanitarias de su acuerdo con Turquía. Incluso dejamos de aceptar fondos de los Estados miembros de la Unión Europea a modo de protesta. Hoy vemos el resultado de la decisión que ustedes tomaron: un estado crónico de emergencia y un ciclo endémico de sufrimiento humano. En los últimos cuatro años, la situación humanitaria no ha hecho sino empeorar. Solo en los últimos tres meses han muerto una mujer, un niño y un bebé de 9 meses por las condiciones peligrosas y terribles de Moria y por la falta de una atención adecuada. Buscaban seguridad en Europa y encontraron la muerte en un centro de recepción europeo. La situación es comparable a lo que vemos en otras partes del mundo afectadas por desastres naturales o en zonas de guerra. Es escandaloso ver estas condiciones en Europa, un continente supuestamente seguro, y ser conscientes de que son el resultado de elecciones políticas deliberadas. En lugar de reconocer el costo humano de su enfoque, continúan pidiendo una implementación más enérgica del acuerdo UE-Turquía. Incluso consideran medidas más duras, como los planes anunciados recientemente por el gobierno griego para convertir los ‘hotsposts’ en centros de detención masiva y acelerar las deportaciones. Detengan esta locura. Tras estos cuatro años, debe resultarles evidente que las políticas que intentan disuadir a quienes tratan de llegar a Europa solo provocarán más muertes y sufrimiento. Desde la situación caótica que han creado en el Mediterráneo y el dramático ciclo de intercepción en el mar, tortura y detención arbitraria en Libia, hasta las violentas devoluciones en los Balcanes, donde miles de personas viven en condiciones inhumanas a las puertas del invierno, el daño que estas políticas están produciendo es inconmensurable. Y las mismas medidas de rechazo, contención, detención arbitraria, discriminación y abuso se están reproduciendo cada vez más a una escala mundial. Ningún argumento político puede justificar medidas que causen daño de forma deliberada y consciente –y les hemos advertido reiteradamente de que estas políticas lo hacen–. Dejen de ignorarlo; dejen de fingir que no lo hacen. Como médico que representa a una organización humanitaria, me indigna ver cómo han justificado y normalizado este sufrimiento, como si fuera un precio aceptable para mantener a la mayor cantidad posible de personas fuera de Europa. Esta flagrante deshumanización es inaceptable. No importa qué asistencia brindemos a nuestros pacientes; después tenemos que enviarlos de vuelta a las mismas condiciones que los están enfermando, condiciones que ustedes han creado de forma premeditada. Es poco lo que nuestros equipos pueden hacer para detener este ciclo de sufrimiento: no tenemos tratamiento para ello. Está en sus manos. Deben encontrar la voluntad política para actuar y deben hacerlo ahora. Esta tragedia humana debe concluir. Detengan este castigo colectivo e intencionado de personas que buscan seguridad en Europa. Evacuen urgentemente a los más vulnerables desde estos centros a un alojamiento seguro en otros Estados europeos. Pongan fin a la política de contención. Rompan, de una vez por todas, el ciclo del sufrimiento en las islas griegas. *Presidente internacional de Médicos Sin Fronteras

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