La expulsión de Francia de la Copa Mundial de Futbol es una vergüenza más que los franceses han debido afrontar ante el mundo en poco tiempo La primera fue el efímero pero espectacular triunfo electoral del ultraderechista Jean Marie Le Pen, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas En su edición 1337, Proceso da cuenta de la forma en que el orgullo francés ha quedado destrozado Primero fue la fama de cuna de las ideas liberales la que quedó mellada, debido al insólito apoyo que la ultraderecha consiguió Segundo, la expulsión del Mundial, luego de tan sólo tres partidos El dolor es mayor al considerar que el mundial de 1998, organizado por Francia, fue ganado por este país Pero mientras el triunfo de Le Pen pudo ser revertido en una segunda vuelta, el fracaso en el futbol no tiene vuelta de hoja Desde el 31 de mayo, fecha de apertura del mundial, que se inauguró con el partido Francia Senegal, el país, dice el reportaje, no ha vuelto a sonreír Proceso relata la incrédula reacción popular francesa: "¡Los brujos de Senegal embrujaron a los Azules!", se dijo la gente, al concluir el partido inaugural, en que Senegal, antigua colonia, derrotó a los galos por un gol contra cero Al parecer, esta tesis no es tomada en broma entre la afición y los expertos franceses El lastimado orgullo galo se aferra de un solo clavo: el equipo de Senegal "está hecho en Francia", se dicen, pues lo entrena un francés, Bruno Metsu, y lo conforman jugadores que juegan en equipos franceses Pero el empate a cero con Uruguay no pudo justificarse igual, aunque se habló de la complicidad latinoamericana del árbitro mexicano Felipe Ramos con la selección sudamericana El tercer partido, que registró el regreso de Zinedine Zidane a la cancha, revivió la esperanza, pero ante Dinamarca no hubo nada que hacer Francia quedó fuera El trauma, intenso, se reflejó en las crónicas de un "lirismo trágico", publicadas en la prensa al día siguiente, dice el reportaje del semanario que circula a partir del domingo 16 de junio