Los jueces no están diseñados para corregir todos los errores de nuestra vida pública: Barrett

lunes, 12 de octubre de 2020 · 22:38
CIUDAD DE MÉXICO (EUROPA PRESS).- Amy Coney Barrett, la jueza conservadora nominada por Donald Trump para ocupar una silla en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, afirmó este lunes que si bien los tribunales "tienen la responsabilidad vital de hacer cumplir el Estado de derecho", no tienen el deber de "resolver o corregir todos los problemas" de los ciudadanos. "Los tribunales tienen la responsabilidad vital de hacer cumplir el Estado de derecho, que es fundamental para una sociedad libre, pero no están diseñados para resolver todos los problemas o corregir todos los errores de nuestra vida pública", dijo Barrett durante la sesión celebrada este lunes frente al Senado, de mayoría republicana, que aspira a ratificar a la jueza conservadora antes de las elecciones del próximo 3 de noviembre. "Las decisiones políticas y los juicios de valor del gobierno deben ser tomados por los poderes políticos elegidos por el pueblo y responsables ante él. El público no debe esperar que los tribunales lo hagan, y los tribunales no deben intentarlo", insistió. Durante su intervención, la candidata propuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló que su formación está influenciada por la "filosofía judicial" del también juez conservador Antonin Scalia, para quien trabajó como secretaria. "Fue el contenido del razonamiento del juez Scalia lo que me formó. Su filosofía judicial era sencilla: un juez debe aplicar la ley tal como está escrita, no como el juez desea que sea. A veces, ese enfoque significaba alcanzar resultados que no le gustaban", explicó. Una de las controversias en relación con su candidatura está en los plazos de su confirmación como nueva magistrada del Supremo, ya que suelen durar aproximadamente dos meses, pero desde el Partido Republicano se espera hacerlo en los próximos días, antes de las elecciones, lo que ha sido ampliamente criticado por los demócratas. Precisamente en las últimas semanas el Partido Demócrata ha recordado cómo hace cuatro años los republicanos bloquearon durante nueve meses al candidato propuesto por el expresidente Barack Obama, tras la muerte de Scalia, argumentando que la nominación debería presentarse después de las elecciones. En línea con los argumentos de Scalia, la candidata a ocupar el cargo dejado por la jueza Ruth Bader Ginsburg insistió durante su comparecencia que los estadunidenses de todos los orígenes “merecen un Tribunal Supremo independiente" que interprete la Constitución "tal como está escrita". La sesión de este lunes también contó con otras intervenciones, aunque a través de videoconferencia, debido a la crisis del coronavirus, como la del presidente del Comité Judicial del Senado, Lindsey Graham, quien aseguró que se trata de un "deber constitucional" confirmar a Barrett "lo antes posible". Desde el Partido Demócrata, en cambio, han criticado que la nominación de Barrett por parte de Donald Trump supone un retroceso en materia de derechos sociales y en especial un desprecio al "legado" de la juez Ginsburg. La senadora y candidata a vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, afirmó que al sustituir a Ginsburg "por alguien que deshará su legado", Trump "está intentando hacer retroceder los derechos de los estadunidenses durante las próximas décadas". Harris acusó al Partido Republicano de anteponer sus intereses partidistas al bienestar del país, como muestra, dijo, el que se hayan celebrado estas sesiones en medio de la crisis sanitaria. Si finalmente los republicanos confirman a Barrett en los próximos días, el Tribunal Supremo contará con una mayoría republicana de seis a tres, recordó la cadena Fox News.

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