"No crea usted. El poder no mata, pero limita"
Preámbulo para entrar en materia o salir de ella
El 12 de febrero, el expresidente Miguel de la Madrid emprendió la confesión ya clásica en el idioma priista: la autocrítica de los demás La ocasión: el séptimo Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional Allí fue tan a fondo como se pudo: "A mi modo de ver, nos ha faltado que el gobierno mexicano aclare con mayor precisión los acontecimientos de aquellos años, del 68 y de la llamada guerra sucia Creo que tiene en sus archivos el material suficiente para dar una información más esclarecedora" Luego, se entabla el diálogo con los medios, a momentos una obra de Ionesco dirigida por Miguel M Delgado o Gilberto Martínez Solares (dos cineastas especializados en los académicos Moreno y Valdés, respectivamente):
?¿Por qué no se hizo nada en su sexenio para esclarecer los hechos?
?Traté de hacerlo, pero las circunstancias me lo impidieron
Entran a escena las terribles circunstancias, ésas que sepultan las buenas intenciones y convierten los proyectos de gobiernos excepcionales en la imagen exacta de sus dirigentes, despojando a la maestría y la eficacia de su posibilidad de existir Prosigue el intercambio:
?¿Qué circunstancias? ¿El Ejército o políticos?
?Falta de archivos ordenados
?Ordenar archivos es algo que se puede mandar hacer fácilmente
?No crea
Al cabo de años o décadas de oír y leer declaraciones, uno se habitúa a manejarse entre opciones terminales El expresidente quiso franquearse con su pueblo y se acordó en el último minuto de las reglas, pero el navío ya zarpaba y al timonel no le quedó otro remedio: cúlpese a la archivonomía, incapaz en seis años de abrir una gaveta De paso, el diálogo señala el inconveniente metodológico del poder máximo: jamás persuade a los poderes mínimos de que le hagan caso (Lo más bajo del escalafón posee las llaves del reino) Sigue el intercambio o el desencuentro:
?¿Había presiones políticas o del mismo Ejército que no le permitían seguir?
?Había actitudes de resistencia
?¿De quién?
?Políticas
?Entonces, ¿el presidente no tenía control absoluto en su sexenio?
?Pues yo no pude vencer esas resistencias
No sean injustos: el poder absoluto ni el Creador lo tiene, porque, que se sepa, no evita la existencia del pecado No sean implacables en sus conclusiones: nunca antes se ha sometido a un expresidente a un interrogatorio tan descortés
?¿De qué magnitud eran estas resistencias políticas?
?Pues cuando yo pedía materiales, me decían que no existían
La duda acongoja, la vaguedad es lacerante ¿Cómo y cuándo se enteró don Miguel de que los materiales sí existían? ¿Apenas ahora? ¿Pasaron 14 años de limbo cognoscitivo? La confrontación prosigue:
?¿Al presidente le decían eso?
?Eso, eso
?¿Y cómo era posible que pasara esto en un país en donde sabemos que el presidente tiene una figura central?
?Para que vea usted que el presidente no es tan todopoderoso
?¿Les creía cuando le decían "no hay"?
?Sí Me decían que no había
?En su momento le decían que no existía la información, pero hoy se da cuenta de que sí existe ¿Se siente traicionado?
?Por lo menos, engañado, aunque les repito que desde hace mucho tiempo los archivos están muy organizados
Por eso, tal vez, todavía no conocemos el nombre del autor intelectual del asesinato del presidente Abelardo L Rodríguez, y por eso hay quienes afirman incluso que don Abelardo no murió asesinado Qué le vamos a hacer
El huevo fue primero porque había vendido los derechos televisivos del nacimiento de la gallina
El Partido Revolucionario Institucional es la mayor estructura política de México en el siglo XX Quizá por lo mismo, es el creador del comportamiento que, queriéndolo o no, uniforma al poder y sus aledaños, le infunde al pistolero los ademanes del cacique, auspicia en el burócrata menor los sueños de grandeza del secretario de Estado, masifica la admiración por la "capacidad de ahorro" de los presidentes de la República; en síntesis, orienta la metamorfosis que va de los desplantes del cacique rural a la displicencia bilingüe del Señor Ministro Pero la generalización no todo lo avasalla Hay excepciones, desde luego, que han contribuido a la fluidez y la flexibilidad de la República La moraleja es obvia: no todos los funcionarios son corruptos, y no todos los corruptos son funcionarios Esto, para no hablar de la iniciativa privada
Luego del 2 de julio de 2000, así el ánimo y el estilo priista permanezcan, entran en crisis el poder de convocatoria del PRI y la uniformidad de su modo de hacer las cosas Ya antes era posible ser abiertamente distinto; ahora, distanciarse de las acciones típicas de los priistas es requisito de la credibilidad y la democratización, lo que contraría la "naturaleza humana" de muchísimos panistas y perredistas Y resurge el dilema antiguo de priistas y sacerdotes: ¿quiénes fallan: los hombres (y en su caso las mujeres) o las instituciones? La respuesta de los priistas (y los sacerdotes) ha sido instantánea: la culpa es de las personas y, por naturaleza, las instituciones son los deudos de la condición falible de sus integrantes
