Usabiaga: Desafío ante el derrumbe

sábado, 22 de junio de 2002 · 01:00
México, D F(apro)- Para no perder el ritmo, luego de que durante su gestión el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga Arroyo, se ha enfrentado con dirigentes de las centrales agrarias; legisladores; productores de caña, maíz, café, frijol, piña; ganaderos e industriales del azúcar, entre otros, ahora va sobre los trabajadores de la propia dependencia, a los que amenaza con desalojar de sus centros laborales en la capital del país para descentralizar la Sagarpa a? la colonia Del Valle, en el Distrito Federal Conflictivo y desafiante, el funcionario ha enfrentado también, con su estilo característico, críticas a su Programa Sectorial y acusaciones en su natal Guanajuato por favorecer a sus amigos con la entrega de fondos públicos dirigidos a campesinos de la entidad Diferencias las ha tenido, incluso, con su compañero de gabinete, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda y Crédito Público Lo cierto es que el llamado "rey del ajo", responsable de resolver los problemas del campo y la alimentación del país, enfrenta constantemente protestas en su contra en toda la República Prueba de ello son los constantes mítines, así como toma y bloqueo de las oficinas en que despacha, ubicadas en la glorieta de Chilpancingo, mismas que, a pesar de que sus colaboradores aseguran que el proyecto está "congelado", pretende desocupar De acuerdo con trabajadores de la dependencia, su obsesión es dejar de pagar 8 millones 149 mil pesos de renta mensual por ocho inmuebles que ocupa la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en la Ciudad de México, para concentrar a más de 2 mil empleados en el edificio de Municipio Libre 377 --cercano a la estación del metro Zapata--, propiedad de la Aseguradora Hidalgo, con el argumento de que ésta es una instancia gubernamental El inconveniente es que la Aseguradora acaba de ser rematada por el gobierno federal y el malestar de los burócratas de Agricultura va en aumento, pues al conocer el oficio 512-4805 --del 10 de agosto pasado--, de inmediato le hicieron saber al propio titular de la Sagarpa, a través de las secciones sindicales 20, 34, 50 y 51, la "profunda" inquietud e inconformidad que se ha generado entre los trabajadores por la pretensión de cambiar la sede de su centro laboral No es para menos: los dirigentes Martín López García e Isidro Gómez, de la Sección 12 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Sagarpa, dicen que con la decisión se busca violar sus derechos laborales; denuncian que se les amenaza con el desalojo de su centro de trabajo y que con esto se desconocen las luchas que desde 1985 han dado por "tener edificios y centros laborales seguros y confiables, con las condiciones de espacio e higiene, servicios de transporte, escuelas y alimentación eficientes y suficientes" Dirigentes campesinos y trabajadores entrevistados por la agencia "Apro" afirman en tono irónico que el cambio puede obedecer a dar bienestar a los numerosos grupos de campesinos que llegan a la ciudad para quejarse de la "certera, inteligente y eficiente" política de Usabiaga Como el secretario ha de pensar que a los campiranos ya hasta les gusta la ciudad, quiere el inmueble, porque cuenta con una superficie total de 25 mil 205 metros cuadrados, tres niveles de sótano para estacionamiento, planta baja y 12 pisos integrados en dos cuerpos; un lobby para "convivencia"?, salón de usos múltiples, sala de prensa y, lo mejor, se encuentra cerca del centro hospitalario 20 de Noviembre, de la administración de Correos número 73 y del mercado Santa Cruz Atoyac También quedan próximos los centros comerciales Carrefour, Gigante, Mega Comercial Mexicana, Wall Mart y plaza Universidad; además del deportivo Benito Juárez y del Parque de los Venados Todo esto, dicen con sorna los líderes, "para que los campesinos, que vienen desde lejanas tierras, se sientan a gusto y cuenten con todo durante sus estancias dedicadas a protestar" El pasado reciente Fuera de apariencias superficiales, como cantar a coro el "Himno del Agrarista" en una