Pegasus

Gobierno de Israel espió a seis activistas palestinos con software de Pegasus

Los defensores de derechos humanos atacados, forman parte de grupos de la sociedad civil que el gobierno de Israel incluyó recientemente en su lista de organizaciones terroristas, reveló Front Line Defenders.
lunes, 8 de noviembre de 2021 · 12:31

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno de Israel hackeó los celulares de seis activistas palestinos con el controvertido software espía Pegasus, desarrollado por la empresa NSO Group, reveló hoy la organización irlandesa Front Line Defenders, con el apoyo técnico de Amnistía Internacional y el Citizen Lab.

Los defensores de derechos humanos atacados con Pegasus –tres de ellos también lo fueron por la vía penal-- forman parte de grupos de la sociedad civil que el gobierno de Israel incluyó recientemente en su lista de organizaciones terroristas debido a sus vínculos con el Frente Popular para la Liberación de Palestina, pese a los reclamos de expertos internacionales en derechos humanos.

Estas organizaciones, Al-Haq, Defense for Children International – Palestina (DCI-Palestina), el Centro de Investigación y Desarrollo Bisan, la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, el Sindicato de Comités de Trabajadores Agrícolas y Addameer, han documentado violaciones a los derechos humanos perpetrados por el gobierno de Israel y la Autoridad Palestina.

Desde su primera venta internacional –al gobierno de Felipe Calderón, en 2010--, el poderoso software Pegasus ha sido utilizado por gobiernos autoritarios para intervenir de manera ilegal los celulares de decenas de periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos, como lo revelaron Proceso y otros 17 medios en la investigación internacional Pegasus Project, coordinada por la organización parisina Forbidden Stories.

El pasado 3 de noviembre, el gobierno de Estados Unidos incluyó NSO Group, la empresa israelí que desarrolló Pegasus, en su lista negra de “Entidades de Ciberactividades Maliciosas”, tras determinar que su producto fue usado por gobiernos extranjeros para "atacar maliciosamente a funcionarios, periodistas, empresarios, activistas, académicos y diplomáticos" pero también para llevar a cabo acciones de "represión transnacional" contra las diásporas.

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