El reto de la gobernabilidad

lunes, 26 de noviembre de 2001 · 01:00
México, D F (apro)- El 1 de diciembre Vicente Fox cumple un año de gobierno, tiempo que a él como a nosotros se nos ha hecho muy difícil, más de lo que esperábamos Dice el senador Manuel Bartlett que el único cambio que ha hecho el presidente en este año de gobierno ha sido el de su estado civil, es decir, haberse casado con su vocera Marta Sahagún Lo dicho por el viejo priista podría parecer una broma de mal gusto pero tiene algo de verdad ¿Cuáles son los cambios importantes que ha efectuado el gobierno de Fox? ¿Cuántas de las promesas ha cumplido? Estas preguntas parecen episodios de una historia ya desgastada, pero no más que las esperanzas de muchos de los que votaron por el cambio Tal vez una de las ilusiones que más teníamos los mexicanos con la caída del PRI era que con la llegada de un nuevo gobierno muchos de quienes se cobijaron en su poderosa manta y cometieron fraudes, robos, asesinatos e incurrieron en el narcotráfico, serían enjuiciados y castigados La idea que permeó durante los primeros meses del nuevo gobierno era que pronto veríamos una "limpia a fondo de la casa" con acciones que marcarían el inicio de una nueva etapa histórica del país Hechos no palabras, era lo que queríamos desde el inicio del foxiato Incluso, historiadores como Lorenzo Meyer plantearon la posibilidad de crear en México una Comisión de la Verdad o una Comisión de Transparencia que harían la suerte de un instrumento que impulsara el ajuste de cuentas con el pasado La idea no era nueva, ya se habían visto operar comisiones de ese tipo en España, Argentina, Chile, Uruguay y Checoslovaquia, con logros importantes para alcanzar la transición a la democracia ¿Por qué en México no se tomaría una decisión de tal naturaleza si la corrupción y la práctica de la violación de los derechos humanos se habían apoderado en las estructuras provocando casos como la riqueza inexplicable de Raúl Salinas, las matanzas del 68, Aguas Blancas y Acteal, o la desaparición forzada de al menos 536 personas en las décadas de los 70 y 80 en manos de elementos de la Policía Federal y el Ejército? La pregunta sigue abierta a pesar de que la CNDH ya presentó un informe sobre los desaparecidos políticos y el presidente Fox anunció la creación de una Fiscalía Especial que se encargará de investigar a los 275 que fueron declarados oficialmente como desaparecidos por las fuerzas gubernamentales El cuestionamiento se ha transformado en exigencia porque en el fondo se trata de algo muy serio para cualquier gobierno que pretende autoproclamarse de cambio Es decir, un gobierno que trata de iniciar una nueva etapa del país ¿Qué hacer con el pasado? Esa es la disyuntiva Pero más allá de este reto, en lo hondo de la situación está la gobernabilidad La incapacidad de este gobierno para cumplir con las promesas de campaña, la impunidad con que siguen actuando personajes de historia oscura como Carlos Cabal Peniche, el asesinato de Digna Ochoa, la ineptitud para presentar la reforma fiscal, los pleitos internos en el gabinete presidencial y, finalmente, el enfrentamiento con los medios de comunicación, presentan a un presidente débil y un gobierno sin rumbo Sin gobernabilidad el país está a la deriva y ni las instituciones que por su propia inercia venían funcionando, podrán mantener el peso del país Políticos mexicanos como Porfirio Muñoz Ledo y pensadores internacionales como Alain Touraine y Giovanni Sartori han apuntado sobre la necesidad de que partidos, gobierno y sociedad mexicana logren un acuerdo para la transición democrática Parte de ese acuerdo sería tomar los consensos necesarios para realizar los cambios que necesita el país Este sería el punto de inicio para revisar las cuentas pendientes del pasado, ofrecer un proyecto de Nación para este siglo y comenzar a desarrollar las nuevas instituciones políticas, económicas, sociales y jurídicas que se requieren para ello Es verdad que un año de gobierno es poco para lograr las transformaciones estructurales que requiere México luego de 71 años de dominio del PRI Pero en este tiempo ni siquiera se ha trabajado por lograr los acuerdos mencionados, y gobierno, partidos políticos y sociedad caminan cada uno por su lado La oportunidad histórica que ha tenido Fox para realizar los cambios es única e irrepetible No se puede desechar como un pedazo de papel de baño la coyuntura que ofrece la caída del sistema político priista para iniciar una etapa de transformaciones Es tiempo de que Fox piense en su responsabilidad como un verdadero presidente del cambio, que se preocupe por las señales de ingobernabilidad que se están presentando y ofrezca resultados para que no sea recordado como el "presidente de la continuidad" o pero aún, que su gobierno, "el foxismo", sea catalogado como "la fase superior del priismo" 28/11/01

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