Trump compara la frontera de Irlanda del Norte con muro entre EU y México

jueves, 6 de junio de 2019 · 09:09
DUBLÍN (apro).- El presidente norteamericano, Donald Trump, comparó la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el Brexit, con el muro que dijo planea construir de forma permanente entre Estados Unidos y México. Trump, que hizo las declaraciones el miércoles, minutos después de haber arribado al aeropuerto irlandés de Shannon para una visita a ese país, dijo que “ambas situaciones” son “en muchos sentidos similares”.
“Creo que todo funcionará bien (por el Brexit), y también con ustedes y su muro, su frontera”, dijo Trump en conferencia de prensa conjunta con un visiblemente incómodo ‘Taoiseach’ (primer ministro) irlandés, Leo Varadkar, muy opuesto al Brexit. “Nosotros tenemos también una situación de frontera en Estados Unidos, y ustedes una aquí. Pero estoy escuchando que va a funcionar muy bien aquí”, agregó el mandatario.
Varadkar se apresuró a indicar que Irlanda está buscando por todos los medios evitar crear una “frontera dura” con la República de Irlanda en caso de hacerse efectivo el Brexit, y dijo que ello es una prioridad clave de las políticas de su gobierno. De inmediato, Trump intentó aliviar la tensión.
“Claro que lo pienso, claro que sí. La forma en que funciona ahora (la frontera) está bien. Ustedes van a tratar de mantenerla como está ahora. Se que ese es un gran punto de contención con respecto al Brexit. Estoy seguro que terminará funcionando. Ellos (los negociadores del Brexit, ndr) se están enfocando mucho en eso”, continuó Trump.
Previo a la conferencia de prensa y durante su visita de Estado de tres días en Londres, el presidente norteamericano se había reunido con varios políticos a favor del Brexit, incluidos Nigel Farage, Iain Duncan Smith y Owen Paterson, todos ellos que desestiman que una “frontera dura” con puestos de control aduaneros y fronterizos entre las dos Irlandas vaya a ser un problema grave una vez que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE). Al respecto, Trump se hizo eco de esa postura en la conferencia de prensa con Varadkar en Irlanda.
“Hay muchas mentes muy buenas trabajando acerca de cómo lograr este objetivo y todo saldrá bien. En el fondo podría ser algo muy, muy bueno para Irlanda. La frontera funcionará”, aclaró el mandatario estadounidense.
Irlanda, contra el Brexit El gobierno irlandés priorizó durante los últimos tres años una campaña diplomática para rechazar el Brexit, al advertir que una frontera dura entre las dos Irlandas llevará a una vuelta de la violencia sectaria entre unionistas y republicanos, además de poner en riesgo el Acuerdo de Paz del Viernes Santo (1998). Según la Administración de Varadkar, la salida de Gran Bretaña de la UE “amenaza con la paz y la prosperidad de toda la isla de Irlanda”. Las declaraciones de Trump, minutos después de su arribo al aeropuerto de Shannon en el avión presidencial Air Force One, fueron calificadas por expertos y editorialistas como “desubicadas” y “totalmente fuera de lugar”. En todo caso, la visita del presidente a Irlanda será de bajo perfil, a diferencia de la que realizó en Gran Bretaña, que tuvo carácter de “visita de Estado” y que incluyó un banquete de gala con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, como también reuniones con la primera ministra Theresa May, con empresarios y políticos del país. En Irlanda, Trump tiene previsto pasar la mayor parte del tiempo en su exclusivo hotel y club de golf en Doonbeg, en el condado de Clare, sobre la costa Atlántica. Luego de su partida en helicóptero al club de golf, Varadkar contó a los periodistas que le explicó a Trump durante una reunión privada la compleja historia de violencia y enfrentamientos por la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. “Hablamos sobre el Brexit. El presidente Trump comparte nuestro objetivo de mantener la frontera abierta”, sostuvo el mandatario irlandés. Trump y Varadkar también dialogaron sobre otros temas, incluidos el comercio internacional, acuerdo por visados e impuestos pagados por compañías estadunidenses que operan en Irlanda. Por su parte, el presidente de Irlanda, Michael D Higgins, criticó a Trump por sus políticas sobre medio ambiente, que consideró son “regresivas y perniciosas”. Al ser consultado por los periodistas sobre ello, el mandatario norteamericano dijo no estar al tanto de los dichos de Higgins y reiteró que Estados Unidos cuenta con aire y agua puros desde que se convirtió en presidente, una afirmación que también había hecho en Londres. Trump tiene previsto jugar golf durante el viernes, antes de regresar a su país junto a su esposa Melania y sus cuatro hijos mayores, Ivanka, Donald Jr, Tiffany y Eric. En tanto, la Policía irlandesa desplegó unos mil 500 uniformados, sumado a otros 500 agentes especiales, para garantizar la seguridad en el aeropuerto de Shannon y en Doonbeg. El club de golf de Trump en el condado de Clare, que cuenta con 162 hectáreas, quedó blindado y cerrado al acceso del público durante la visita presidencial. El sitio está totalmente vallado y cuenta con un nuevo sistema de cámaras de seguridad infrarrojas. Protestas Mientras, cientos de manifestantes y activistas se concentraron en el pueblo de Doonbeg para protestar por la visita del presidente estadunidense, como también por su falta de políticas ambientalistas, por los derechos de la mujer, de los inmigrantes, minorías étnicas y del colectivo LGBTI. También se registraron protestas fuera del aeropuerto de Shannon, con un “campamento por la paz”, además de manifestaciones en el centro de Dublín. La visita de Trump ha creado fuertes desafíos políticos y diplomáticos para el gobierno irlandés, ya que el presidente estadunidense no es una figura popular para la población de ese país. De hecho, Varadkar fue aconsejado de mantener su reunión con el mandatario estadunidense en el aeropuerto de Shannon, un sitio neutro, en lugar del club de golf de Trump. Otro dolor de cabeza para Varadkar es la batalla legal que existe entre Trump y las autoridades municipales del condado de Clare, quienes rechazan un pedido del presidente para instalar una barrera contra el mar en el perímetro de su club de golf en Doonbeg por temor a la erosión marina. El presidente Trump calificó esa batalla legal como “una experiencia muy desagradable”, que dijo espera ganar a toda costa.

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