La ICRICT urge a gobiernos no ceder ante empresas y a recaudar más impuestos
También los instó a luchar contra la evasión de capitales en estructuras offshore.
Un informe publicado hoy por la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés) exhortó a los gobiernos del mundo a actuar para que “la carga económica” de la respuesta al covid-19 no recaiga “desproporcionadamente sobre quienes menos tienen”, sobre todo ante un panorama de graves contracciones económicas y de una recuperación “lenta y desequilibrada”, en el que los Estados tendrán enormes necesidades de dinero y recaudaciones fiscales muy bajas.
“Si los más ricos no acaban soportando una parte proporcional de la carga económica de la pandemia, ni la recaudación nacional sobre impuestos como el impuesto sobre la renta ni incluso la coordinación internacional sobre la tributación empresarial serán suficientes”, remató.
“Hay alternativas a los recortes en políticas públicas y pasan por convertir el impuesto de sociedades en una tributación más progresiva para proteger a las pequeñas y medianas empresas, así como en una imposición más efectiva de la riqueza, especialmente de la riqueza offshore y en el exterior”, sostuvo el documento, elaborado, entre otros, por los célebres economistas Joseph Stiglitz y Thomas Piketty, así como la abogada en derechos humanos Magdalena Sepúlveda Carmona o la política de Uganda, Irene Ovonji-Odida.
“Las grandes empresas ya están presionando para obtener concesiones fiscales y rescates con el argumento de tener que ‘estimular la inversión de cara a la reconstrucción’”, planteó el informe, al añadir que “reducir aún más los tipos nominales en el impuesto de sociedades exacerbaría aún más la ‘carrera hacia el fondo’ internacional en la tributación empresarial con el fin de atraer la inversión extranjera”, pues “no hay evidencias que respalden que la tendencia de estos últimos años a rebajar los tipos nominales del impuesto de sociedades haya generado un efecto de estímulo sobre la inversión productiva y el crecimiento”.
El ICRICT urgió a los gobiernos del planeta a introducir impuestos sobre los servicios digitales “que se apliquen sobre las rentas generadas por las empresas multinacionales de este sector” --pues de acuerdo con el informe, “se inspira en precedentes similares de impuestos aplicados durante la segunda guerra mundial a los proveedores de material militar”--; también a aplicar un impuesto más elevado sobre “los beneficios extraordinarios de las grandes empresas en los sectores oligopolizados”, así como aplicar una tasa de impuesto mínima de 25% en las sociedades en cada país.
Aparte, exhortó a los gobiernos a poner más énfasis en luchar contra la evasión de capitales hacia paraísos offshore, dado que “en tiempos de crisis globales, se suele producir un efecto de impulso natural que lleva a las grandes fortunas a retirar sus activos del capital de las grandes empresas sustituyéndolo por deuda contando preferentemente con el respaldo del gobierno mientras transfieran los activos al extranjero para mantenerlos ‘a salvo’, es decir, a salvo de las autoridades tributarias”.
De hecho, la organización recordó que, a diferencia de situaciones de guerra, en la crisis de la pandemia de covid-19 la capacidad productiva –las máquinas, los trabajadores-- “no ha sido destruida ni desviada a otros usos” hasta el momento, y señaló que, si bien las grandes empresas enfrentan problemas temporales de liquidez, éstos “pueden resolverse con líneas de crédito”.
Por otra parte, señala que la población más vulnerable del planeta está sufriendo con mayor fuerza de la “desarticulación acelerada y radical de la economía mundial” propiciada por la crisis de covid-19, ya sea por el confinamiento como por el aumento del desempleo y las “graves pérdidas de ingresos para los trabajadores informales”.
“En los países en desarrollo, la debilidad de los sistemas de salud pública combinada con las medidas de confinamiento para frenar el contagio ya ha tenido efectos devastadores en los medios de subsistencia y acceso a alimentos para una gran proporción de la población”, deploró.
Y señaló que “las repercusiones económicas de la pandemia en los distintos países se ven magnificadas por la caída de flujos de exportaciones, la ruptura de las cadenas de suministro, el colapso del turismo extranjero y el desplome de los precios de las materias primas. La súbita disminución de las remesas de los trabajadores en el extranjero también ha exacerbado la contracción en los ingresos disponibles”.