Otrora generales "dinámicos, inteligentes y discretos", Francisco Quirós Hermosillo y Mario Arturo Acosta Chaparro son ahora un referente obligado en las tácticas que utilizaron los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo para acabar con la guerrilla en México, tal y como lo expone Proceso en su edición del domingo 6 de octubre Fue en el crepúsculo del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, y cuando el gran amigo de ambos, el general Enrique Cervantes Aguirre, fungía como titular de la Secretaría de Defensa, que sus hojas de servicio se vieron manchadas una vez que fueron acusados de tener vínculos con el Cártel de Juárez En ellas se establece que realizaron la mayor parte de su carrera en cuerpos policiacos militares, en estrecha colaboración con civiles, además de que gozaron de cargos y comisiones en diferentes momentos Hoy, la amistad que forjaron ambos generales 35 años atrás parece ser compartida en las celdas de la prisión del Campo Militar Número Uno, en la ciudad de México, a la espera del juicio al que serán sometidos como presuntos responsables de 143 asesinatos cometidos entre 1975 y 1979, en los años de la denominada guerra sucia, refiere el reportaje que publica la revista Proceso en su edición que empieza a circular el domingo 6 de octubre