Juicio por "injurias, difamación y calumnias contra el Ejército Mexicano"

lunes, 18 de febrero de 2002 · 01:00
Cruzado de brazos, con su uniforme de preso y sus insignias de general brigadier -un par de águilas y un par de estrellas blancas en las palas de las charreteras-, José Francisco Gallardo Rodríguez escuchó sin inmutarse las acusaciones en su contra por los delitos de "injurias, difamación y calumnia en contra del Ejército Mexicano" Fue procesado porque al "concebir, escribir y publicar" un artículo titulado Las necesidades de un ombudsman militar en México, comete un "abierto desprecio al instituto armado con el objeto de denigrarlo" Con su texto, se argumentó, el general Gallardo "lesiona el honor y la honra que ha obtenido la institución a través de su historia", y causa "descrédito" a unidades y cuerpos militares -como los de la XXVI Zona Militar y la fuerza de Tarea Marte- al referirse a los hechos de Tlalixcoyan (Veracruz), Baborigame y Mesa de la Guitarra (Chihuahua), y del estado de Chiapas "Deshonra" y "desacredita" a las fuerzas armadas con los señalamientos de que "violan impunemente los derechos humanos" y de que "aún persiste la arrogancia y la omnipotencia" en la institución castrense Por todo ello, para la autoridad judicial militar, el general brigadier José Francisco Gallardo Rodríguez incurrió en lo tipificado por el artículo 280 del Código de Justicia Militar, libro segundo, título octavo, capítulo sexto, sobre "Insultos, amenazas o violencia contra centinelas, guardias, tropa formada, salvaguardias, bandera y ejército", que dice: "El que injurie, difame o calumnie al ejército o a instituciones que de él dependan, armas, cuerpos, guardias o tropa formada, será castigado con un año de prisión" Se le responsabilizó, además, de violar el artículo 350 del Código Penal del Distrito Federal, falta que se castiga con prisión de hasta dos años y/o multa de 50 a 300 pesos Los cargos fueron leídos por el juez Segundo Militar, coronel Jorge Serrano Martínez, en un extraño caso en el que un oficial de rango inferior enjuició a un superior Según la defensa de Gallardo, en el Código de Justicia Militar se asienta que para ser juez militar se requiere el rango de general brigadier El juez Serrano fue ascendido a coronel apenas el 20 de noviembre de 1993, semanas antes del inicio del proceso contra Gallardo y su cargo no fue ratificado por el Senado de la República Además, se le "habilitó" como general brigadier para que pudiera conducir legalmente el juicio, medida que está prevista en la legislación, a condición de que se haga antes de que empiece el procesamiento de un acusado En este caso, Jorge Serrano fue habilitado como general brigadier el 15 de diciembre de 1993, es decir, un mes después de que comenzó el proceso contra el general Gallardo Iniciado por una querella que formuló el entonces secretario de la Defensa, general de División Antonio Riviello Bazán, el juicio exigía que el apoderado del secretario, teniente general Juan Manuel Angulo Jacobo, compareciera este mismo jueves 16, pero no llegó En el tribunal La diligencia se realizó en una diminuta sala, en el segundo piso del edificio de tribunales Quietud Sólo se movía, por debajo de la mesa del Segundo Juzgado Militar, el botín negro del general Gallardo A su izquierda, el director de la ahora desaparecida revista Forum, Eduardo Ibarra Aguirre, periodista que ha trabajado en más de 25 medios de comunicación mexicanos Su comparecencia ante los tribunales militares, dijo, es voluntaria Fue invitado como testigo y para tener un careo con el prisionero Sin embargo, el juez militar le advirtió que en este proceso se consideraba que la revista que dirigía incurrió también en el delito de difamación, tipificado en el Código Penal del Distrito Federal Y le señaló que la autoridad castrense podría remitir su caso a la Procuraduría General de la República, a fin de que, si procede, ordene el ejercicio de la acción penal en contra del periodista por la "presunta violación a la Ley de Imprenta, al publicar el artículo denominado `Las necesidades de un ombudsman militar en México'" Ibarra Aguirre, en la que fue su tercera comparecencia ante autoridades militares, entrecruzó las manos, miró al juez, hojeó sus papeles y abrió el número 23 de la revista Forum, donde se explica por qué ha respondido a los interrogatorios militares El periodista recordó las palabras que en su primer interrogatorio, el 15 de noviembre, le dijo el jefe de Averiguaciones Previas de la Procuraduría de Justicia