En Israel, los únicos negocios que prosperan son los de venta de videos y de comida para llevar, la gente ya no sale, se mira con desconfianza y prefiere ir caminando hacia sus trabajos antes de subirse a un autobús que traslade a un posible "hombre bomba" Esa es la actual "vida normal" de ese país asiático, tras el recrudecimiento de la violencia, y que es retratada en un reportaje de la revista Proceso, en su edición del domingo 7 de abril "Todo esta muy feo y nadie sabe adónde terminará todo esto", reconocen los pobladores de comunidades como Kibutz que prefirieron el anonimato, y revelan que prefieren cualquier cosa antes de exponerse a los riesgos de vivir en medio de una guerra "El miedo a las bombas es demoledor", reconoce una madre de familia, quien relata también los traumas de aburrimiento que padecen los niños, que en lugar de salir a jugar deben quedarse en sus casas a ver programas infantiles en la televisión, y aprender, en las interrupciones hechas en la programación, qué hacer en caso de atentado Proceso, en su edición 1327, cuenta la cruenta realidad de Israel y Palestina, que desde hace décadas están en constante lucha por el territorio, esgrimiendo cuestiones políticas, así como diferencias ideológicas y religiosas