CIUDAD DE MÉXICO (apro).– La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández, enfrentó este martes la audiencia inicial de su primer juicio oral y público por defraudación en perjuicio del Estado, lavado de dinero y por beneficiar al empresario Lázaro Báez. La actual senadora ingresó al Tribunal junto a su abogado, Carlos Beraldi, para escuchar la acusación que la llevó por primera vez al banquillo por corrupción. Se le acusa de encabezar una asociación ilícita que incluye a Néstor Kirchner, Julio Miguel De Vido, José Francisco López, Carlos Santiago Kirchner, Nelson Guillermo Periotti y el empresario Lázaro Antonio Báez, a quien otorgó el 80 por ciento de la obra pública en la provincia de Santa Cruz. “Mientras se desempeñó como presidenta (2007 a 2015) continuó con la dirección, ejecución y subsistencia de la matriz de corrupción en la obra pública vial que venía desarrollándose desde la presidencia de Néstor Kirchner, posibilitando que en forma constante se continuarán sustrayendo fondos públicos mediante la maniobra de defraudación al Estado Nacional”, señala la acusación. De acuerdo con los documentos de la corte, mediante funcionarios a su cargo canalizó “una enorme cantidad de fondos públicos hacia la mencionada jurisdicción, utilizó abusivamente los distintos mecanismos de financiamiento a su alcance para de ese modo nutrir de fondos a la Dirección Nacional de Vialidad, para que desde allí los fondos fluyeran hacia las empresas de su socio”. Se asegura que, a través de sus funcionarios, garantizó que Báez fuera el único contratista de obra pública, y que una porción del dinero que obtuvo el empresario fue entregado a su esposo, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, a ella misma y a sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, “a través de distintas maniobras de lavado de dinero en el sector hotelero, en los que se investigó la causa Hotesur y Los Sauces. (Con información de agencias)