Las pugnas por la "renovación"
Las acusaciones de pertenecer a la "vieja izquierda", a la clientelista, incluso "traidora", opacaron las coincidencias entre Rosario Robles y Jesús Ortega en la contienda por la dirigencia nacional del PRD El discurso antigubernamental y antineoliberal se fue a menos cuando las pugnas se sobrepusieron a los llamados a la unidad Los diferentes grupos perredistas llevaron sus desacuerdos también a su bastión más importante, la capital de la República, y no se libró de ellas el Servicio Electoral partidista, cuya capacidad e imparcialidad quedaron en tela de juicio
Después de los procesos internos en el PAN y en el PRI, en el PRD había la necesidad imperiosa de evitar las dudas sobre la legalidad de la elección, los riesgos de fractura y, al mismo tiempo, allanar el camino hacia las elecciones del 2003 y del 2006 mostrándose como la opción más viable en la oposición, de la que ahora forma parte el Revolucionario Institucional, cuyo proceso interno fue sumamente cuestionado
Sin embargo, desde un principio, el panorama no fue alentador debido a los ataques y las denuncias No hubo más de un indicio de buscar la candidatura única y finalmente cada quien se fue por su lado a buscar el máximo cargo al interior del partido, con la bandera de encabezar a un instituto político de "verdadera izquierda"
La primera en la carrera formal fue Robles, quien arrancó con un discurso crítico hacia la dirigente nacional saliente, Amalia García, uno de los principales respaldos de Ortega Antes de registrarse, el l 7 de enero, Rosario Robles lanzó su candidatura con el cobijo de figuras del perredismo como Cuauhtémoc Cárdenas; de su lado estuvieron sobre todo los perredistas de la ciudad
Con ocasión del inicio de la campaña, presentó un documento en el que censuró a Amalia García por su actitud "titubeante" respecto a brindar un apoyo "incondicional" al presidente, Vicente Fox, o defender un proyecto diferente
Además, dijo la aspirante, García Medina ha encabezado una dirigencia tendiente al pragmatismo y al clientelismo Ortega fue quien salió en defensa de la dirigente perredista, al señalar a Robles y su equipo que, antes de criticar, debían atender sus propios errores; la tachó de integrante de "una izquierda vieja y ya superada"
Y pese a que su candidatura aún no era formal ?tendría que ser sometida a la votación de los miembros de su corriente--, el senador no titubeó: "mi candidatura es la unitaria, la que reflejaría ese partido cohesionado"
Ortega, con el respaldo del "Foro Nuevo Sol", la corriente encabezada por Amalia García, se registró el 22 de enero y sus primeras palabras como candidato formal fueron en el sentido de desarticular lo que llamó el "sistema solar" instalado en el PRD en torno a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas De hecho, durante toda su campaña, la premisa fundamental fue "despersonalizar" las decisiones el interior del partido
CÁRDENAS EN EL PROCESO INTERNO
Sobresaliente por sus múltiples intentos por llegar a la Presidencia, considerados por Ortega como lo que alejó al PRD del poder, Cuauhtémoc Cárdenas fue materia electoral durante el proceso interno perredista
Fue considerado incluso como uno de los principales "puntos débiles" de Robles, y Ortega hecho mano de él con constancia No obstante que en un primer momento manifestó su confianza en que los militantes sabrían decidir de manera reflexiva, luego corrigió: se debe contrarrestar ese liderazgo que ha provocado un centralismo que condujo a perder las elecciones del 2000
No se trata de "jubilar" a Cárdenas, pues "nadie sobra, pero esta forma de existencia del PRD tiene que cambiar", sentenció el senador, luego de que Robles había acusado a "algunos" perredistas de intentar hacer a un lado a una persona que ha tenido una destacada participación política en el país
En un evento como parte de sus giras, el 27 de enero, Robles además aseguró que no sería "títere" de Cárdenas, quien la dejó a cargo de la jefatura de gobierno capitalina cuando se retiró de la misma para competir por la Presidencia
Robles fue enfática en cuanto a que no "mordería la mano" de quien la había apoyado; "él tiene un lugar en la historia de México", dijo para luego aclarar que "Rosario Robles es la que va dirigir al PRD, a tomar sus propias decisiones"
LA REUNIÓN CON CREEL, OTRO PUNTO EN CONTRA DE ROBLES
Si bien la relación con Cárdenas era considerada como la principal desventaja de la exjefa de gobierno, ésta se apuntó otra situación en contra al reunirse a fines de enero con uno de los integrantes del gobierno federal al que cuestionó con fuerza
De acuerdo con sus declaraciones, sostuvo una reunión con el secretario de Gobernación, Santiago Creel, a petición de este mismo; después, el coordinador de su campaña, Carlos Imaz, justificó que los candidatos de los partidos políticos podían acercarse a las autoridades para pedirles su imparcialidad en los procesos internos
