CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los países que han logrado suprimir la transmisión del coronavirus y que se encuentran ahora en una fase de reapertura en general mantienen mucha cautela, pero eso no los exime de la posibilidad de nuevos brotes debido a las actividades que implican contacto social, así que deben estar siempre listos para responder de manera inmediata y estricta para contener esas manifestaciones y evitar una nueva propagación del covid-19, afirmaron este miércoles expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Necesitamos ser realistas, seguramente habrá ciertos retrocesos, podrían registrarse algunas bolsas o grupos. […] Cuando el virus esté presente va a circular, por ello siempre recordamos que el enfoque tiene que ser integral, la distancia física debe ser de un metro como mínimo entre las personas.
“Además, hay que lavarse las manos, cubrirse la boca y la nariz si es necesario y quedarse en casa cuando la persona no se siente bien, entre otras medidas. El virus aprovechará todo contacto estrecho para transmitirse”, dijo Maria Van Kerkhove, jefa técnica de Programas de Emergencia del organismo.
Van Kerkhove comentó que “lo importante es que cuando se detecten estas bolsas o grupos se utilicen los sistemas que ya existen, la infraestructura de salud pública para poder identificar los casos, hacer las pruebas, aislar los casos o atenderlos en un hospital si hiciera falta, rastrear los contactos y poner a esas personas en cuarentena, de esta manera se corta la cadena de transmisión y se impide que el virus siga circulando”.
A su vez, el director ejecutivo de la misma división de la OMS, Michael Ryan, explicó que, al hablar de transmisión del virus, en el fondo se habla de la conducta de la gente.
“Podemos hablar de los distintos tipos de transmisión, pero el contacto es el principal vehículo de contagio. Nuestra conducta puede facilitar o frenar la transmisión. (…) Hay contextos [como una discoteca u otro espacio público] que pueden provocar una transmisión comunitaria, lo hemos vista en residencias de ancianos o dormitorios. (…) Así que se trata de una cuestión de proximidad, de intensidad y de duración”.
Por esa razón, destacó que “todos y cada uno de nosotros tenemos que ser conscientes de nuestro propio riesgo. Cada quien debe pensar en cómo se produce la transmisión, dónde se mueve y poder controlar el destino propio y no sólo depender de los gobiernos. Es algo que podemos hacer”.
Asimismo, recordó que diariamente tomamos decisiones que conllevan riesgos, es parte de la naturaleza humana, por eso “el gobierno y la ciencia pueden dar pautas, pero, a la postre, todo se reduce a una decisión personal. Los gobiernos, los científicos tienen que ayudar con información, pero al final todo se reduce a las personas y a las comunidades”.
En la conferencia de prensa que ofrecen tres veces por semana desde Ginebra, ciudad sede de la agencia de la ONU para la salud, Ryan y Van Kerkhove coincidieron en la responsabilidad compartida de individuos, sociedad y gobierno de detener la pandemia y subrayaron que la reacción de todas las partes debe ser muy rápida cuando se presenten nuevos brotes.