Chávez: en once años haré de Venezuela un país de clase media

viernes, 12 de abril de 2002 · 01:00
Caracas - Seguro de que ganaría las elecciones, con similar fuerza electoral que en diciembre de 1998, el ahora expresidente Hugo Chávez se aprestó a iniciar la segunda fase de su "revolución bolivariana" y a hacer de Venezuela un país de clase media Enfático dijo a Proceso: "La revolución tiene varias fases Nosotros comenzamos la primera, de manera concreta y formal el 2 de febrero de 1999, y culminará el 2 de agosto, cuando se cumplan 18 meses" Se preguntó: "¿Qué no hemos hecho, Dios, en este lapso?" Y enumeró: "Hemos hecho una revolución política, tenemos un nuevo texto constitucional, unas instituciones que apenas están naciendo Echamos abajo el andamiaje de medio siglo y está abierto el horizonte Aquí se estaban acumulando fuerzas explosivas, y en año y medio, en lo social, logramos comenzar un proceso de transformación de las mismas en fuerzas expansivas, constructoras" Señaló que su pueblo "anda por ahí con fe", a pesar de que, reconoció, "esté desempleado, subpagado, sin educación, sin techo, sin tierra" Pero, afirmó, "tiene una esperanza en expansión y por ellos asumimos el reto: la segunda fase que comenzará el 2 de agosto o cuando asumamos el gobierno para los próximos 6 años" Entonces, dijo, "entraremos al fondo de la revolución económica y social para hacer de Venezuela un país de fase media en promedio" Y es que, según Chávez, "Venezuela tiene condiciones para ser un país de clase media, sólidamente estructurado Yo le pongo plazo para ello: once años Y esto no tiene nada que ver con mi período de gobierno" El polémico mandatario venezolano anunció que cuando dejara de ser candidato "llegará la paz y se ocupará de gobernar y de atender los agudos apremios sociales y económicos" También anunció "la apertura de las compuertas del diálogo y la negociación" La oposición, empero, era consciente de que todo eso dependería de los porcentajes logrados en las elecciones Otros, en cambio, lo pusieron en duda "Chávez no sabe sino hacer eso que está haciendo todos los días y de lo que se ufana: echar plomo parejo Si no tiene un freno fuerte en la Asamblea Nacional, en las gobernaciones, en las alcaldías y en los otros poderes públicos, esto continuará, parejo con el deterioro del país", afirmó a Proceso el ex ministro de Información Pastor Heydra "Plomo parejo" Todo indicaba que Chávez ganaría de nuevo la presidencia de Venezuela con similar fuerza electoral que en diciembre de 1998, pero con un entorno completamente diferente Y es que, en poco más de dos años, el presidente venezolano se peleó con medio mundo: partidos políticos tradicionales, la Iglesia, los sindicatos, los empresarios, medios de comunicación? Más aún, sufrió la división del grupo que lo llevó al poder ?el llamado Polo Patriótico? y le surgió la disidencia dentro del sector que lo formó: el ejército El único apoyo que tuvo era el de su propio liderazgo y el arraigo que logró conseguir en el pueblo, que todavía lo veía con fe esperanzadora?Pero cada vez menos: si al asumir la presidencia en febrero de 1999 contaba con las encuestas que le otorgaban el 80 por ciento de confianza, está se redujo ?según los últimos sondeos? hasta el 59 por ciento Chávez debilitó a las elites "con plomo parejo", como él mismo solía comentar Su propósito ?según explicó? era hacer un corte horizontal en su proyecto de revolución pacífica y democrática "Elites no, bases sí", afirmó Al mismo tiempo, intentó reafirmar el "capitalismo de Estado" como modo de evitar la concentración de la riqueza y lograr la redistribución del poder político Analistas económicos señalaron que tras los comicios, el incremento brutal de los precios del petróleo le permitiría financiar el gasto público en, al menos, los siguientes dos años Será esta, dijeron, su principal variable política Así, las grandes incertidumbres se postergarían en la medida que se mantuvieran altos los precios del crudo, mientras que su gobierno esperaba superar sus cortocircuitos con el sector empresarial y comenzar el esperado despegue económico y social Los sociólogos, por su parte, coincidieron en que hasta el momento el liderazgo de Chávez era emotivo, y éste no se podía mantener sin rendición de cuentas, sobre todo cuando se había perdido el optimismo y la percepción positiva sobre el país que reinaban 18 meses atrás Ya es hora de que pase a ser un liderazgo racional, legal, y para ello debe entregar algo concreto, real a la población, dijeron los analistas La evaluación del gobierno siguió cayendo y 77 por ciento de la población se mostró insatisfecha con el empleo y el 90 por ciento por la inseguridad "Hoy se vive un proceso de implosión, pero puede avanzar hacia la explosión si se articula una oposición seria y coherente", advirtió Luis Vicente León, director de la empresa consultora Datanálisis Pero la campaña electoral fue tan pobre como la