Sin embargo, el hecho motivó la intervención de la propia Amalia García, quien buscó a Creel para aclararle que las cuestiones relacionadas con el PRD debían ser tratadas con ella como dirigente, mientras que el secretario general perredista, Jesús Zambrano, de manera general pidió a los candidatos no estar buscando que el gobierno federal asuma el papel de árbitro
A la recriminación, Robles respondió que había otros asuntos de interés nacional para discutir y que, simplemente, no sabía a qué se refería Zambrano con sus expresiones
LA LEY INDÍGENA, EL LASTRE DE ORTEGA
Robles salió a la contienda interna a unos meses de la solución al escándalo por el supuesto desvío de recursos en su administración, donde el presunto peculado por seis mil millones de pesos la hizo ir y venir entre las instancias judiciales y los medios de comunicación durante meses hasta que finalmente fue exonerada por la Procuraduría y la Contraloría capitalinas
En tanto, Ortega se incorporó a los trabajos proselitistas cuando se cumplía casi un año de la aprobación de la criticada ley indígena, donde el PRD, tras haberla aceptado en lo general, reconoció su error Sin embargo, eso no evitó que Ortega cargara con el lastre de haber sido miembro la "maldita trinidad", según bautizó el subcomandante zapatista Marcos a quienes modificaron la ley indígena original, elaborada por la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa)
A partir de esto, Rosario Robles hizo de los derechos indígenas una de sus banderas de campaña El 16 de febrero, en el único debate que se realizó con todos los candidatos a dirigir al PRD ?debían ser cinco--, la aspirante se fue contra Ortega en ese sentido, al igual que lo hizo el también candidato Marco Aurelio Sánchez
Ante los otros contendientes -- Camilo Valenzuela, Carolina Verduzco y Martha Patricia Hernández, cuya candidatura posteriormente fue anulada--, Sánchez fue severo: "Ortega se dice hipócritamente defensor de los derechos indígenas", dijo, pero también tuvo para Robles: "hizo dispendios para financiar campañas mediáticas", acusó
También señaló que ambos han demostrado que la militancia sólo les importa para escalar políticamente "El PRD no tiene futuro" con ellos, asentó no sin esgrimirse con la única opción "para superar la crisis"
La primera que sacó a colación el tema de la ley indígena fue Robles, la cual señaló que la decisión de aprobarla no corresponde con los ideales de la "izquierda moderna"
Además, censuró a Amalia García por la ocasión en la que declaró que aceptaría un puesto en el gabinete presidencial si se lo ofrecían La "izquierda moderna" no paga cuotas de poder, dijo también Robles en lo que le valió una rechifla
Ortega no se quedó atrás, en medio de los gritos de militantes que lo calificaban de "traidor", soltó: "qué bueno que se ganó el DF; que malo que algo, resultado de todos, algunos pretendan reivindicarlo como solos; da cuenta de cómo se dirigiría al PRD"
De las críticas por su apoyo a la ley indígena, contraatacó a Robles diciendo que Lázaro Cárdena Batel, simpatizante de la candidata, aprobó también el documento Reafirmó que el voto del PRD en el Senado fue en lo general y no en lo particular
Días después del debate, en plena campaña, se dio a conocer que Jesús Ortega se había adherido a la propuesta de impulsar la Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas que elaboró la Cocopa, cuya aprobación es la que demanda el Ejército Zapatista de Liberación Nacional para regresar a la mesa de diálogo con el gobierno federal
Durante el encuentro de los candidatos perredistas del 16 de febrero, todos compartieron la visión contraria al neoliberalismo, al gobierno federal y sus supuestas pretendidas privatizaciones
Ortega pidió democratizar la vida interna y hacer que el PRD pierda su estigma de partido "peleonero y conflictivo" Robles planteó llevarlo a una participación más activa, queremos un "partido vivo", expresó; mientras que Camilo Valenzuela habló de dejar atrás las luchas internas
Una vez concluido el debate, Robles y Ortega continuaron con su puga Sin miramientos, el senador con licencia sostuvo: "ganamos el debate, ganaremos la elección" Ante esto, la respuesta de Robles --quien había indicado que el ganador del debate había sido el PRD--, fue que su contrincante sólo demostraba su "desesperación"
"CLONACIÓN" EN LAS FILAS PERREDISTAS
A media campaña, después de que Robles una y otrA vez habló de encuestas que le daban una ventaja de tres a uno sobre Ortega, el Servicio Electoral (SE), que antes había sido denunciado por el equipo de la exjefa de gobierno por no estar realizando con oportunidad los procedimientos previos a la contienda, tuvo que encarar la problemática que generó el hecho de que Martha Patricia Hernández -- otra de las aspirantes al PRD nacional--apareciera en las boletas electorales con un aspecto muy parecido al de Robles
