El canciller en sus propias palabras
El secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G Castañeda, siempre controvertido, responde con energía a diversos cuestionamientos Admite que si llegara a aburrirse en el cargo podría renunciar Sin embargo, considera lejana esa posibilidad, ya que ser canciller significa, dice, vivir momentos apasionantes y de gran interés político e intelectual, como un almuerzo con el presidente de Francia una conversación de dos o tres horas con él sobre la situación en Afganistán
Con autorización del diario "Vanguardia", de Saltillo Coahuila, Proceso presenta algunos fragmentos sustanciales de una entrevista con el canciller, quien señala que fue su origen familiar --hijo del diplomático Jorge Castañeda--, lo que lo puso en contacto con el poder desde temprana edad y lo que lo protege de ciertas tentaciones, como la de querer ser Presidente de la República
En esta entrevista, Castañeda considera que para el 2006 y gracias al cambio en materia de política exterior, no así en la diplomacia, México estará "al día" en el concierto de las naciones, ocupando el lugar "que no ocupamos ahora"
El canciller defiende el derecho de todo funcionario público a criticar a la prensa, pues la relación entre prensa y gobierno, dice, hoy es diferente Eso de que la prensa critique al gobierno sea libertad de expresión, pero de que un funcionario opine sobre la prensa sea un atentado contra la misma, "eso no lo creo", señala enfático en la entrevista que publica el semanario en su edición que circula a partir del domingo 9 de diciembre