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MÉXICO, D.F. (Proceso).- Keri Smith ha escrito Cómo ser un explorador del mundo (Fondo de Cultura Económica-Conaculta; México, 2012, 204 p.), un libro para niños con la intención de que éstos aprendan a observar el mundo de manera ordenada y a analizarlo para definir sus partes esenciales. Así pueden entender los orígenes y causas de algunos fenómenos. También acercarse a la regularidad y reconocer lo inesperado de todos los procesos de conocimiento. En especial busca destacar cómo lo inusual permite percibir otras dimensiones, lo que en el trabajo de investigación se conoce como Serendipia, descubrimiento de lo inesperado. Asimismo resalta la parte estética y la relaciona con la producción de los artistas, quienes realizan un trabajo similar de comprensión profundo.
La manera en como Kerí Smith guía al lector es a través de notas, mapas, caricaturas, fotografías, 59 ejercicios y sugerencias de exploración que llevan a observar e interactuar con el entorno, así como a nombrar los gustos propios. Una de las pruebas propuestas se llama “olores” e invita al lector a salir por el barrio, registrar los olores e identificar de dónde provienen. Los estímulos invitan a entender y apreciar cosas, acciones, gustos… De esta manera al final del proceso el niño tiene una información y colección de objetos que entiende y puede exponer a través de crear su propio museo.
Cómo ser un explorador del mundo es un libro ameno que estimula las capacidades creativas de los niños y propone un acercamiento diferente a la realidad.