Carlos Imaz y otros integrantes del equipo de Robles acudieron ante Arnoldo Vizcaíno, titular del SE, para exigir la anulación de la candidatura de quien, denunciaron, haría el trabajo sucio a Jesús Ortega Después de que Imaz denunció que Hernández fue fotografiada peinada como Robles y portando lentes, en lo que consideró un intento de confundir al electorado, el diputado Emilio Ulloa sacó a colación: "en política no hay coincidencias, sólo hechos y está claro que el diputado Rufino Martínez apoya abiertamente a Jesús Ortega y que su asesor en la Cámara de Diputados es el esposo de Martha Patricia Hernández"
Mientras Ortega aseguró que la denuncia del equipo de su contrincante era "ridícula", Hernández se defendió diciendo --en un intento de ironía, pero con visible nerviosismo-- que no sabía que la imagen de Robles fuera una "marca registrada"
Las autoridades electorales perredistas decidieron finalmente retirar el registro a Hernández y con ello terminó la polémica Sin embargo, las acusaciones contra el Servicio Electoral se mantuvieron durante toda la campaña y condujeron a que la mayoría de los candidatos solicitaran que el proceso fuera pospuesto
De los aspirantes a dirigir al PRD a nivel nacional, tres integraron el 21 de febrero el Frente de Candidatos Perredistas por la Reprogramación del Proceso Electoral José Camilo Valenzuela, Carolina Verduzco y Marco Aurelio Sánchez señalaron que no habría condiciones técnicas para llevar a cabo la elección ?mencionaron que el padrón no se había terminado de integrar-- Llamaron a Robles y Ortega a sumarse a su frente para evitar que las elecciones se realizaran en esas condiciones y que entonces todo el partido resultara afectado
Pero Ortega fue quien defendió al SE de los embates de Robles, la cual, pese a que se mantuvo denunciando la ineficacia de ese órgano para organizar el proceso, siempre descartó la posibilidad de aplazar la jornada electoral Su vocero, Juan N Guerra, comentó que el establecer una nueva fecha para el proceso generaría un vacío de poder en el partido
CIRIGO Y VILLAVICENCIO VS GUERRERO
En la capital de la República, los candidatos más sobresalientes a la dirigencia local, también se centraron en la confrontación Víctor Hugo Cirigo y Lorena Villavicencio denunciaron desde el 5 de enero que en la contienda local había la injerencia de un funcionario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien estaría aprovechando su estatus público para conseguir apoyos en favor de Agustín Guerrero
El secretario particular del mandatario local, René Bejarano, denunciaron, está movilizando al aparato de gobierno para beneficio de su candidato Villavicencio y Cirigo hicieron llegar, a fines de febrero, una carta a López Obrador en la que le solicitaban que pidiera la renuncia a Bejarano, pero nunca se actúo respecto a esta denuncia
Guerrero se "destapó como candidato el 4 de enero con la promesa de llevar al PRD en la ciudad a conseguir la mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) Buscó la dirigencia local de su partido con el apoyo de los jefes delegacionales de Milpa Alta, Guadalupe Chavira; de Magdalena Contreras, Carlos Rosales; de Xochimilco, Juan González, así como el de Tláhuac, Francisco Martínez
Ante esto, Villavicencio reaccionó con una solicitud para que López Obrador formara una comisión de vigilancia de los recursos invertidos en las campañas, así como de eventuales las acciones de los funcionarios públicos en favor de Guerrero
La candidatura de Villavicencio por la secretaría general del partido a nivel local surgió a consecuencia de que declinó a sus intenciones de buscar por sí sola la dirigencia capitalina Según dijo el 23 de enero, se unió a Cirigo y no a Guerrero porque este último tiende hacia los "clientelismos como los que ya han dañado al PRD"
Cirigo manifestó en campaña su objetivo de apartar al PRD capitalino del clientelismo y el corporativismo; además, se comprometió a pugnar porque el Senado saque del "congelador" la propuesta de reforma política del DF, a la que sólo resta obtener el visto bueno de la Cámara Alta
El 11 de marzo, este candidato y su compañera consiguieron el respaldo de tres de las otras cinco planillas que participaron en la competencia electoral Ricardo Chaires, Felipe Flores y Roberto Zúñiga declinaron en favor de Cirigo, después de que había aflorado denuncias del equipo de Guerrero en cuanto a que su contrincante estaría recibiendo recursos de la delegación Iztapalapa
En medio de la guerra de acusaciones, otra constante en el PRD fue la duda respecto al manejo que se haría de los resultados de la elección Pues mientras en un principio el SE estableció que no se harían públicas otras cifras más que las oficiales hasta el miércoles 20 Los candidatos no concretaron un acuerdo sobre la conveniencia de aplicar un conteo rápido hasta el jueves 14, a sólo tres días de la elección
Ese día Rosario Robles reafirmó que las encuestas le daban el triunfo sobre Ortega, pero se comprometió a no caer en la guerra de cifras y esperar los resultados del SE para declararse ganadora Aunque de antemano, aseveró que obtendría entre 80 y 85 por ciento de los votos