Bravo Mena en 1995 con la Cocopa

sábado, 9 de marzo de 2002 · 01:00
San Andrés Larráinzar, Chis - A casi 19 meses de iniciado el conflicto chiapaneco y más de 100 días de iniciadas las conversaciones para la pacificación, en julio de 1995 el entonces senador panista Luis Felipe Bravo Mena y presidente de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), resumió al término de las últimas pláticas realizadas en San Andrés Larráinzar: "Estamos como al principio Las dos partes han violado el espíritu de los Acuerdos de San Miguel, base del diálogo por la paz" Debido a ello, el riesgo de que se reinicie la lucha armada resurgió el miércoles 26 de julio, al concluir el quinto encuentro de San Andrés, en el cual tanto los representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) como los integrantes de la comisión gubernamental no cedieron en sus respectivas posiciones Mientras que los zapatistas denunciaron que "el gobierno no muestra voluntad" para solucionar el conflicto y sus representantes "actúan soberbios y prepotentes, imitando a los antiguos conquistadores que humillaron a nuestra raza", la delegación gubernamental señaló: "Los zapatistas sólo buscan ganar tiempo", porque "tienen gran ánimo de dialogar, pero no de negociar", por lo que el proceso "puede ser interminable" Además, rechazaron una posible reunión entre el subcomandante Marcos y el secretario de Gobernación, "pues no corresponden las jerarquías" RESPETAR ACUERDOS PREVIOS Bravo Mena, presidente de la Cocopa, advirtió que existían dos momentos en el diálogo por la paz: "En San Miguel, Ocosingo, se habló fuerte, claro, contundente, pero existía el ánimo y espíritu de sacar un acuerdo a cómo diera lugar Hoy la situación es distinta "En San Miguel se sabía que era difícil, que no se trataba de llegar a un acuerdo ficticio, sino a algo profundo que garantizara la posibilidad de una negociación a futuro, y las dos delegaciones estaban comprometidas a no salir de ahí sin algo concreto, sin un compromiso mutuo" Esto, explicó, obedeció a que estaba poniéndose a prueba la Ley de Concordia y Pacificación, que establecía términos para el inicio del diálogo "De lo contrario regresábamos a una situación de corte policiaco, militar" Y después: "por no respetar los principios de San Miguel, se ha empezado a derivar no sólo en una tensión natural y en un juego de posiciones explicables, sino en una especie como de guerra de propaganda, externa a la mesa de negociación "No se están respetando los primeros compromisos, en los que se habla con toda claridad que se debe excluir del proceso el recurso de la propaganda política y las acusaciones o los señalamientos a la parte contraria, sin antes haber agotado un procedimiento de aclaración Son las primeras reglas que se dieron ellos mismos, y si no se respetan, deben ser conscientes de que ponen en riesgo el proceso de diálogo Y eso es grave" Agregó: "Los zapatistas nos acusaron de ser gobiernistas, pero el retraso no está en la actitud ni en las respuestas del gobierno Realmente ahí ha habido un esfuerzo para acercar y agilizar las cosas, y cuando se atora algo, se busca pasar a otro asunto "Desde San Miguel, cuando estaban discutiendo cuál iba a ser el contenido de las conversaciones, el EZLN propuso que el primer tema fueran las medidas de distensión militar, y la delegación gubernamental respondió: `No comencemos con las medidas de distensión, porque siendo un tema muy complicado, muy enredado, nos va a detener y puede poner en riesgo la propia negociación' Y el EZLN dijo: `Queremos que lo primero que se discuta sea la distensión militar' "El gobierno cedió y fue cuando se comenzó a discutir acerca de las rutas precautorias de ambos ejércitos, en un periodo de prueba, pero las consultas del EZLN sobre ese acuerdo mínimo llevaron a una discusión de tres meses, sin avanzar un centímetro Y al llegar a esta ronda, la quinta, el gobierno retiró su propuesta y nos vamos al inicio En eso tiene razón el EZLN: regresamos al principio, nos fuimos otra vez al comienzo, pero estaba advertido, se había dicho con toda claridad" Consideró que los zapatistas han tenido "un poco más de carga" en la responsabilidad del alargamiento del diálogo, aunque admitió que era el gobierno el que había amenazado con romper las negociaciones, pero "porque no se respetan los acuerdos de San Miguel y el diálogo es utilizado para hacer propaganda política" (Proceso No 0978 / 31 de julio de 1995)

Comentarios