El martes negro de AMLO y la 4T

miércoles, 10 de julio de 2019 · 08:39
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hacia adentro del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hay caos y hacia afuera incertidumbre. Al menos esa es la impresión que da lo ocurrido este martes de renuncias de funcionarios, caída del peso frente al dólar, el paro de la Policía Federal  y la detención del abogado Juan Collado defensor, entre otros, del líder sindical de los petroleros Carlos Romero Deschamps. Desde hace unas semanas se vienen expresando una serie de acciones que han ensombrecido a la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador como el manejo policiaco del problema migratorio, la puesta en marcha de la construcción de la refinería de Dos Bocas y del aeropuerto de Santa Lucia y el arranque en funciones de la Guardia Nacional. A estas acciones habría que añadirle la grave ausencia de negociadores que elaboren estrategias de control de daños ante decisiones de alto riesgo como la integración de la Policía Federal en la Guardia Nacional y también  las versiones sobre profundas diferencias al interior del gabinete presidencial. Las diferencias entre los miembros del gabinete amloista, que tanto se cuidó para que no salieran al público, ya rebasaron los salones del Palacio Nacional y se han hecho evidentes en las cartas de renuncia de Germán Martínez al IMSS y de Carlos Urzúa a la secretaría de Hacienda. Ambos han expresado la existencia de lo que se podría llamar la nomenclatura lopezobradorista, que ha impuesto criterios pretorianos en el ejercicio del gobierno y de la administración pública. Tanto el senador Germán Martínez como el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, hicieron mención de una corriente dentro del gobierno de López Obrador que está tomando decisiones más allá de sus atribuciones afectando el uso y la administración de los recursos públicos bajo el pretexto de aplicar la austeridad republicana. Pero no solo en el IMSS y en Hacienda existe ese problema, también está en las secretarías de Gobernación, Educación, Transportes, Salud, Seguridad Pública y en el partido Morena donde la lucha por la dirigencia nacional se da entre quienes dicen ser los representantes directos del presidente y aquellos que pretenden avanzar rumbo a la candidatura presidencial, aunque falten cinco años. Resulta que la nomenclatura amloista ha resultado ser más papista que el propio presidente de la República en el ejercicio de gobierno tomando decisiones o ejerciendo presiones para imponer sus criterios o su voluntad, aunque no tengan idea de los efectos e impactos que generan sus determinaciones. Según el senador Ricardo Monreal uno de los problemas principales en el arranque de este gobierno es que hay un desfase entre el ritmo y la velocidad que lleva el presidente López Obrador y los miembros de su gabinete, lo cual ha generado problemas serios a la hora de aplicar las medidas tomadas desde Palacio Nacional. Pero todo indica que el problema va más allá de eso o, mejor dicho, apunta más hacia la personalísima forma de actuar del propio presidente López Obrador y a su grupo cercano que se está excediendo en sus funciones. Al menos eso es lo que se expresa en las cartas de renuncia de Germán Martínez y Carlos Urzúa. Todos estos conflictos han generado en tan solo siete meses una la lista de frentes abiertos en el gobierno de López Obrador que se ha ido ampliando peligrosamente, pues de los problemas iniciales con el magisterio y las guarderías infantiles, las complicaciones han pasado a temas de inversión, seguridad pública, migración y el manejo de la hacienda pública, generando una imagen de caos en el gobierno y de incertidumbre, desconcierto y molestia hacia la población. Es por ello que urge un golpe de timón desde Palacio Nacional antes de que la tempestad se haga tormenta y que el casco de la embarcación se fracture dejando pasar el agua.  Aún es tiempo de rectificar. Por cierto… No hay registro reciente de un día tan negro para un gobierno como este martes para el de Andrés Manuel López Obrador con la caída del peso frente al dólar, la renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa y de Gualberto Ramírez Gutiérrez que deja la Unidad de Investigación de Delitos en Materia de Secuestros, de la Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Fiscalía General de la República (FGR). Asimismo, el paro de miembros de la Policía Federal y la detención del abogado Juan Collado acusado de lavado de dinero. ¡Vaya día para la 4T!  

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