onésimo cepeda atizó la "guerra" entre juan diego y santa clara

sábado, 18 de mayo de 2002 · 01:00
Onésimo Cepeda atizó la “guerra” entre Juan Diego y Santa Clara Rodrigo Vera La intención de reemplazar el culto de Santa Clara de Asís por el de Juan Diego fue uno de los motivos por los que protestó la feligresía de Santa Clara Coatitla, Estado de México, contra el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, y el párroco Fernando Uribe Quintero, quienes sostienen que el indígena de la tilma es oriundo del lugar y que los lugareños deben venerarlo La representante de la Comisión de la Fe en Santa Clara, Laura Elena Pérez Linares, comenta molesta: “Durante sus misas, el padre Uribe Quintero nos decía que a Santa Clara había que bajarla de su nicho en el templo, que no debía estar ahí porque no era una virgen, sino sólo una santa También nos decía que para qué gastábamos tanto dinero en sus festividades, que mejor lo donáramos a la parroquia Por eso fueron nuestras protestas” En su domicilio particular, prosigue indignada: “Aquí llevamos 400 años de venerar a Santa Clara Es la patrona del pueblo y tiene toda una tradición Ahora, de pronto, quieren cambiar nuestra historia, diciéndonos: ‘Ahí les va Juan Diego’ Es como si tuviéramos un papá y luego viene un extraño y nos dice: ‘Yo sí soy su padre’ Pues no, no se vale” —¿Aquí ustedes también le rinden culto a Juan Diego? —No A nosotros no nos nace el culto a Juan Diego, simplemente porque no se nos ha inculcado Por su parte, la cronista local, Guadalupe Pineda Sánchez, afirma que, efectivamente, el párroco Uribe Quintero intentaba quitar la imagen de Santa Clara como un primer paso —supone— para promover el culto juandieguino “Estas cosas no pueden imponerse así nada más Tantos años de venerar a Santa Clara para que ahora nos la quieran quitar Ella es la que nos da identidad Hasta el pueblo lleva su nombre” —¿Realmente Juan Diego nació en Santa Clara, como sostiene el obispo? —Hasta ahora que lo van a canonizar, se dice que aquí nació, lo cual me da mucho gusto Pero desgraciadamente no tenemos los fundamentos necesarios para probarlo Desde hace años se ha venido diciendo que Juan Diego es de Cuautitlán Yo conozco al cronista de allá, el licenciado Alberto Fragoso, él es mi amigo Toda su vida la ha dedicado a probar que Juan Diego es de Cuautitlán Yo, como cronista de aquí, no puedo rebatirlo sin pruebas, ¡imagínese! “Además, aquí no se le rinde culto a Juan Diego Con decirle que, pese a que está muy cerca, nosotros ni siquiera conocíamos el Santuario de la Quinta Aparición, en donde se dice que vivía Juan Bernardino, el tío del indígena” Hartos de que el párroco Uribe los instara a quitar la imagen de Santa Clara y también se negara a darles atención espiritual, los feligreses de esta localidad sostuvieron, el 5 de mayo, una reunión con Onésimo Cepeda para pedirle que removiera al sacerdote Se negó Tan ríspido resultó el encuentro, efectuado en la misma parroquia de Santa Clara, que Onésimo Cepeda llamó a la policía por teléfono para que acudiera en su auxilio, pues decía que los fieles lo tenían secuestrado Inmediatamente, cerca de 20 patrullas —estatales y municipales— acordonaron la parroquia En el rescate, durante el cual salieron a relucir armas de grueso calibre, intervino hasta Fuerza de Tarea, el grupo de élite de la policía municipal Dos días después, el 7 de mayo, un indignado Onésimo Cepeda emitió un comunicado en el que ordenaba cerrar la parroquia, así como las tres capillas que dependen de ella En su escrito —dirigido a “todos los sacerdotes de la diócesis de Ecatepec”—, señalaba que, en la reunión del día 5, “fui agredido verbal y físicamente, además de que estuve secuestrado por más de tres horas sin poder salir de la parroquia” Tras asentar la orden de “cerrar el templo parroquial con todas sus capillas”, el obispo dice a sus sacerdotes: “Por todo ello, nadie puede celebrar el sacrificio de la santa misa, ningún sacramento ni ceremonia alguna, en la demarcación de la mencionada parroquia de Santa Clara Tampoco pueden atender en sus respectivas parroquias para cualquiera de estos actos arriba mencionados, si son domiciliarios de la parroquia de Santa Clara” Y el obispo amenazaba así a sus propios párrocos: “Si algún sacerdote de mi diócesis hiciese caso omiso de lo que estoy ordenando, quedaría suspendido a divinis” Ante esto, los fieles de Santa Clara organizaron un movimiento de protesta y crearon la Comisión de la Fe en Santa Clara Mediante cohetes, aún convocan a sus reuniones en la plaza de este poblado El jueves 16, bloquearon durante siete horas la vía Morelos, la principal arteria de la zona, pidiendo nuevamente la destitución del párroco La tarde