Paul McCartney: 'Valoremos a las enfermeras”

martes, 11 de agosto de 2020 · 15:28
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- No, en realidad no se trata de desanimar a los sanos degustadores de la planta herbácea peruana y boliviana que comúnmente se denomina “maca”, tan en boga de la alimentación como suplemento. Sí nos referiremos a la reciente entrevista de 4 mil y pico de palabras que “Macca” –apodo del exBeatle liverpuliano Sir Paul McCartney-- ofreció para la revista londinense “GQ Magazine”, del editor Dylan Jones (“Paul McCartney at Home. His Most Candid Interview Yet”), con fotos en portada de su hija Mary McCartney. Aquí únicamente traducimos unos cuantos pasajes de esa larga charla, toda vez que Paul “Macca” es uno de los compositores populares más prolíficos y, para México, uno de los pocos rockeros ingleses quien haya dedicado unas líneas líricas a nuestra “vieja ciudad de hierro” --como bautizó Rockdrigo González a la capirucha— en la canción “The Back Seat of my Car” (“podríamos llegar a la Ciudad de México”) al mero final de su álbum “Ram” (1974) con una pequeña ayuda de su entonces esposa, la adorable neoyorquina Linda McCartney (1948-1991). GQ.- ¿Cómo ha sido su confinamiento, Paul? MACCA.- De hecho, muy afortunado. A comienzos de año nos fuimos de vacaciones y el confinamiento empezó justo después de regresar, entonces volé a Inglaterra y me quedé en la granja con mi hija Mary e hijos. Así que de repente todos nos hallamos enclaustrados. Eso no ha sido negativo en absoluto. Realmente, siento algo de remordimiento al admitir que no ha sido malo, igual que a mucha gente más. No quieren admitirlo francamente, ¿sabes?, [ellos] lo están disfrutando. Yo he sido bastante afortunado. El clima ha sido espléndido, y Mary y sus hijos son muy buena onda, estoy viendo mucho a mis nietos y [mi mujer] Nancy, entonces todo marcha bien. “Me siento terriblemente triste por aquellos quienes han sido menos afortunados y obviamente por los que perdieron a sus seres queridos, pero yo he tenido suerte. He podido escribir y clavarme en la música, comenzar canciones, terminarlas. Tenía algunas cositas escritas que me han dado el tiempo para terminar unas canciones que no hubiese tenido para cuándo acabar, ¿ves? Me puse a grabar echándome montones de limpieza en las manos, desinfectantes, y guardando distancia social, lo cual fue bueno pues no me gusta estar sin trabajar. “Supongo que aprendí a no dar nada por hecho y que ahora es muy difícil predecir el futuro. Con toda honestidad, no creo que aprendí gran cosa. Conocía ya el valor de mi familia y ha sido grandioso poder pasar más tiempo con ellos, pero no quiere decir que haga eso todo el tiempo. También me gusta trabajar. Aunque las relaciones son importantes. La familia es importante. La música es importante. Insisto, soy afortunado, porque mi oficio comienza con la escritura y eso lo puedo hacer bien donde quiera que esté, siempre y cuando tenga una guitarra. Me gusta andar activo pues mantengo mi cerebro ocupado. Y por encima de todos mis proyectos, me di el lujo de simplemente sentarme a escribir canciones sin ninguna otra razón, lo cual es padre. Me aleja de las calles.”