El debate y la sucesión de escándalos de estos días ofrecen otra perspectiva: fallan estas instituciones porque se han construido para favorecer la impunidad, cuya forma privilegiada es la obtención y la retención del poder sin rendir cuentas En consecuencia, las instituciones atraen a los ansiosos de beneficiarse de sus premisas nunca tan secretas También, se extravían éticamente las personas, porque acatan el sentido último de las instituciones: su vocación de permanencia que requiere del seguro de vida de la impunidad Al decir esto, no olvido los beneficios aportados por las instituciones, ni disminuyo los aportes de muchísimos de sus integrantes en diversos niveles Sólo evoco el método y los procedimientos introducidos por el PRI en los hábitos de vida pública (y la apropiación privada)
El caso de Pemex es ampliamente demostrativo ¿Qué pasa allí? Que ahora se está al tanto de lo siempre conocido pero a través de las insistencias del rumor o de las filtraciones no sustentadas: Pemex ha sido un espacio dilecto de saqueo del PRI y sus campañas, del sindicato y sus "sacrificios por el bienestar de la clase obrera", de los funcionarios y su necesidad de no dejar en el desamparo a los hijos de sus tataranietos, de los periodistas o comunicadores requeridos de estímulos no necesariamente informativos Hacía falta enterarse de modo más detallado, y lo entrevisto de las investigaciones sobre "la cesión" de dinero de Pemex al PRI apunta al conocimiento más puntual A estas alturas, y no obstante la pésima divulgación de las sustracciones del año 2000, se atisba el panorama del despojo histórico cuya cima es Pemex, pero que nunca se detuvo en una sola paraestatal Los sexenios transcurren y la fórmula quedó intacta: un político (en un descuido, jefe de Estado) decide remediar la pobreza de su partido y ordena el "reencauzamiento" de fondos de la Federación; el sucesor y próximo jefe de Estado se entera con sorpresa de lo sucedido en las reuniones donde estuvo presente y aprueba el apoyo a su campaña (de ninguna manera el único), los contadores se arreglan con las cuentas y en el trayecto ?es de suponerse? el dinero "reorientado" se estaciona parcialmente en cuentas privadas ¿Y quién mayor culpa tiene, aunque cualquiera mal haga, el que reordena la paga o el que cobra por votar?
"La Almoloya del poder supremo es la prisión más segura de todas"
El presidente priista encarna a la institución y es una persona como todas (como todas las que ocupan la Presidencia), y desde su candidatura se sabe al frente de la República, y, de un modo abstracto, al mando de las limitaciones de la institución Su voluntad (la que tenga) (modifica demasiadas vidas, enriquece a una minoría tal vez agradecida, reprime y mantiene en la devastación a la mayoría, pero su contribución a la República o a la historia es, si le va bien, mínima Habita diferentes prisiones al mismo tiempo: la de su vanidad (el puesto convertido en pago menor que sus merecimientos), la de su capacidad de conocimiento (siempre inferior a la requerida en cada uno de los asuntos a su encomienda); la de la precariedad de su equipo de colaboradores (en gran medida, el resultado de sus limitaciones); la de sus complicidades (nadie llega al poder sin aliarse con una legión de intereses); la de los grupos de poder (gobierno gringo y grandes empresarios matan gabinete presidencial); la de la imposibilidad de verificar el cumplimiento de sus órdenes (lo que no se hace de inmediato, se hará en "su debida oportunidad", sinónimo consolador de nunca); la de las tradiciones políticas ("No me salga con que eso no se puede arreglar"); la de la complejidad de los problemas ("Lo de las escasez de agua se resolverá en cuanto se integre la Comisión Organizadora de la reunión del Consejo que nombrará a la Comisión Administrativa"); de la fuerza de los movimientos sociales ("concedan algo, ya ven lo que le pasó al prestigio histórico de Díaz Ordaz")
Esta condición de "preso múltiple", guardando las proporciones, es muy similar en los casos de los gobernadores, secretario de Estado, subsecretarios, oficiales mayores, etcétera El presidencialismo sirvió para disimular las cárceles de la omnipotencia y la ausencia de la sabiduría de gobierno, pero la realidad no era tan consentidora y por eso, el famoso y dramático sexto año de gobierno es la síntesis de lo muy conocido: el presidente es infalible hasta que se le aplica el principio de realidad Esto sucede al ocurrir las crisis de gobernabilidad o arreciar las devaluaciones, y eso determina los gestos melodramáticos (el presidente López Portillo llora al defender al peso como un perro), o las amnesias absolutas, como la padecida por el expresidente Luis Echeverría en 1998:
?¿Acepta que el gobierno tuvo entonces responsabilidad en la matanza?
?Corresponsabilidad
?¿Hay culpables de la matanza de estudiantes?
?¡Sí, los hay! Pero fue una confusión en muchos sentidos Por ello lo importante es conocer las causas que dieron origen al conflicto En Tlatelolco no está la respuesta Deben tomarse en cuenta muchas otras cosas
?¿Cómo es posible que usted no sepa quién dio la orden, si era el responsable de la política interior del país?
?El Ejército no está sujeto al poder político
?¿Usted está limpio?
?Yo sí, absolutamente Somos humanos
O el cerco maligno que el expresidente Carlos Salinas atribuye a "la Nomenclatura", a la que responsabiliza de la muerte de Luis Donaldo Colosio O la estrategia del multiasesor Ernesto Zedillo, empeñado en convertir sus desastres en éxitos del neoliberalismo (Fobaproa y el IPAB, en su visión épica, son la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur de su sexenio)
Lo dicho El día en que las instituciones logren prescindir de los seres humanos, ese día termina la búsqueda de la impunidad, y nadie abusará del poder ni se corromperá
Reporte Especial