del viernes 17, volvieron a cerrar la misma arteria, e inútilmente esperaron respuesta del obispo Inclusive, desde el 4 de abril, la feligresía entregó una carta al nuncio apostólico en México, Guissepe Bertello, en la que denunciaban que el párroco considera “obsoletas” las “tradiciones y costumbres del pueblo” y que ha intentado bajar de “su nicho a nuestra patrona Santa Clara”, por lo que pedían su “intervención directa para darle solución al problema” Protagonismo de Cepeda En entrevista con Proceso efectuada en marzo pasado, antes de que estallara el conflicto, el sacerdote Uribe Quintero reveló que planeaba promover el culto a Juan Diego, pero que sería “difícil” porque ya existía el culto a Santa Clara —¿Tiene pensado promover el culto a Juan Diego? —se le preguntó —Sí Darle cierto realce a la persona de Juan Diego Será un poco difícil porque la gente tiene a Santa Clara como patrona Meter el culto a Juan Diego será difícil Pero hay que trabajar en la concientización de la gente, y hacerles ver la importancia de Juan Diego —¿Aquí ya hay culto a Juan Diego? —No, de alguna manera se perdió Por la idea de que había nacido en Cuautitlán, yo pienso que la comunidad se abstrajo Aquí no se le da ningún culto Para nada Empezaré a promover el culto a Juan Diego, porque si aquí nació, se le debe dar el realce que tiene En esa entrevista, el párroco sostenía que bajo el templo de Santa Clara está sepultado el palacio en donde nació y vivió Juan Diego: “Ahora el palacio quedó sepultado por esta parroquia, levantada por los franciscanos en el siglo XVI Juan Diego se educó aquí, no en Tlatelolco, como se dice Y aquí se dedicó después a evangelizar a muchos indígenas” Según los estudios de las antropólogas Asunción García Samper y Rossana Enríquez, en los que se apoya el obispo para afirmar que el beato era de Santa Clara, el palacio de Juan Diego estaba construido con piedra y adobe, y tenía finas ornamentaciones de madera En su centro había un enorme patio circundado por las alcobas señoriales Además, contaba con un temazcal y seguramente con un amplio huerto familiar En la azotea se acostumbraba a realizar ciertas manualidades, como tejer tule y deshilar algodón (Proceso 1325) Tan pronto se aprobó la canonización del controvertido indígena, Onésimo Cepeda lanzó una campaña mediática en la que pregonaba que éste era de su diócesis Incluso, anunciaba que la ceremonia de canonización, presidida por el Papa Juan Pablo II, sería también en Ecatepec Pero el Vaticano lo atajó y decidió que la canonización, programada para julio, será finalmente en la Basílica de Guadalupe La cronista de Santa Clara, Pineda Sánchez, desaprueba esa actitud protagónica del prelado: “Al querer realizar aquí la ceremonia de canonización, nuestro obispo quiso adelantarse al Vaticano Eso no se debe hacer No puede imponer así las cosas Y eso es lo que intenta hacer ahora con los fieles de Santa Clara, a quienes incluso amenaza con excomulgar” Pineda Sánchez está segura de que la población no permitirá que le quiten del templo la imagen de su patrona: “Ella también es una santa, canonizada formalmente Durante generaciones, aquí le celebramos su fiesta en agosto La bajamos de su nicho, la vestimos con ropa fina, bordada en hilos de oro, y la cargamos para que recorra el pueblo” Los festejos a Santa Clara son todo un acontecimiento: Con mariachis y bandas de viento, la imagen recorre el pueblo sobre una tarima adornada con flores y sostenida por niñas vestidas de blanco A lo largo de los siete kilómetros de su lento recorrido, el piso se alfombra con aserrín pintado de múltiples colores, y resaltan los motivos prehispánicos, florales y geométricos La multitud se agolpa en calles y azoteas para corear su paso El culto a Santa Clara de Asís —dice la cronista— lo implantaron aquí los franciscanos en el siglo XVI, ya que fue la fundadora de la orden franciscana de mujeres Nacida en Asís, Italia, en 1193, Clara fue hija de una noble familia A los 16 años decidió llevar el estilo de vida de San Francisco —también de Asís—, por lo que fundó la orden femenina y se dedicó a la penitencia Murió en agosto de 1253 Dos años después, fue canonizada por el Papa Alejandro IV Sus restos se exhiben en la Basílica de Santa Clara, en Asís Con un pequeño pedazo de hueso de su cuerpo se hizo un relicario, que actualmente pende del pecho de la imagen que se venera en Santa Clara Coatitla En nombre de la Comisión de la Fe de este poblado, Pérez Linares amenaza: “Si el obispo quiere que le rindamos culto a Juan Diego, que le levante aquí un templo, una catedral, lo que él quiera Pero a nuestra santa patrona no nos la quita de su templo”

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