Rinde frutos la lucha de las legisladoras

viernes, 10 de mayo de 2002 · 01:00
México, D F (apro-cimac)- Tras una batalla de casi diez años, las mujeres mexicanas ganaron en intensas discusiones legislativas su derecho a acceder a mayores espacios de poder político El 30 de abril, el Senado de la República, previa votación favorable en la Cámara de Diputados, aprobó con 81 votos y ninguno en contra las modificaciones al Código Electoral de Procedimientos e Instituciones Electorales (Cofipe), que garantizan una presencia mínima de 30 por ciento para cualquiera de los sexos en las candidaturas para diputados y senadores por los principios de mayoría relativa y representación proporcional Aunque esa demanda ya estaba prevista en el código anterior, carecía de la obligatoriedad y claridad necesarias para que los partidos políticos la cumplieran a cabalidad A decir de las diputadas de la Comisión de Equidad y Género en la Cámara baja, la anterior legislación tenía ausencias que impedían a los institutos políticos cumplir con el compromiso de otorgarles mayor representatividad a las mujeres en los cargos de elección popular La discusión por las reformas al Cofipe fue áspera por las divergencias entre las distintas fracciones partidistas Pese al optimismo que prevalecía entre las diputadas impulsoras de las modificaciones, algunos legisladores y legisladoras de PAN y PRI obstaculizaron la posibilidad de acuerdos, al grado que las tan ansiadas cuotas estuvieron a punto de irse por la borda Los argumentos utilizados por el PAN --partido reacio a las cuotas de género-- versaban, por ejemplo, en su rechazo a que las candidaturas se dividieran en bloques de tres y que un lugar correspondiera a uno de los sexos Acción Nacional defendía que por cada bloque de diez hubiera una frecuencia mínima de tres candidaturas por género Otra divergencia entre los partidos recaía en las sanciones para aquellos institutos que incumplieran con los porcentajes de representación, las cuales finalmente fueron aprobadas, y estipulan desde multas hasta la cancelación de las candidaturas, lo mismo que el registro de los partidos Pero la postura que más arriesgó las reformas al código electoral fue la del PRI Según versiones difundidas, diputados y diputadas del Revolucionario Institucional, afines a Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, intentaron boicotear la iniciativa, luego que "fueron regañados" por negociar su aprobación con la presidenta de la Cámara baja, Beatriz Paredes Historia de una lucha Antes de la iniciativa de reformas presentada por la perredista Hortensia Aragón el 9 de noviembre del 2000, que sentó las bases para las recientes modificaciones, las legisladoras ya demandaban desde 1993 mayores espacios de poder para las mexicanas Fue en 1996, con la promulgación del Cofipe, cuando las fracciones parlamentarias lograron plasmar un artículo que "recomendaba" a los partidos políticos considerar en sus estatutos que las candidaturas no excedieran 70 por ciento para un mismo género El contexto en el que se logró modificar la legislación electoral tenía como referentes diversos hechos que preveían el éxito de las reformas Uno de ellos, particularmente significativo, fue la resolución de febrero de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que declaró constitucionales las reformas al Código Electoral de Coahuila, las cuales establecieron los porcentajes de 70 y 30 para los cargos locales de elección popular Para no variar, la demanda de inconstitucionalidad contra esas modificaciones la presentó la dirigencia nacional del PAN Aunado a que la representación de las mujeres en el Congreso de la Unión apenas alcanza 11 por ciento, las y los diputados en favor de los cambios en el Cofipe argumentaban que las reformas electorales de los dos últimos años en los estados de Sonora, San Luis Potosí, Oaxaca, Chihuahua y Coahuila, en las que se plasma como obligatorio un mínimo de candidaturas para las mujeres, hacían impostergables modificaciones en el mismo sentido en toda la Federación De cara a los comicios nacionales en el 2003, está por verse si las tan disputadas reformas electorales en materia de género se cumplen o quedan simplemente grabadas en la memoria del papel

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