Loa al Sistema Nacional de Salud

GQ.- ¿Cree que la conducta de las personas cambiará cuando libremos ésta?   MACCA.- Lo pienso afirmativamente a corto plazo, sí, la gente actuará distinto porque va a ser difícil que de pronto asista a un partido de futbol o a un concierto o vaya al teatro, así que esas cosas nos van a cambiar a todos. “Sin embargo, una cosa es cierta: vamos a valorar más a nuestro Sistema Nacional de Salud. Eso es grandioso, porque la gente de verdad lo daba por descontado. Espero que las enfermeras ahora serán valoradas de mejor manera. La gente de verdad ha entendido el valor de nuestros servicios de salud. Me gustaría pensar que la gente simplemente será más amable. Habrá un poco de eso, de gente profundizando más acerca de la situación; pero por el contrario habrá los pensamientos de quienes sólo digan: “Oh, al carajo” y regresarán a la vieja normalidad.” GQ.- ¿Ha pensado en establecer su residencia en Las Vegas, como Elton John, o hacer lo que Bruce Springsteen en Broadway [“conciertos en residencia”]? MACCA.- Sinceramente no. Habrá quienes les gustaría, ya que dicen que tengo tantas anécdotas y montones canciones, pero una de las cosas que me detiene en este instante es que Bruce lo acaba de hacer, ¿sabes? Es como si dijera: “¡Oh, ahora es mi turno!” Así pues, esto me detiene para no seguir sus pasos y continuar la moda. No es mala idea; pero pienso que prefiero justamente tocar con una banda ante grandes multitudes e incluso pequeñas, ni me importa hacerlo en barecitos. Hago un segmento solo a la mitad de mis “shows” y hacer uno completo nada más así no me atrae. Sería demasiado esfuerzo… “Y en cuanto a tocar en Las Vegas, es algo que he intentado evitar toda mi vida. Definitivamente no me late esa idea para nada. Vegas es donde uno va a morirse, ¿verdad? Es el cementerio de los elefantes.” […] GQ.- ¿Cuál es su mejor solo de guitarra? MACCA.- Me viene inmediatamente a la cabeza “Taxman”. Creo que es bastante bueno. Y de hecho hice algo en mi álbum “Egypt Station” que es todo un “track” mío tocando solo de guitarra que fue bastante bueno. GQ.- ¿Quién era el mejor vestido de Los Beatles? MACCA.- ¡Ja! Todos nos arreglábamos inmaculadamente. Te lo digo, creo que todos nos vestíamos de verdad muy bien. Eso era algo de las mejores cosas, créeme, a esa edad, a los veinte años, y que habías llegado desde Liverpool hasta Londres acabando de descubrir la Cecil Gee [almacén de moda ubicada en el 172 de Kensington High Street] y todas las tiendas en King’s Road y Fulham Road. Es una etapa amplia de tu vida, hallar la ropa adecuada y esa onda. Por lo tanto éramos bueno para ello. Creo que en realidad todos lucíamos bastante bien... GQ.- ¿Cuál es el segundo tema que más le gusta de las películas de James Bond?  [Paul y Linda escribieron el de la película del agente 007 “Live and Let Die”, protagonizada por Roger Moore, en 1973.] MACCA.- Pienso que “Goldfinger”. La onda acerca de los temas de Bond es que debían capturar el espíritu de la cinta y tener cierta distinción para súper pegársete en la memoria, así que se te quedaba eso de (canta) “Gold-fingeeeer”. Creo que fue muy buena la [nueva] canción de Billie Eilish (“No Time to Die” GQ.- Siempre ha sido un apasionado defensor de la música negra. ¿Qué significa la campaña Black Lives Matter para usted? MACCA.- La campaña BLM importa por recordar a las personas acerca de que el fanatismo aún existe en algunos lugares. Cada vez que piensas que ya lo superamos, algo sucede que muestra cuánto necesitamos para erradicar de la sociedad esta crueldad ignorante… GQ.- En estos días, el vegetarianismo es una ortodoxia virtualmente, ¿de qué forma se considera usted su reivindicador? MACCA.- Fue difícil en un comienzo cuando nos hicimos vegetarianos, porque en tales días era fácil reírse de los vegetarianos; pero realmente ahora me hace muy feliz ver la fantástica comida asequible en el mundo entero y la gente buena onda que adopta este estilo de vida. Lisa Simpson, vegana GQ.- ¿Confirmaría que la razón por la cual Lisa Simpson es vegetariana se debe a que usted aceptó participar en las serie “Los Simpsons” con la condición de que ella dejara de comer carne a perpetuidad? MACCA.- Nos preocupaba un poco que ella sólo se convirtiera en vegetariana una semana y después Homero la convencería de comer un hot-dog. Los productores del programa me aseguraron que ella no iba a romper su promesa y mantuvieron su palabra […] GQ.- ¿Qué tan seguido escucha su propia música? MACCA.- No tan seguido y estoy felizmente sorprendido cuando escucho algo mío en la radio. Y cuando oigo lo mío y las remasterizaciones de Los Beatles para checar la calidad, siempre me llevan a un viaje feliz en la carretera de los recuerdos. […] CQ.- Una pregunta tipo Alan Patridge [cómico personificado como inepto por el actor inglés Steve Coogan]: ¿Cuál es su álbum preferido, el rojo o el azul? MACCA.