"La ciencia-ficción no ha muerto"

viernes, 17 de enero de 2014 · 13:56
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La ciencia-ficción no ha muerto ni morirá!, alzan la voz los escritores mexicanos Pepe Rojo y Bernardo Fernández (Bef), quienes traducen a escritores vivos de Estados Unidos y Canadá dedicados al género, con los cuales plantean una revisión de las mutaciones que el género ha experimentado durante los últimos 30 años. Así, superhéroes, bioingeniería, destrucción, aventuras, mitología, extraterrestres, raza cósmica, Godzila, entre otros tópicos, se hallan en el libro 25 minutos en el futuro. Nueva ciencia ficción norteamericana, editado por Almadía y Conaculta. Y es que Rojo y Bef, preocupados ante la nula traducción en México de cuentos de ficción, intentan con su antología poner al día al lector sobre esta rama literaria. Son 25 cuentos de Greg Bear, Joe R. Lansdale, Don Webb, Ted Chiang, Catherynne M. Valente, Terry Bisson, Cory Doctorow, Lucius Shepard, Connie Willis, Nancy Kress, Chris N. Brown, Kij Johnson, Ken Liu, George Saunders, Will Clarke, Charlie Jane Anders, Paolo Bacigalupi, Paul Di Filippo, Eileen Gunn, John Kessel, Christopher Rowe, Jeff VanderMeer, Rudy Rucker, Margaret Atwood y Bruce Sterling. Bef (Ciudad de México, 1972), quien obtuvo los premios de Novela Policiaca Una Vuelta de Tuerca y Memorial Silverio Cañada a Mejor Primera Novela Policiaca de la Semana Negra de Gijón y es autor de los libros Tiempo de alacranes, Gel azul, Ojos de lagarto y Hielo negro, manifiesta en entrevista que “la ciencia-ficción en algún momento se percibió como algo muy ajeno y muy fantasioso, pero estos textos van a permitir descubrir que es un género íntimamente relacionado con el mundo actual y real”. Resalta que la ciencia-ficción desde hace varios años ha sido una estrategia para hablar de los problemas sociales: “Hay una dimensión literaria de mucho compromiso. Aquí se puede ver lo que sucede en Norteamérica, englobando Canadá y Estados Unidos, pero como se ha dejado de traducir no estamos actualizados. El público no especializado no está al tanto, por ello queremos que sea un muestreo de lo que se está haciendo, y la gente que ve ciencia-ficción, quiero pensar, va a buscar el libro.” Rojo (Chilpancingo, 1968), quien ha publicado los libros Ruido gris, Yonke, Punto cero e interrupciones, especifica que en los últimos cuarenta años la ciencia-ficción ha sido una de las herramientas literarias más interesantes para hablar del presente: “Quizá porque desvía la mirada de lo obvio. La ciencia-ficción más interesante está ligada siempre con el presente de una manera incluso muy comprometida. Parece que habla de otro mundo y a la mera hora se da uno cuenta que se refiere a algo que está a la vuelta de la esquina.” Se le interroga a ambos la razón por la cual el género dejó de traducirse en español, y Bef responde con un “no sé… es un misterio”. Luego agrega: “Me imagino que son dos cosas. Una, que los autores viejos venden muy bien todavía. Isaac Asimov tienen un público muy fiel. Y dos, es caro traducir, comprar los derechos. Supongo que existe una inercia editorial, sobre todo en España, de donde venía la gran mayoría de la traducción, pero se detuvo y ya no se actualizó. Espero que esta antología desatore esa apatía.” Rojo expresa a su vez que no sabe cómo se maneja el mundo editorial, “pero a las antologías que tuve acceso de adolescente y en la juventud, donde más o menos uno estaba consciente de qué estaba pasando con la ciencia-ficción, de repente desaparecieron de las librerías mexicanas, y esa es una tristeza. De repente nuestros parámetros de la ciencia-ficción en México se estaban anquilosando durísimo y este libro es un intento de ponernos al día.” Sin embargo, destaca que en México desde hace 30 años hay una producción constante de ciencia ficción “de buena calidad, aunque irregular en su salida, y cuesta trabajo encontrarla, no ha encontrado un mercado claro, aunque creo que eso también le ha permitido muchas libertades”. Los retos –¿Qué tan difícil fue encontrar el lenguaje apropiado en español para estos 25 cuentos? –Fue parte del reto –explica Rojo–, y a ratos era difícil, pero tomamos asesoría de expertos del género, como los escritores Alberto Chimal y Gerardo Sifuentes y Alberto Calvo, traductor especializado en cómics. Era todo un desafío cómo hacerlo accesible al español y que se mantuviera el juego con el lenguaje. Son traducciones de muy alta calidad donde se respeta la historia que se está contando, pero también los juegos lingüísticos y conceptuales que manejan los autores. –¿En qué situación se encuentra la ciencia-ficción? –Hace 10 años se empezó a hablar mucho de la muerte de la ciencia-ficción, es bueno que se diga eso porque influyó a que no sea un gueto marginal en Estados Unidos, hay best sellers que son de ciencia-ficción. Creo que muchos escritores están más preocupados en utilizarla no como un género sino como una herramienta que les permita departir sobre la realidad actual. Eso es sano para el género. Si se sigue hablando de su muerte, provocará enojo a alguien y va a escribir para que vean que no ha muerto. “La ciencia-ficción no está muerta y dudo mucho que muera, va a llegar el momento en el cual se convierta en un nuevo realismo. Lo que desapreció fue cómo la encajonaban. Creo que es hora de dejarla mutar a otros lados. “ –La tenían muy catalogada, ¿verdad? –Sí, como literatura no seria, literatura basura. También esta antología muestra que en ese rincón que nadie pelaba empezó a mutarse un monstruo y es imposible pararlo. –¿Ahora la ciencia-ficción se ha convertido en un espejo de la realidad? –Eso suena a apocalipsis. Sí hay una función preventiva en la ciencia-ficción que funciona. La ciencia-ficción, el horror y la fantasía son los modos dominantes. En el video juego son los reyes. Es una especie de miopía que el mundo editorial no se dé cuenta. –Entonces, ¿qué destacaría de 25 minutos en el futuro?, por cierto título de la película para televisión Max Headroom: Veinte minutos en el futuro, de 1985. –Son los mejores escritores vivos. Una selección que cubre los últimos treinta años con un fuerte énfasis en lo publicado desde finales de los noventa a la fecha. La mezcla habla un poco de la riqueza del género, hay grandes figuras, como Margaret Atwood, quien estuvo a punto de ganarse el Nobel, y hay escritores serios que la gente no relaciona con la ciencia-ficción, pero que la han trabajado, como George Sauders. Rojo remarca: “Me divertí mucho haciendo la antología.”

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