Roger Waters, 'profundamente decepcionado” de Peña
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El espíritu de resistencia está tatuado en el corazón del rock y en Roger Waters borbotea en sus venas a través de alucinantes ensueños poéticos en cada uno de sus shows.
Una rotunda dosis de carácter contestatario y un espectáculo simplemente sublime para desorbitar los sentidos inyectó anoche a 14 mil 500 fans el cofundador de la banda Pink Floyd en el Palacio de los Deportes.
De tal modo que Waters aprovechó ayer para declararse “profundamente decepcionado” por la decisión del aún presidente Enrique Peña Nieto de otorgar la condecoración del Águila Azteca a Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
“Us+Them” es el nombre de la gira que lo trajo a nuestro país y que destacó por una serie de consignas bajo el mensaje principal “Resist”, es decir “resistir” u oponerse “a la militarización de las fuerzas policiacas, contra el antisemitismo, el neofascismo, Trump y Bolton en Estados Unidos, y al ataque global a la libertad de expresión”.
Con notables chiflidos de aceptación el público palomeaba estas frases inscritas en inglés que desfilaban al centro del escenario durante un breve intermedio en el ápice de la presentación y fiel reflejo de la crítica política que caracteriza al cantante. “Estoy profundamente decepcionado (de Peña Nieto) pero no me sorprende que el presidente saliente entregue la máxima condecoración a Kushner ¿Pero en qué estaba pensando?”, rugía recibiendo silbidos de aprobación, para que a la par recriminara a la empresa Cementos Mexicanos (Cemex) por su participación en el muro de separación en Palestina: “¡Levanten su voz por nuestros hermanas y hermanos palestinos!”. El telón de fondo para el show era una monumental pantalla tridimensional que tomó vida a las 21:20 horas que apareció el rockero de 75 años de edad al son de los acordes de “Breathe” con visuales que daban muestra al estallido del “Big Bang”. El despliegue de arte digital dinamitaba como versos en los ojos a la par de los magistrales arreglos de intenso rock. “¡Maravilloso, hermoso, genial!”, exclamaban los reunidos ante las ilustraciones que relataban cada rola. Aquellos inconfundibles bajeos de “One Of These Days” retumbaban espectrales en el Domo de Cobre que (¡milagro!) hizo gala de una gran sonorización. Rodaban figuras de relojes para “Time” recordando a los derretidos de Salvador Dalí y se traspasaba a una especie de mundo paralelo, abriéndose hacia “Welcome to the Machine”. Daba oídos apasionantes “Déjà Vu”, un danzar melancólico con “The Last Refugee” y escalofriantes pasajes con “Picture That”. Luego de resonar la rolota “Wish You Were Here”, el frenesí revoloteó con “The Happiest Days of Our Lives” y los ritornelos de “Another Brick in the Wall, 2 & 3”. Oiga, profesor, deje a los alumnos en paz Todos y cada uno son sólo un ladrillo en la pared. Aparecían en el entarimado un grupo de niños teniendo escrito en su playera “Resiste”, mientras todo el recinto en conjunto coreaba: Hey, teacher, leave them kids alone! All in all it's just another brick in the wall… Esas postales quedaban impresas en una gala rockera que aún tenía para largo, luego de que llegó un receso de 20 minutos en tanto salían las mencionadas máximas de “Resiste”.