Papa Francisco

El Papa critica la corrupción "endémica" y la polarización en América

Sobre la migración, Francisco dijo que “no hay que olvidar los éxodos masivos que afectan al continente americano y que crean presión en la frontera entre México y Estados Unidos de América”.
lunes, 10 de enero de 2022 · 17:12

ROMA (apro). - Palabras duras del Papa para el continente americano. En su habitual discurso al cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano, que realiza una vez al año y en el que expresa sus principales posturas geopolíticas, Francisco criticó este lunes con vehemencia las plagas que afectan a la región, en particular la corrupción y la creciente polarización política.

“Las desigualdades profundas, las injusticias y la corrupción endémica, así como las diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, también siguen alimentando los conflictos sociales en el continente americano”, afirmó el antiguo obispo de Buenos Aires.

“La polarización, (que es) cada vez más fuerte, no ayuda a resolver los problemas reales y urgentes de los ciudadanos, especialmente de los más pobres y vulnerables”, añadió, en su apartado reservado a América.

Éxodo a México

Delante de los representantes políticos de los 183 Estados que están acreditados ante el Vaticano -en representación de México, participaron el encargado de Asuntos Políticos, Pedro Barragán, y el de Negocios, Francisco de Paula Castro-, el pontífice argentino también mencionó explícitamente a México, pero hablando en particular de la situación migratoria que existe en el país.

Con relación a esto, dijo que “no hay que olvidar los éxodos masivos que afectan al continente americano y que crean presión en la frontera entre México y Estados Unidos de América”. “Muchos de esos migrantes son haitianos que huyen de las tragedias que han golpeado su país en estos años”, consideró el Papa.

“La cuestión migratoria, como también la pandemia y el cambio climático, muestran claramente que nadie se puede salvar por sí mismo, es decir, que los grandes desafíos de nuestro tiempo son todos globales”, afirmó, en otra parte de su discurso. Por esta razón, consideró “preocupante”, que “frente a una mayor interconexión de los problemas, vaya creciendo una mayor fragmentación de las soluciones”.

“Soy consciente de las dificultades que algunos Estados encuentran frente a flujos ingentes de personas. A nadie se le puede pedir lo que no puede hacer, pero hay una clara diferencia entre acoger, aunque sea limitadamente, y rechazar totalmente”, explicó.

Las vacunas no son mágicas

En cuanto a los envíos de dosis contra el covid-19 a países de ingresos medios y bajos, que son los que más dificultades han tenido para tener acceso a las vacunas, el Papa volvió a pedir que los Estados tengan “sentido de responsabilidad, elaborando una respuesta coordinada a todos los niveles (local, nacional, regional y global), mediante nuevos modelos de solidaridad e instrumentos aptos para reforzar las capacidades de los países más necesitados”.

Aún así, precisó que “las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, son la solución más razonable”, según dijo, sin citar a los movimientos antivacunas que rechazan la vacunación.

Invitó los gobiernos a ser claros en comunicar sus decisiones a los ciudadanos, y también pidió involucrarlos. “La falta de firmeza decisional y de claridad comunicativa genera confusión, crea desconfianza y amenaza la cohesión social, alimentando nuevas tensiones. Se instaura un “relativismo social” que hiere la armonía y la unidad”, opinó.

“La política” debe interpelar “también a los ciudadanos para que puedan sentirse partícipes y responsables, por medio de una comunicación transparente de las problemáticas y de las medidas idóneas para afrontarlas”, aseveró. 

Sobre la ‘cultura de la cancelación’, en cambio, afirmó que ‘en nombre de la protección de las diversidades, se termina por borrar el sentido de cada identidad”.

“Considero que se trata de una forma de colonización ideológica, que no deja espacio a la libertad de expresión y que hoy asume cada vez más la forma de esa cultura de la cancelación, que invade muchos ámbitos e instituciones públicas”, dijo.

En cambio, sobre las nuevas tecnologías, argumentó que estas no pueden “sustituir el valor añadido que aporta el trabajo humano” ni “las verdaderas relaciones humanas, a nivel interpersonal, familiar, social e internacional”. 

Finalmente, otro tema fue el debate sobre las armas nucleares, cuyo uso rechazó. “Un mundo sin armas nucleares es posible y necesario”, al augurarse en un desenlace positivo en las negociaciones con Irán.

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