Militar, Miguel Carrasco Ibarra le había preguntado a Carrasco la razón por la que procesaban sólo al general Gallardo, si muchos civiles mexicanos hacen críticas más fuertes y reiteradas sobre el Ejército en diversas publicaciones: "Licenciado -habría dicho Carrasco-, es que con los civiles no nos podemos meter No nos dejan" * * * * * Jueves 16 de diciembre de 1993, 12 horas Sala del Segundo Juzgado Militar Caso, general Gallardo El juez militar, coronel Jorge Serrano, abrió el voluminoso expediente sobre la diminuta mesa cubierta de fieltro verde y exclamó: "Bueno, es que tenemos el cuerpo del delito, pero la presunta responsabilidad es muy vaga" El "cuerpo del delito" es el número 22 de la revista Forum -convertida en la foja 59 de la causa penal 15392/93-, donde se publicó el artículo en cuestión bajo la firma de José Francisco Gallardo Rodríguez En cuanto a la responsabilidad, "es muy vaga" porque la autoridad castrense realizó infructuosos intentos por obtener el original mecanográfico del artículo y no puede establecer la responsabilidad de Gallardo Rodríguez en la entrega del texto a la revista El texto formaba parte de un trabajo de tesis realizado mientras el ahora procesado hacía estudios de maestría en la UNAM De ahí fue tomado para su publicación, y no era un artículo redactado específicamente para la revista La defensa aportó más pruebas Se abultó el expediente, integrado con declaraciones ministeriales; publicaciones periodísticas; el título de licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales obtenido por Gallardo en la UNAM; su proyecto de tesis de maestría Análisis de Políticas Públicas, Derechos Humanos, Ombudsman Militar y medio ambiente; el registro respectivo ante la Unidad de Posgrado de la Facultad citada y la orden de pago por concepto de tesis; también, el historial académico que certifica la conclusión de sus estudios de posgrado, con promedio de 100 Antes de que el general Gallardo compareciera ante el juez, había escuchado en la prisión, por los altavoces, su nombre Era el llamado para que se presentara en los locutorios, donde lo esperaban los soldados, que paseaban perros amaestrados Un capitán y tres soldados más, armados con fusiles, escoltaron a Gallardo Rodríguez desde la puerta de la prisión hasta el edificio de Tribunales Militares Son unos cuantos pasos de la prisión al juzgado El capitán cargaba el periódico La Prensa, con cuya lectura mataría el tiempo que duró la diligencia Ingresaron a la sala Una secretaria uniformada se sentó ante la máquina mecánica Tiene un alfiler entre los dedos; para corregir las letras equivocadas A su lado permanecía una auxiliar que le aclarará las palabras difíciles El juez Serrano estaba a la cabecera de una mesa diminuta, que parece especial para el juego de dominó A su izquierda quedó Gallardo Junto a éste, se ubicó el abogado defensor, Francisco Eduardo Trueba, y, al fondo, los hijos del general, Francisco y Vinicio Gallardo Frente al juez, en la otra cabecera, está Ibarra A su lado, el agente del Ministerio Público Militar El juez se levantó de su asiento Recibió una llamada del entonces procurador militar, Mario Fromow, quien se mantuvo al tanto de todos los procesos penales abiertos contra el general Gallardo En uno de estos procesos, también por difamación, el mismo Fromow había sido parte denunciante, lo que lo ubicó como "juez y parte" Regresó el coronel Serrano para realizar la fase de presentación de pruebas y careo Comenzó el interrogatorio al periodista del agente del Ministerio Público No miraba a Ibarra, veía hacia la mesa, y daba vueltas a una hoja doblada a la mitad, donde tenía varias instrucciones y preguntas manuscritas -Que diga si conoce al general José Francisco Gallardo -No tenía el gusto hasta este día -responde Ibarra -Que diga si el general Gallardo le hizo llegar el artículo para su publicación -Ni el general Gallardo ni ningún miembro del Ejército me lo hizo llegar -Que diga dónde se encuentra el original mecanográfico del artículo -Lo dije en la comparecencia anterior Todos los originales mecanográficos son destruidos -Si recuerda cómo llegó a la revista Forum el artículo publicado en el número 22, del mes de octubre, foja 59, de la causa vigente -Reitero lo que declaré el 15 y el 19 de noviembre -respondió Ibarra al recordar que ya había sido interrogado sobre el particular El juez insistió en que se trataba de una declaración importante y que podía ampliarla o repetirla -Me reservo mis fuentes de información y de obtención de colaboraciones