Temen impunidad en el caso Digna Ochoa (Primera Parte)

lunes, 21 de octubre de 2002 · 01:00
* "Yo sigo exigiendo justicia", dice la madre de la activista Misantla, Ver ?Ha pasado un año de aquella fatídica noticia que conmocionó a una familia de un pueblo como los hay muchos en Veracruz, en el que sus moradores vivían su diaria cotidianeidad, sin sobresaltos, casi en plena tranquilidad, pero un día esa paz se alteró, cambio de manera tan radical y se convirtió en incertidumbre, coraje, rabia e impotencia tras la muerte de una de las hijas; Digna Ochoa y Plácido De vivir prácticamente en el anonimato, ante la tragedia sufrida aquel 19 de octubre del 2001, la familia Ochoa y Plácido en los últimos doce meses ha saltado no solo al ámbito nacional sino internacional al emprender, en plena desventaja, una lucha sin cuartel exigiendo el esclarecimiento del asesinato de la defensora de los derechos humanos de los más necesitados Y es que, en medio de la tragedia, la vida de esta familia a cambiado radicalmente, pues algunos de sus integrantes no sólo han regresado a su lugar de origen después de radicar en otros puntos del país, sino que han tenido que viajar hasta al extranjero, a lugares como Washington, Nueva York y San Francisco, donde Digna Ochoa ha sido recibido diversos reconocimientos póstumos Ante la ausencia de Digna Ochoa su familia a recibido en su nombre reconocimientos a su trayectoria y trabajo desarrollado por la defensa de los derechos humanos tanto de organismos civiles nacionales como de otros países, entre ellos los otorgados por Amnistía Internacional, Global Exchange, la Fundación Méndez Arceo, la agrupación Católicas por el Derecho a Decidir y algunas universidades del país Un año después, la resignación no termina de llegar al seno de esta sencilla familia que habita en una colonia de la periferia de Misantla, un pueblo de apenas 60 mil habitantes, que al igual que los Ochoa y Plácido, ha acaparado la atención de la prensa nacional e internacional y a sido visitado por múltiples organizaciones civiles de México y de otros países que se han unido a esta lucha Si ésta muerte conmocionó a la nación mexicana y a otros países donde se conocía la trayectoria de la defensora de derechos humanos, nacida en este escabroso pueblo veracruzano en mayo de 1964, la tragedia ocurrida hace un año se respira aún dentro de este humilde hogar en el que, doña Irene Plácido Evangelista, sufre el silencio su dolor de madre ante la perdida de una de sus nueve hijos Ha sido un largo año de dolor reprimido que le ha traído una serie de enfermedades, pues a la diabetes se sumó un padecimiento en la vesícula y otro de tipo cardiovascular Y si ese lapso esta mujer de unos 65 años de edad prácticamente se había ocultado de los reflectores de la prensa para emitir cualquier opinión al respecto, hoy decidió romper ese silencio interno "¡Estamos desechos?!", interrumpe la casi apagada voz de esta madre en los momentos en que don Eusebio, su esposo, señalaba lo difícil que ha sido este año para la familia Ochoa y Plácido, no solo en el aspecto moral y económico, sino por todo el tiempo que han pasado en los tribunales de la capital de la República, "con la esperanza de que se llegue al esclarecimiento" Como padre de Digna Ochoa, subraya este hombre de alrededor de 70 años, moreno y piel curtida por el sol ya que gran parte de su vida trabajó de obrero en un ingenio azucarero que operaba en Misantla, el cual hoy ha sido desmantelado, "estamos muy tristes porque nos falta una de nuestras hijas" Y la verdad, subraya, "a veces pensamos que esto se quedará impune" De la evidente debilitada condición física de doña Irene, surge otro inesperado comentario, "me quitaron a una hija, claro que sí me siento muy mal pues esa no es la manera en que sé hubiera ido", y la mirada de un pálido y demacrado rostro se clava en la fotografía de Digna que no se ha movida desde hace un año del altar colocado en la reducida sala de la casa Si hubiera sido Dios quien le hubiera llevado a Digna, sin desviar la mirada de la fotografía, subraya, "estaría yo tranquila, pero con esto no se puede uno resignar fácilmente" Y la apagada voz de dona Irene de repente sube de tono y reclama, "yo sigo exigiendo justicia, sí justicia, pues no mataron a un animal Fue mi hija, tan valiosa que deberás valía la pena?" "Ay?, no puedo creer esto, no lo puedo creer, yo siento que mi hija anda por allá lejos, que algún día me va a hablar como lo hacia antes", exclama esta apesadumbrada madre que aun tiene viva la herida que difícilmente sanará y que en este un año solo le ha dejado incertidumbres, desasosiegos, presiones y enfermedades Se ha cumplido un año de la misteriosa muerte de Digna Ochoa y no se ha hecho nada todavía en torno a las investigaciones que realiza la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), a través de dos fiscales especiales, actualmente a cargo de Margarita Guerra, en este sentido, exclama su mamá, "sí Dios quiere, yo espero que se llegue hasta el final" ¿Por qué no se puede aclarar?¿, ¿Por qué no??, Sé pregunta repetidamente doña Irene para quien en este caso, las autoridades responsables de la investigación de la muerte de Digna Ochoa, "algo están tapando", sobre todo porque su hija defendió muchos asuntos muy difíciles, refiere, "muy duros y fuertes, eso creo yo que le perjudico a ella" ¿Usted que opina de la versión que dio la PGJDF en el sentido de que Digna se suicidó? --¡No?¡, no lo hizo, no lo hizo, eso lo inventaron ellos, no encontraron otra cosa más que inventar lo más fácil, eso no es creíble Ahora quieren investigar a la familia, pero porqué no investigan allá en donde están los verdaderos matones A nosotros no tienen porqué investigarnos porque somos sus padres y quién no va a querer a sus hijos La quisimos mucho y por eso le dimos estudios, sufrimos para darle preparación al igual que a todos mis hijos El que la PGJDF, a través de Renato Sales, haya dicho que Digna Ochoa se suicido debido a problemas personales, evidencia la molestia de su madre, "esa es una mentira de las más grandes" Eso no es cierto, no puede ser verdad, insiste, "porque mi hija amaba la vida, tenía mucho trabajo y era muy cristiana" Ella no estaba desesperada, "le encantaba trabajar, tenía mucho que hacer y muchos proyectos en su vida" Si la muerte de la defensora de derechos humanos quedará impune ante la posibilidad de que las autoridades capitalinas no esclarezcan el caso, la mamá de Digna Ochoa sí tiene confianza en la justicia divina, "para que los verdaderos matones reciban su merecido porque Dios es muy grande y él es quien les va a mandar el castigo; yo les tengo mucho coraje a esas personas y no sé que haría si me las pusieran enfrente, no sé?"

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