mayoría de la población venezolana, sin más propuestas que la descalificación del adversario La previsible amplia diferencia de votos de Chávez sobre su más cercano rival, Francisco Arias Cárdenas, dejó en claro que éste no se había consolidado como una verdadera opción "Lo que pasa es que no ha aparecido la novia nueva y, mientras tanto uno sigue con la que tiene, aunque ya no esté enamorado de ella, no sea cosa que se quede sin salir el fin de semana", graficó Vicente León de Datanalisis Las encuestas revelaron que el 70 por ciento de la población siguió exigiendo cambios radicales, pero sobre todo en lo que se refería a la solución de sus problemas más acuciantes: empleo, reactivación económica, costo de vida y seguridad Según las proyecciones electorales, por Chávez seguirían votando los sectores más empobrecidos, quienes, a pesar de que su situación económica empeoraba, le daban un lapso de entre 14 y 16 meses para resolver los problemas del país Divide y vencerás Si bien en 18 meses Chávez logró una serie de cambios políticos estructurales, entre ellos la aprobación de una la constitución "bolivariana" y el recambio de todas las instituciones, aún le restaba tomar el control definitivo de las mismas Y para ello era imprescindible lograr una mayoría amplia en la siguiente unicameral Asamblea Nacional, que también se elegiría el domingo 30 El gobierno necesitaba tener 60 por ciento de los asambleístas para dictar una Ley Habilitante a favor del Presidente, que según la nueva constitución no se limitaba a temas fiscales, sino que concedía al mandatario poderes discrecionales Los analistas coincidieron que sólo el nuevo Legislativo podría poner freno a "las tendencias concentradoras de poder y al autocraticismo" que parecían dominar los planes oficiales La previsible heterogeneidad de la asamblea unicameral ?garantizada por la representación proporcional de las minorías- presagiaba un incremento en el balance de fuerzas y la búsqueda de consensos, indispensables para la designación del Tribunal Supremo de Justicia, el fiscal general de la República, el contralor, el defensor del Pueblo y el Consejo Nacional Electoral, que requerían mayoría de otros tercios Pero la oposición estaba también en la misma encrucijada Los grupos con mayores posibilidades de triunfos regionales se debatían entre inclinarse por los consensos o sucumbir ante el posible drenaje de los fondos públicos hacia las guarniciones militares leales a Chávez en las regiones donde la oposición pudiera ganar Sería una manera de socavar los gobiernos regionales no afectos al poder central Otros, de plano, parecían adoptar una postura más inflexible, de ningún acuerdo con el gobierno, sea por desconfianza o por el ánimo de desconocer la legitimidad de las instituciones sometidas a elección Pero no sólo la oposición estaba fracturada El mismo chavismo confrontaba serias divisiones en el seno de la alianza Polo Patriótico: las profundas heridas en la relación del sumiso Movimiento V República (MVR) con Patria para Todos (PPT) logró el alejamiento de este grupo, mientras el Movimiento Al Socialismo (MAS), hacía todo lo posible para seguir aliado al oficialismo Los grupos que acompañaban a Chávez eran embrionarios no por el tiempo de sus actores, sino porque era un proceso de cambio incompleto, que no se había llevado a cabalidad en sectores como el sindical, campesino, ni en la esfera de los partidos Leopoldo Puchi, secretario general del Movimiento Al Socialismo y ex ministro de Trabajo defendió, en contra de una corriente mayoritaria, el papel cumplido por la coalición oficial Polo Patriótico (PP) desde su conformación en 1998 Señaló que se logró unir electoralmente a diversos grupos, pero que no se logró la sustitución de la vieja dirigencia política y la creación de las nuevas instituciones Para Puchi, el Polo fue "una alianza que no cumplió a cabalidad sus objetivos de naturaleza política, pero tampoco los de naturaleza electoral" Señaló que la alianza se rompió por contradicciones de naturaleza electoral, por no haber tenido una dimensión más amplia en la reconstrucción institucional y el proceso constituyente Indicó que tras las elecciones se entró en una nueva etapa y había que reconstruir una alianza para las nuevas tareas "El proceso no ha terminado Todavía está pendiente la reconstrucción de los partidos políticos para que correspondan a la nueva realidad del país Tanto el Movimiento V República, como el MAS son embriones o fuerzas incipientes de lo que debe ser un auténtico partido, con verdadero poder de convocatoria y con un engranaje sólido con la sociedad", señaló Puchi creyó que no existía una integración entre partidos y Gobierno Es uno de los puntos pendientes en la agenda, dijo entonces Sonríó cuando se le comentó que algunos analistas definían al MVR como "un partido de recogelatas" y señaló que los sectores empobrecidos, "están integrados de manera simbólica y están