periodísticas, por ser ésta una norma elemental de cualquier publicación El juez coronel Serrano continuó el interrogatorio: -¿Podría darnos el fundamento legal, también? -Me apoyo en los artículos sexto y séptimo constitucionales, que consagran el derecho a la información y la inviolabilidad de la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia Siguió Serrano: -¿Nos podría decir qué entiende por fuentes de información? Ibarra sonrió y dijo: -Las que proporcionan la información o los textos periodísticos -Que diga las razones de publicación del artículo -Porque hace una aportación significativa a los grandes temas de debate nacional Se apresuró el juez: -¿Cuáles son los grandes temas de debate nacional? -Todos los que se refieran a la democratización del sistema político mexicano, a la justicia social, a la creación de una economía sana y estable y al afianzamiento de la soberanía nacional Serrano tomó de nuevo el expediente Buscó la foja 59, hojeó el ejemplar de la revista Forum Alzó la vista y disparó contra Ibarra: -Oiga, ¿su revista es seria o carece de esas cualidades? El director se incomodó y se negó a responder -Soy el menos indicado para enjuiciarla -respondió a la primera, pero se le insistió, e Ibarra subió la voz- No sólo es seria, sino que no es la primera vez que aborda temas del Ejército Naturalmente que esta revista es seria Con malicia, el juez entró a otros terrenos Se acomodó los lentes oscuros, leyó en voz alta los títulos de los artículos y el nombre de los autores, anotados debajo de cada cabeza Tardó en armar su pregunta, no atinó Ibarra replicó que "los títulos y subtítulos son responsabilidad de los editores" -¿Qué relación tiene el nombre que está debajo del título Quién es esa persona? -Los textos, entrevistas y reportajes son responsabilidad de los autores, como se asienta en el directorio -Pero aquí no veo ningún artículo firmado por usted Ibarra rió de nuevo Reiteró que las firmas -en artículos originales- sólo son necesarias cuando se trata de una carta a la dirección El juez precisó su pregunta: -¿El autor es el que aparece abajo del título del artículo? -Sí -En cuanto al reportaje Las necesidades de un ombudsman militar en México, de acuerdo a la leyenda del directorio, el responsable de dicho artículo es José Francisco Gallardo Rodríguez Ibarra respondió rápido: -Se lo dejo a su criterio Rompió su hastío el agente del Ministerio Público e increpó al juez: -¡Que se le aperciba! Se tensó el ambiente Ibarra replicó: -¡El texto que yo recibí no tenía rúbrica! El juez preguntó ahora sobre el destino del original mecanográfico del artículo Ibarra dice que es costumbre "destruirlo" Se le insistió sobre el responsable de la destrucción -Pues ¿quién? No sé Eso se va al kilo Se explicó ante el azoro del juez y del agente ministerial: -Se vende por kilo El primero reviró: -¿Quién lo vendió por kilo? -La documentación que tengo al término de la edición del número correspondiente la obsequio a cualquier persona, a un niño o un escolar que quiera ganarse un ingreso extra El agente ministerial protestó Dijo que Ibarra había declarado anteriormente que ese original mecanográfico "había sido destruido" El director se sostuvo: -Bueno, entiéndase por destruir eso que dije Se va al kilo El abogado defensor del general Gallardo intervino, alzó el brazo, le advirtió al juez: -¡El señor (Ibarra) viene como testigo, no está sujeto a investigación! Gallardo permanecía inmóvil Miraba a Ibarra El juez declaró terminada la diligencia El director de la revista se despidió amablemente del militar sujeto a proceso; también del agente ministerial, que se retiró apresurado El juez le dijo a Ibarra, con cierta sorna: "Oiga, no me vaya a sacar en su revista" Los periodistas presentes también se retiraron A las rejas Francisco Gallardo retornó a prisión, escoltado por los soldados Con él ingresaron sus familiares, que cargaban bolsas de frituras, tostadas, y un pastel con cerezas Era cumpleaños del hijo mayor del general Festejaron en la zona llamada "Polanco" Después, las autoridades de la cárcel decidieron clausurar los cuartos de esa área Ya no sirven para la visita íntima ni para la reunión con la familia Están cerrados con candados nuevos que tienen un número rojo de identificación También, se decidió, por orden superior, que las celdas de castigo, conocidas por los presos como "Las Negras", se denominen "Zonas de arresto", pero servirán para lo mismo: el aislamiento de presos en cuartos de dos por dos metros, sin baño, y con apenas una rejilla