- ¡El blanco! GQ.- ¿Cuál es la peor malinterpretación que tienen sobre su persona? MACCA.- Ay, Dios. Son tantas. Supongo que cuando los Beatles tronaron hubo una distorsión en el sentido de que nos odiábamos los unos a los otros por igual. Lo que ahora me doy cuenta es que, por ser una familia, porque era una familia, hay discusiones en las familias. Y en las familias hay disputas. Y unos quieren hacer esto y algunos quieren hacer lo otro. Así que pienso que lo que vino después… la única manera para mí de salvar a Los Beatles y a Apple --y de sacar el disco Get Back por Peter Jackson, quien nos permitió hacer “Anthology” y todas aquellas remasterizaciones de esas grandes grabaciones de Los Beatles— era demandando a la banda. “Si no hubiese hecho eso, Allen Klein se habría quedado con todo. La única salida que me dejaron para librarme de aquello fue hacer lo que hice. Dije: “Pues bien, voy a demandar a Allen Klein”, y me dijeron que no podía yo, porque no estaba él solo en la fiesta: “Tienes que demandar a Los Beatles”. Bueno, como puedes imaginar, eso era horroroso y me provocó un saque de onda terrible entonces. Le entré duro al trago y me metí mucho de todo. Y era una locura, pero sabía que lo único que me quedaba era eso, porque no otra había forma de poder yo quedarme con algo, pues no había manera de que habiendo trabajado toda mi vida yo no iba a lograr evitar ver cómo todo acabaría de esfumárseme cual humo. E igual sabía que, si lograba salvarlo, lo salvaría no sólo para mí sino también para los demás [el resto de Los Beatles]. Porque ya iban a cederle todo. Adoraban a ese tipo Klein. Y yo les decía: “Es un pinche idiota.” [Y ellos] “¿De qué hablas? ¡Es genial!” Y John salía con su típica onda: “Alguien que es tan malo no puede ser completamente malo.” Y ahí vas tú: “John, él puede ser así… porque es un pinche idiota.” Pero John estaba muy enamorado de él, hasta que lo cortó. Si lees la historia, hubo un momento cuando todos los muchachos se volvieron en su contra [de Klein]; pero yo tuve que hacer mi parte. “Así que contestando a tu pregunta y porque yo tuve que hacer eso, creo que se pensó que yo soy el cuate quien hizo que Los Beatles tronaran y fui el maldito que demandó a sus camaradas. Y créeme, yo mismo me tragué el cuento. Es lo más raro del rollo. Eso estuvo en el aire tantos años que yo casi me culpé a mí mismo. Cuando eventualmente nos reunimos de vuelta me di cuenta de que aquella era una idea estúpida, supe que era una tontería; pero creo que germinó en la mente de muchas personas que pensaron eso de mí. “El maldito estúpido”. Pero, vamos a ver, había cosas que ciertamente en nada beneficiaban. Recuerdo que leí un artículo, una entrevista con Yoko quien, okey, ella era una gran defensora de John, lo entiendo; pero en el artículo decía: “Paul no hizo nada. Todo lo que hacía era alquilar el estudio de grabación.” Y ahí me tienes: “¿Quée? No…” “Y luego John escribe su famosa canción “How Do You Sleep?”, cantando “Todo lo que hiciste fue ‘Yesterday’…” Y ahí voy yo, “No, güey…” Pero cuando escuchas las versiones desde varios ángulos y por las personas que aparentemente estuvieron sentadas en el cuarto donde John escribió aquello, él iba siguiendo la sugerencia de la letra por Allen Klein. Así, ves la atmósfera de “Vamos a fregar a Paul. Vamos a acuchillarlo con una canción…” Y dichas cosas lastimaron bastante… GQ.- Ya habló un poco sobre la depresión que experimentó tras la ruptura de Los Beatles. ¿Ha afectado a su salud mental navegar entre oleajes de fama y por las presiones de la industria? MACCA.- Ya lo creo que sí. Pero, la verdad, solo le entraba al trago. No había mucho tiempo para tener broncas de salud mental, era cosa de, chale, a empedarme o a dormir. Pero claro que me afectó y fueron épocas bastante deprimentes. […] “En los sesentas, la fama era un juego muy diferente. Algo nuevo, inocente, excitante, y si alguien te pedía un autógrafo le decías: “Claro, ¡te doy dos!”, te nacía. Luego llega a cansarte algo y dices: “Bueno, okey, voy a dar el autógrafo.” Pero después ya la gente se te acerca cuando estás en una cena privada o algo así y le dices: “¿Me podrían esperar a que termine de comer?” La fama empezó a perder su chispa y lo atractiva que alguna vez fue. Pero ahora no procuraría ser famoso, con las redes sociales y esa onda. Muchos de mi familia están en Instagram y les digo: “No puedo creer que estén haciendo eso, pues cada vez que postean algo han de pensar que tienen cosas muy brillantes que decir.” Es la peor presión en el mundo. “Porque todo lo que haces es tomarte una foto de tu desayuno y les tienes que poner: “Los pastelitos no son nada más para los martes del carnaval.” Para mí eso no tiene nada de divertido.” […]”   Te recomendamos: Tony Camargo, la sabrosa voz de “El año viejo”

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