Leonardo Padura visita a Lula
LA HABANA (apro).- Casi dos semanas después de visitar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la cárcel, el escritor cubano Leonardo Padura está satisfecho con el apoyo moral que le transmitió al líder más popular de los últimos 20 años en el país sudamericano.
“Físicamente lo vi muy bien. Va a cumplir 74 años. Está haciendo mucho ejercicio, camina unos nueve kilómetros al día con una caminadora y hace pesas. Y lee, lee mucho”, cuenta Padura.
Lula y Padura se conocieron en Brasil. El expresidente ha leído novelas del creador de Mario Conde, incluida la voluminosa El hombre que amaba a los perros, sobre la vida y la muerte de Trostki a manos de Ramón Mercader, y Herejes, entre otras.
Cuando el líder del Partido de los Trabajadores ya había cumplido sus dos mandatos presidenciales (entre 2003 y 2010), el escritor y el político se encontraron tres veces en el Instituto Lula, una de ellas durante una cena. Tras verlo entre rejas, aunque aislado y en condiciones especiales, el premiado narrador cubano lamenta que un hombre que sacó de la pobreza a 40 millones de brasileños durante ocho años de gobierno, ahora padezca el olvido.
“Los logros que tuvo en Brasil hoy están en una condición bastante precaria”, se queja el Premio Princesa de Asturias 2015.
Padura visitó al exgobernante en la recta final de un año de trabajo literario fructífero: está en la revisión final de la novela que inició en 2018, sobre la diáspora cubana; los idiomas serbio y letón se sumaron a las traducciones de su obra, ahora en 30 lenguas; El hombre que amaba a los perros fue publicada en Japón; salió al mercado español su libro de ensayos Agua por todas partes, que ha tenido tres ediciones; preparó una nueva edición de su libro Los rostros de la salsa, publicado hace 20 años, ahora con una nueva entrevista a Rubén Blades; escribió con su esposa y colaboradora, Lucía Lopez Coll, el argumento para la segunda temporada de la serie Cuatro estaciones en La Habana; y está en proceso de negociación una posible película sobre El hombre que amaba a los perros.
Padura llegó hasta la cárcel de la Policía Federal de Curitiba, donde Lula cumple una condena de 12 años por supuesta corrupción, tras inaugurar el ciclo de conferencias Fronteiras de Pensamento, que cada año reúne a especialistas de humanidades en varias ciudades brasileñas. La propuesta de la visita provino del Instituto Lula y la editorial Boitempo, que ha publicado buena parte de la obra de Padura y tradujo recientemente al portugués La transparencia del tiempo, la novela más reciente de la saga de Mario Conde.
Pero lo que el narrador encaró como apoyo moral y prueba de amistad a una personalidad que admira su obra, varios medios de prensa lo interpretaron como una contradicción de quien reclama constantemente más literatura y menos política alrededor de sus novelas.
“Es lógico que se haga una lectura política de la visita de un escritor a un político, en este caso de la trascendencia que tuvo Lula tanto para Brasil como para el resto de América Latina –explica Padura–. Aunque siempre diga que prefiero no hablar de política, no me niego a eso. Lo que pido, durante las entrevistas, es hablar más del oficio de escribir, de mis estrategias, modos de crear, y menos de política.
“Creo que tener delante a un escritor y no hablar de literatura es un desperdicio. Y centrarse en preguntas políticas resuelve un espacio en las publicaciones, pero dice muy poco sobre el trabajo del escritor. De cualquier modo, siempre he respondido todas las preguntas.”
–Pero el hecho de vivir en Cuba genera preguntas políticas casi de modo inevitable… --se le preguntó al escritor.
–Lo sé. Que yo viva en Cuba, que mi literatura refleje y problematice la realidad cubana, y que el periodismo que he hecho tenga una visión sobre mi sociedad, genera el interés de los periodistas en mis criterios sobre la vida política, económica y social de mi país.
–¿Crees que tu visita a Lula influya a favor de su libertad?
–A él lo han visitado otras personalidades importantes de la sociedad y la política brasileñas y su situación no ha cambiado. Sé que cuando llegue su libertad, que tendrá que llegar, Lula saldrá como un hombre más preparado gracias a los libros que está leyendo y que seguirá leyendo mientras esté preso.
Más preparado, pero más preocupado también, porque uno de los libros que ha leído Lula da Silva es el inquietante ensayo 21 lecciones para el siglo XXI, del sociólogo israelí Noah Harari.
Le pregunté sobre el libro –resume Padura– y me respondió algo que sentí igual al leerlo: “Me asusta. Si alguna de las cosas que este escritor plantea como posibilidad de un futuro no tan lejano se convierte en realidad, la humanidad se verá en una coyuntura muy complicada”.