Los transterrados

miércoles, 24 de octubre de 2018 · 08:25
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la historia de las migraciones o desplazamientos forzados, las causas que las originan son diversas. Las hay por razones de conflicto en el caso de guerras, climáticas por los cambios en el medioambiente, políticas por la llegada de gobiernos autoritarios y económicas. Hoy, quizá deberíamos añadir que la presencia del crimen organizado ha generado también el desplazamiento de miles de personas desde sus lugares de origen. Salvo en raras ocasiones, la llegada de miles de personas a otro lugar siempre ha generado conflictos pues se les ve como una amenaza o un peligro. Sólo cuando los migrantes son pocos y con personas que aportan a la comunidad con conocimiento y nuevas ideas, los extraños que llegan son aceptados sin problema, como en el caso de la migración española a México a mediados del siglo pasado y la de los argentinos y chilenos en los tiempos de dictadura. Hoy el tema de las migraciones es un problema que acarrea múltiples conflictos internacionales, sobre todo porque en su mayoría son por cuestiones económicas en un mundo globalizado que, paradójicamente, presume supuestas economías abiertas y sin fronteras. México está integrado por múltiples migraciones en toda su historia. Basta con recordar que el corazón de Tenochtitlán fue formado por una migración de los mexicas desde el norte en busca de Aztlán y que luego migraron de otros pueblos hacia lo que es ahora la Ciudad de México, creando una ciudad cosmopolita. La pobreza de México ha generado desde el siglo pasado múltiples migraciones a otros países en busca de un mejor futuro. La mayoría de los transterrados van hacia Estados Unidos donde hay más de 20 millones de mexicanos que se han desplazado a diversas partes de la Unión Americana generando una nueva expresión cultural con sus propios héroes, música, moda y forma de vida. La ola de migrantes centroamericanos a México, como país de paso hacia Estados Unidos, se ha multiplicado en los últimos años por diversas razones, además de la pobreza. Los haitianos, por ejemplo, llevan a cuestas tragedias de temblores, huracanes y violencia que los han orillado a buscar otros países, uno de ellos era Brasil, hasta que ya no tuvieron trabajo en la construcción de los estadios de futbol y decidieron migrar hacia Norte América, quedándose varados en Tijuana ante la prohibición del gobierno de Washington. En tanto que los migrantes de Honduras, Nicaragua y El Salvador -que desde hace dos décadas han incrementado su número-, son empujados a salir de sus países no solo por las condiciones de marginalidad, sino también por la violencia generada por el crimen organizado. El caso más grave es, sin duda, el de Honduras y El Salvador, donde las pandillas vinculadas con el narcotráfico se han apoderado de una buena parte del territorio generando un gobierno paralelo que ejerce su poder a través del terror y la muerte. Por cierto… Donald Trump ya anunció que Estados Unidos cerrará su frontera a los miles de migrantes que atraviesan territorio mexicano con la ilusión de alcanzar el sueño americano. Y aunque no lo va a reconocer, el modelo neoliberal que han impulsado desde 1988 con el consenso de Washington con las políticas neoliberales de la macroeconomía y el libre mercado, está detrás de esta migración, pues sólo ha generado mayor pobreza, marginación y violencia en muchos de los países que están al margen de los beneficios en territorios desarrollados que se favorecen de mano de obra barata y de un mercado cautivo a sus mercancías.  

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