La muerte de López Osuna, un "esténse quietos"

martes, 8 de enero de 2002 · 01:00
México, D F - "Este parece ser otro crimen de Estado", dice Ana Ignacia Rodríguez Márquez, "La Nacha", como se le conoce desde sus tiempos en los comités de lucha del movimiento estudiantil de 1968 El 2 de octubre de aquel año, La Nacha, entonces una espigada estudiante de derecho en la Universidad Nacional, alcanzó a escapar de la plaza de las tres culturas de Tlatelolco junto con su amiga La Tita, ambas inmortalizadas, sentadas hombro con hombro en una de las fotografías del libro de Elena Poniatowska Han pasado 33 años desde aquella noche La Nacha está de nuevo entre sus compañeros de lucha estudiantil El motivo, sin embargo, es un funeral que trae a su memoria el espanto de los años de la guerra sucia "Parece mentira que suceda esto, 33 años después", dice la hoy abogada Se refiere a lo que ella llama "extraña muerte" de Florencio López Osuna, quien aquel 2 de octubre fuera uno de los oradores del mitin que terminó en matanza, y que apareciera maniatado y golpeado en fotografías inéditas publicadas 33 años después en la portada de la revista Proceso "¿Cómo te puedes explicar que a dos semanas de la publicación muera en condiciones tan sospechosas? ¿No se te hace muy raro que no haya aparecido esta mujer que dicen que iba con él? Nosotros, sus compañeros del Comité 68-98, no lo conocimos así", dice la ex activista con relación a la versión policiaca que reportó que Flores Osuna murió por congestión visceral en un hotel de la Ciudad de México, adonde entraría acompañado de una mujer La Nacha justifica sus sospechas "Era un testigo de cargo de primera línea Para mí que esta muerte es un estense quietos Esto nos demuestra que hay gente que no quiere que se abra una investigación" -¿Quién? -se le pregunta -El Ejército -responde Eran más de las 10 de la noche del viernes 21 En la capilla 3 del Velatorio Solidaridad, del ISSSTE, Florencio López Osuna yacía con traje obscuro y gesto sereno, en un ataúd al que sus compañeros de lucha estudiantil le colgaron una manta amarillo mostaza en la que se leía: "Comité 68-98 México Siempre" También formaron sobre el cristal del féretro una "V" de la victoria, con los pétalos de las rosas que llegaron Ese día, por parte de los sesentayocheros, como se autodenominan, estaban, además de Ana Ignacia Rodríguez, Félix Hernández Gamundi, Salvador Martínez della Rocca, David Vega, Leopoldo Ayala, Enrique Avila, Raúl Jardón, Myrthokleio González Gallardo, David Roura y Adriana Corona Después de una guardia de honor, Ayala leyó un poema "Siguen siendo las seis con diez de la tarde, en Tlatelolco Otro estudiante, 33 años después, ha muerto El batallón Olimpia continúa en el edificio Chihuahua De cualquier calle mexicana vuelve la impunidad De Digna a Florencio, de Florencio a Digna Grita de igual manera el grito en lucha: ¡2 de octubre no se olvida! ¡Florencio no se olvida!" El fervor que Ayala imprimió al verso contrastó con el silencio fúnebre del recinto Como un murmullo se escuchó el llanto de Vladimir, de 12 años, el menor de los tres hijos de López Osuna y quien, vestido de blanco, se resistió a despegarse del féretro Eréndira, de 15 años y también hija del exsubdirector de la Vocacional 5, dijo a apro que no creía la versión de la policía, que eran mentiras, y que la lucha de su padre era para ella un ejemplo Pasan los minutos La Nacha le pide a David Roura que explique lo que le pasó a otro amigo suyo en el hotel Museo, el mismo donde encontraron a Florencio Roura cuenta que a Tomás Silva, un abogado, hace algunos años lo detuvieron unos judiciales que lo llevaron a un cuarto de ese mismo hotel, donde --igual que en el caso de Florencio-- también encontraron latas de cerveza y vasos jaiboleros Roura tampoco cree en la versión de la policía "A Florencio lo conocimos como el niño bueno del 68, como uno de los más tranquilos que nunca perdía los estribos Por eso me parece una bajeza que lo quieran vincular con una sexoservidora, que quieran hacer de esto una nota roja" Apunta contra Luis Echeverría, secretario de Gobernación en el 68 y uno de los pocos funcionarios vinculados con la masacre que aún sigue con vida "Es un acto de intimidación, porque si se hiciera el juicio que hemos demandado contra Echeverría, Florencio sería el primer testigo de cargo" Roura busca entonces a Germán Hernández, hermano de Alma Rosa Hernández, viuda de López Osuna, para que narre cómo vio el cadáver cuando lo fue a identificar al Servicio Médico Forense "Estaba desnudo sobre la plancha, y noté que tenía morado alrededor del cuello, por las clavículas, y sangre coagulada en las fosas nasales y en la boca, y un testículo muy inflamado y muy rojo, como con un golpe Pero el médico del Semefo me dijo que no tenía nada, y que eso era normal, que no eran señales de violencia", cuenta Hernández David Vega también fue orador aquel 2 de octubre El último del mitin, de hecho, cuyo discurso fue interrumpido por las luces de bengala y el sonido de los helicópteros que antecedieron a los disparos Este año, Vega y López Osuna habían vuelto a trabajar juntos en la dirección de la Escuela Vocacional Número 5, del Instituto Politécnico Nacional, donde habían emprendido acciones para erradicar el porrismo Vega, director del plantel, insiste en que, a raíz de la publicación, López Osuna, su subdirector administrativo, vivía muy tenso No descarta que haya acudido en busca de una mujer para desahogarse, pero tampoco que haya sido víctima de un asesinato Agrega que él mismo teme por su integridad física, y que desde ese viernes la dirección del IPN le asignó cuatro guardaespaldas -¿Podría ser una acción del porrismo? -No, ellos no tienen esta capacidad Están ligados a bandas de crimen, pero no podrían haber seguido a Florencio todo el día, saber dónde estaría y cómo encontrarlo Sólo un grupo con mucha experiencia y logística podría saber todo eso A pregunta expresa, Vega se niega a aventurar sospechas sin tener pruebas Félix Hernández Gamundi, ex representante del IPN ante el Consejo Nacional de Huelga y hoy consultor industrial, se dice desconcertado por la muerte de su compañero Tampoco quiere aventurar hipótesis sobre la relación que pudo haber tenido la publicación de las fotografías en Proceso y la repentina muerte "Pero es una posiblilidad --dice Los crímenes de estado siempre están llenos de mensajes, algunos subliminales y otros muy obvios Existe ese riesgo, de que sea un mensaje para nosotros, pero lo tenemos que rechazar" Son casi las doce de la noche Hernández Gamundi, uno de los pocos --junto con Vega-- que porta traje y corbata entre los muchos que acudieron de mezclilla y chamarra al funeral, dice que los hechos del 68 deben ser esclarecidos "Porque en la medida en que no sea así --agrega antes de partir--, cualquier hecho, como la muerte de Florencio, estará rodeado de suspicacias"

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