para mirar al exterior Gallardo envió en ese año a la Contraloría General de la Federación una queja formal por los malos tratos dentro del penal y por las restricciones de que ha sido objeto, que violan los derechos humanos Declaró desde la prisión el General Gallardo, luego de la diligencia:"Han tratado de decirle a los presos que todas las restricciones que se han producido aquí son por mi culpa Pero la gente me apoya Han impedido la entrada de revistas donde aparecieron mis declaraciones Pero de todos modos circulan por aquí" De su causa penal por "injurias, difamación y calumnias contra el Ejército", Gallardo dijo que no tenía fundamento "La autoridad no tiene elementos suficientes para procesarme, pero aún así van a tratar de declarar el tercer auto de formal prisión" Arguyó que se atentaba no sólo contra garantías de un militar, sino contra el derecho elemental de la libre expresión El general brigadier Gallardo Rodríguez fue recluido el 9 de noviembre de 1993, acusado inicialmente de presuntos delitos de malversación y difamación, a propósito de una carta dirigida al exsecretario de la Defensa, Antonio Riviello, donde Gallardo lo responsabilizaba de lo que le sucediera a él y a su familia Temía represalias de los altos mandos militares Respecto del primer proceso de malversación, ya había sido absuelto hacía cuatro años, pero la causa fue reabierta El tercer proceso, relativo al artículo publicado en Forum, fue iniciado días después de su detención en Hermosillo, Sonora, donde desempeñaba una tarea militar Mientras se integraba la averiguación por los presuntos delitos de "injurias, difamación y calumnia", el general Gallardo recibía en prisión su hoja de servicios, extendida por la Dirección General de Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional Con fecha 20 de noviembre, y bajo el título: "Concepto del director o jefe de la dependencia", el documento dice en torno a Gallardo: "General de carácter afable y optimista y quien no obstante que durante el tiempo que ha estado a disposición de esta dependencia y no ha desempeñado comisión alguna se le reconoce experiencia profesional y buena condición física Porta el uniforme militar con propiedad" Firmaba el general de división del Estado Mayor, director de Personal, Gregorio Guerrero Caudillo (449337) Voces autorizadas En la Revista del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, órgano de divulgación militar, época III, año 87, de mayo de 1993, se publicó un artículo titulado: Comentarios sobre los derechos humanos Lo firmaba el capitán primero Raúl Hernández Flores Sus expresiones no difieren en sustancia de lo escrito en su tesis por el general Gallardo y divulgado como artículo por Forum Publicado en las páginas 31 y 32, el capitán Hernández Flores dice en el último párrafo: "El desconocimiento y menosprecio de los derechos humanos ha originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, en la observancia para los derechos humanos, pero para evitar completamente estas violaciones, es necesario que cada ciudadano haga conciencia y ponga algo de su parte, primeramente conocer los derechos humanos y luego tener el suficiente valor para denunciar cualquier violación a esos derechos" Peligroso abuso de poder El licenciado y general José Francisco Gallardo era el preso con mayor número de visitas Se felicitó: "Ha habido gran apoyo en la Defensa Nacional; sé que hay gran afecto Han venido compañeros a verme, y después he sabido que los han movido o los han cambiado sólo por visitarme Incluso vino un general que conozco desde hace muchos años, que es diplomado del Estado Mayor y me apoya Esto va a sentar un precedente en el Ejército Necesitamos que haya un cambio para arribar como Estado mexicano, como Ejército, al tercer milenio con un respeto irrestricto a los derechos humanos Ese es el fundamento del Estado y del poder nacional, el cual recoge todo el interés común para proyectarnos como país desarrollado y moderno en el concierto internacional" Insistió en su tesis de que si en el Ejército y en el país no hay respeto a los derechos humanos, "vamos a ser presa del extranjero; vamos a ser débiles La dignidad de un militar es también la dignidad de un hombre, y, además, toma un valor trascendental en virtud de que en esa dignidad se sustentan la soberanía y la seguridad nacionales Es peligroso, por lo tanto, que esa dignidad se vulnere por el autoritarismo y el abuso del poder" (Proceso 0894 / 20 de diciembre de 1993)

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