Justicia brasileña ratifica segunda condena contra Lula

miércoles, 27 de noviembre de 2019 · 22:54
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una corte de apelación que revisó el caso de la finca de Atibaia ratificó una segunda condena contra el expresidente Luis Inacio Lula da Silva, acusado de corrupción y lavado de dinero. Los tres magistrados del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, en Porto Alegre, votaron de manera unánime por elevar a 17 años y 1 mes de prisión la pena de Lula, frente a los 12 años y 11 meses de cárcel que le habían sido impuestos en primera instancia, según un despacho informativo de la agencia EFE. De acuerdo con los miembros de la sala octava, quedó comprobado que el expresidente se benefició de las obras por cerca de un millón de reales (unos 236 mil dólares) que las constructoras Odebrecht y OAS hicieron en una casa de campo situada en el estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a las empresas en contratos con la estatal Petrobras. Antes de iniciar sus respectivas consideraciones sobre el mérito de la condena, los tres jueces negaron los pedidos de la defensa de anular la sentencia con base en un fallo reciente de la Suprema Corte. La máxima corte de Brasil reconoció que en los procesos en que se firman acuerdos de 'declaración premiada' (cuando los imputados aportan información a la Justicia a cambio de beneficios penales) el acusado debe tener derecho a la última palabra, para garantizar su derecho a amplia defensa, lo que no ocurrió durante el juicio de Lula en primera instancia en el llamado “caso de Atibaia”. No obstante, el instructor del caso, Joao Pedro Gebran Neto, manifestó que en esta causa “en momento alguno se demostró la existencia de cualquier tipo de perjuicio con la inversión del orden” de las declaraciones de los acusados, un argumento que fue respaldado por los otros dos jueces. Sobre Lula, de 74 años, pesa otra condena ratificada en tercera instancia, después de que la justicia brasileña diera por probado que recibió un apartamento en una playa en la localidad de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, a cambio de favores a la constructora OAS en contratos con la petrolera Petrobras. Por ese caso, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) pasó 580 días en prisión, pero quedó en libertad hace aproximadamente tres semanas, después de verse beneficiado por una decisión de la máxima corte del país, que revisó su propia jurisprudencia y consideró que un condenado no puede comenzar a cumplir la pena hasta que sean agotados los todos los recursos. En ese proceso, conocido como el “caso del triplex”, Lula todavía tiene una alegación pendiente en el Supremo, mientras que en el “caso de Atibaia” le restan dos recursos que podrá llevar a cabo en libertad. La casa de campo en Atibaia, en las afueras de São Paulo, no era de Lula, sino de Fernando Bittar, un amigo cercano, pero el expresidente solía pasar ahí los fines de semana con su familia, por lo que los investigadores concluyeron que en realidad él era el beneficiario de las reformas que empresas contratistas de Petrobras habrían realizado ahí.

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