Contaminación del aire provoca 8.8 millones de muertes cada año en el mundo: revista Chest

viernes, 17 de mayo de 2019 · 22:24
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La contaminación del aire causa la muerte directa de más de 8.8 millones de personas al año en el mundo; ataca a “todos los órganos del cuerpo”, reduce la fertilidad, daña los fetos, afecta el desarrollo del cerebro de los niños, y agrava al menos 45 enfermedades y afectaciones a la salud, según dos estudios publicados en la revista médica estadunidense Chest. Esta lista, aterradora, incluye la demencia, la enfermedad de Parkinson, diabetes de tipo 1 y 2, distintos tipos de cáncer –no solo de los pulmones, sino de la vejiga, la próstata, el cólon, así como leucemia--, obesidad, anemia, hipertensión, osteoporosis, alergias o envejecimiento de la piel, entre muchas. Las sustancias contaminantes –como el dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, ozono, monóxido de carbono, así como una gran variedad de partículas finas y ultrafinas tóxicas-- penetran en los organismos por el sistema respiratorio, saturan el sistema de “filtración” de los pulmones y ganan acceso a células móviles, las cuales las se trasladan en la sangre –dañan al corazón-- y atacan a “potencialmente todos los órganos del cuerpo”. “Los efectos adversos ocurren durante una exposición continua e incluso con niveles inferiores a los estándares de calidad de aire que se consideraban anteriormente como seguros”, subrayan los estudios científicos, elaborados por 14 integrantes del Foro de Sociedades Internacionales para la Respiración, el cual agrupa a nueve organizaciones de especialistas en enfermedades respiratorios, esparcidas en los cinco continentes. “Puede que la contaminación del aire sea el mayor riesgo ambiental en el mundo”, advierte el primer estudio desde su introducción. En noviembre pasado, al concluirse la primera conferencia global sobre la contaminación atmosférica, Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que 90% de los humanos respira aire con algún nivel de toxicidad, por lo que declaró una emergencia de salud internacional y calificó el fenómeno como “el asesino silencioso”. “Un estudio en la Ciudad de México encontró que los niños que viven en las áreas más contaminadas tenían capacidades cognitivas más bajas, y más lesiones prefrontales en el cerebro”, plantea uno de los estudios. “La contaminación atmosférica afecta principalmente a los niños por razones tanto ambientales como biológicas”, sentencia el estudio. Resalta que los niños respiran más aire que los adultos, en proporción con su tamaño y peso, lo que expone sus cuerpos a ataques más violentos de sustancias tóxicas. Además, los cuerpos de los niños aún no son maduros, pues al nacer sus pulmones solo cuentan con dos de cada diez alvéolos que tendrán en su adultez. Una exposición intensa a contaminantes atmosféricos puede causar “efectos irreversibles” sobre el desarrollo de sus pulmones, lo que puede derivar años después en dificultades respiratorias o asma. “La contaminación atmosférica puede dañar el cerebro en desarrollo, lo que resulta particularmente preocupante porque dichos daños pueden perjudicar funciones cognitivas a lo largo de la vida; muchos estudios encontraron que la exposición a partículas PM2.5 durante la fase prenatal y la niñez está asociada con un retraso en el desarrollo sicomotor y una inteligencia más baja entre los niños”, señalan. “Existen similitudes entre el humo de tabaco y la contaminación atmosférica en cuanto a la manera en la que dañan al cuerpo; además, sus efectos adversos sobre la salud se vuelven cada vez más similares a medida de que la toxicidad y la dosificación de los materiales inhalados se emparejan. “La contaminación del aire puede provocar síntomas inmediatos, como tos, lágrimas, dificultades para respirar o angina. Pero también puede generar daños de largo plazo que son más sutiles. De manera general, la gente no se da cuenta de cómo, a lo largo del tiempo, una exposición continua afecta su salud o agrava sus problemas médicos”. Ante este panorama desolador, el segundo estudio concluye con un tono un poco más positivo: “La buena noticia es que se puede enfrentar el problema de la contaminación atmosférica. Mejorar la calidad del aire puede tener beneficios casi inmediatos, como se vio durante el incremento del peso de los niños durante las Olimpiadas de Pekín en 2008 (…) mejorar la calidad del aire puede darnos vidas más largas en un periodo de tiempo relativamente corto”.

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