poniendo de su parte; acompañan el proceso porque tienen una relación de confianza y de creencia en el proyecto y, en particular, en Chávez" Lo cierto es que el presidente se echó encima a la clase media, parte de la cual lo respaldó hasta entonces, al mundo empresarial, a los medios de comunicación, a la Iglesia y hasta a Estados Unidos Chávez amenazó durante la campaña: "si no logramos la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, ponemos en peligro el desarrollo del proceso revolucionario, al menos el pacífico" Teodoro Petkoff ?exguerrillero, fundador del MAS, ministro de Planificación en el gobierno anterior, hoy director del vespertino TalCual- manifestó que el mayor problema que tenía Chávez era su ruptura con la clase media: "él tendría que hacer un esfuerzo por reconciliarse con ella, que es indispensable para la gobernabilidad en América Latina, porque sin ella o contra ella es difícil mantener una estabilidad por largo tiempo" Y advirtió sobre "la peligrosidad de un punto de apoyo social que es solamente el de los más pobres, porque ese es un sector muy fácilmente manipulable De hecho, los fascismos se edificaron en base a ese tipo de relación", recordó "Paso y gano" Mientras se realizaba "el cambio total en las instituciones", los personajes que encabezaban la etapa de transición se peleaban entre sí La confrontación, que antes era con el adversario político, esta vez se daba en el seno del oficialismo Lo más extraño de todo esto es que, mientras se atacaban, el presidente Hugo Chávez apareció al lado de cada uno, reconociendo su labor o condecorándolo El único ganador en esta guerra sucia pareció ser el propio mandatario "Paso y gano", fue el comentario de Chávez al respecto "Tenemos un presidente en campaña electoral permanente, quien, cual Don Quijote, se pasa luchando contra los molinos de viento de una oligarquía que fue borrada a mediados del siglo pasado con la guerra federal, mientras el segundo timonel de la nueva nave bolivariana, Luis Miquilena, vive llamando homosexual a todo aquel que desde su mismo gobierno disiente en su contra", señaló Heydra El analista político Fausto Masó recordó que "oligarcas, maricones, palangristas y corruptos" eran los latiguillos de moda en el diccionario de la revolución chavista Y es que, la mano izquierda de esta Quinta República no coordinaba con la derecha y el uso de ambas de manera armónica era poco menos que imposible Primero el octogenario Miquilena, presidente del Congresillo (parlamento transitorio), se lanzó contra el Fiscal General Javier Elechiguerra (ambos fueron escogidos por Chávez), quien lo había acusado de irregularidades en la contratación de trabajos oficiales para su empresa gráfica Micabú y por su indebida relación con Multinacional de Seguros, de Tobías Carrero, uno de los financistas de la campaña el mandatario El Tribunal Supremo de Justicia exculpó a Miquilena y guardó silencio ante la mayor estafa contra la nación cometida en este gobierno por el banco Cavendes, propiedad del ex constituyente chavista Luis Ballenilla La Defensora del Pueblo, Dilia Parra, arremetió contra el ministro del Interior, coronel (retirado) Luis Alfonso Dávila, por la reforma del Código procesal penal y la imposibilidad de los cuerpos de seguridad de detener la delincuencia El Contralor General Clodosvaldo Russián insistió en investigar las cuentas del Consejo Nacional Electoral, y preparó un documento confidencial al Congresillo, el cual, a su vez, desestimó Miquilena arremetió contra el Inspector General de Tribunales, René Molina porque cuestionó el procedimiento judicial contra el semanario La Razón, estimulado por Tobías Carrero, el dueño de Multinacional de Seguros, y pidió su destitución El ministro de Defensa, general Ismael Hurtado, se lanzó contra la Iglesia y dijo que la Fuerza Armada estaba inmersa en el proceso revolucionario que vivía Venezuela En la primera semana después de las elecciones, podía pasar de todo en el Congresillo Y es que el Tribunal Supremo le otorgó prerrogativas "supraconstitucionales" durante la llamada "transitoriedad", la cual se convirtió en un verdadero estado de excepción que duraría hasta el 7 de agosto, cuando se instalara la nueva Asamblea Nacional Dichas prerrogativas permitían a la cúpula chavista hacerse de una cuerpo de leyes para seguir manejando la Nación desde el palacio de Miraflores Ello ante la eventualidad de que el grupo de Chávez no lograra la mayoría absoluta en el nuevo legislativo En principio, el Congresillo amenazó con destituir al inspector de Tribunales, y quizá se atrevería a tomar igual medida con el fiscal, el contralor y con la defensora del Pueblo Asimismo apuraría el acelerador para aprobar una serie de leyes que le interesaban al gobierno en materia de centralización, además de destituir a varios alcaldes, sin darles siquiera el mínimo derecho a la defensa

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