Una necesaria definición

lunes, 23 de agosto de 2010 · 01:00

Antonio Muñoz Molina es estimado como uno de los más talentosos escritores españoles, al lado de Javier Cercas, Enrique Vila-Matas, Álvaro Pombo, Soledad Puértolas, Javier Marías, Arturo Pérez-Reverte y Belén Gopegui. En 1987 obtuvo el Premio de la Crítica por su novela El invierno en Lisboa, así como recibió los Premios Planeta (1991) y el Nacional de Narrativa (1992) por El jinete polaco. Otras de sus obras importantes son Ardor guerrero (1995) y Plenilunio (1997). En el pasado otoño dio a conocer su más reciente novela, La noche de los tiempos (Ed. Seix Barral. Col. Biblioteca Breve; Barcelona, 2009. 958 pp.)

En esta obra Muñoz Molina cuenta la historia del enamoramiento de Ignacio Abel con Judith Biely. Él es arquitecto, profesor y diseñador de la universidad madrileña, casado y con dos hijos. Ella es una joven estadunidense que pasea por Europa y escribe reportajes para diferentes periódicos. La anécdota ocurre en los inicios de la guerra civil. Después de conocerse establecen una relación de amasiato y llevan una vida disipada que afecta “las buenas costumbres”, asimismo simpatizan con los republicanos y cuestionan a los rebeldes. La lucha que se desata, cuando las contradicciones son insuperables, separa a los amantes, quienes buscan encontrarse después de pasar por grandes vicisitudes, hasta que los intereses, valores y miedos afecten sus relaciones. La descripción de los sucesos es realizada con minuciosidad extrema por Muñoz Molina y reproduce no sólo los ambientes, sino el espíritu de los diferentes grupos que intervinieron en la contienda.

En esta novela Muñoz Molina trabaja sobre las pasiones y convicciones que afectan a los impetuosos. El deseo hace que estos quebranten las convenciones sociales. A su vez las ideas políticas liberales que sostienen los llevan a cuestionar e intentar cambiar a la sociedad. Las posturas provocan una respuesta de intransigencia por parte de diferentes grupos que se niegan a transformar los órdenes morales y políticos. Es entonces que surge la violencia a todos los niveles, tanto familiares como públicos, para imponer una forma de gobierno, ya sea progresista o conservadora. Ante esta situación se extreman las definiciones y obligan a los sujetos a determinados actos que destrozan las relaciones fraternas, amorosas, sociales… y conducen a maneras despóticas.

La noche de los tiempos es una narración en la que Muñoz Molina, al intentar recuperar la época en la que ocurre, cae en descripciones excesivas que restan atención a los sucesos amorosos. Aunque, por otro lado, estas puntualizaciones le permiten no deslizarse en maniqueísmos y retratar el entorno político con equidad, presentando las barbaridades cometidas por los bandos participantes.

 

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