ceremonia conmemorativa organizada por la Confederación Nacional Campesina (CNC) --6 de enero de 2001--, Javier Usabiaga Arroyo sostiene en sus declaraciones: "El campo de México fue la razón de ser de una Revolución, pero hemos exagerado" Según él, "el campo ha sido un botín político" y uno de sus males ha sido el corporativismo, esto es, la manipulación de las fuerzas campesinas, por lo que "la política que contamina y hace mucho daño es el enemigo a vencer en el corto plazo", pues, sostiene, "no quiero dejarle a mis hijos ni a mis nietos un campo politizado, en manos de unos cuantos líderes, donde a los campesinos los sigan utilizando" Esta actitud de Usabiaga provocó un choque frontal, desde el inicio de la administración, con las principales centrales campesinas del país integrantes del Congreso Agrario Permanente (CAP), las que denunciaron una "embestida oficial" en su contra, para convertirlas, de acuerdo con un documento de la Sagarpa, en "organizaciones económicas auténticas de campesinos y no facciones de tendencias corporativas y partidarias" (Proceso 1260) El enfrentamiento tuvo como antecedente el bajo presupuesto destinado al agro para el año 2001, a pesar de que el propio presidente Fox, amigo personal de Usabiaga desde hace más de 50 años, había asegurado durante su campaña que el campo sería prioridad en su gobierno A esto siguió la pretensión de desaparecer el Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural), acabar con los subsidios para quienes no cuenten con su identidad fiscal Asimismo, los ataques al Procampo, la promoción de la agricultura de contrato, la reconversión de cultivos, el fallido objetivo de convertir a todos los campesinos en agroempresarios, los recortes al presupuesto, la negativa a renegociar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, negar los efectos de la sequía, su docilidad para pagar las supuesta deudas por agua de México con el vecino país y, en suma, un mayor empobrecimiento de los más de 3 millones de ejidatarios y comuneros mexicanos Con tales antecedentes, Usabiaga comenzó a cobrar fama de "agitador número uno del agro", apenas seis meses después de haber llegado al cargo En efecto, el 9 de julio pasado, cañeros inconformes por la falta de pago a su cosecha tomaron por segunda ocasión la sede de la Secretaría, al mismo tiempo que su titular realizaba esfuerzos por frenar el movimiento campesino de los productores de maíz en Sinaloa, los que, molestos por la falta de comercialización de su producto, se habían apoderado de casetas de peaje, instalaciones de Pemex y oficinas públicas Más tarde, los cañeros de la CNC bloquearon, aparte de la Sagarpa, las secretarías de Hacienda y de Economía, en reclamo del pago de 4 mil 800 millones de pesos que se negaban a entregarles los dueños de la industria, lo que desembocó en la expropiación de 27 ingenios y el consecuente amparo de algunos propietarios, por causa de la medida "arbitraria" promovida por Usabiaga En cuanto a los productores sinaloenses, el conflicto obedeció a la incapacidad del funcionario para destrabar la comercialización de 2 millones 287 mil 257 toneladas de maíz Desde entonces, sostiene Alvaro López Ríos, quien coordinaba al CAP, se inició una "guerra" declarada del gobierno de Vicente Fox, por medio del secretario de Agricultura, contra los más de 25 millones de habitantes que componen la población rural El movimiento de los campesinos de Sinaloa pronto se propagó a Sonora y Tamaulipas, y derivó en la toma de garitas aduanales en Chihuahua y el puerto de Veracruz por dirigentes y legisladores, quienes acusaron a Usabiaga y a Francisco Mayorga, director de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), de proteger los intereses de transnacionales, así como a políticos acaparadores del grano A estos problemas, el flamante secretario de Agricultura añadió el descontento de 280 mil productores de café de 12 estados del país, los que hasta la fecha no han recibido el apoyo demandado, debido a la crisis mundial de este cultivo, porque la dependencia lleva un retraso en el levantamiento del padrón campesino del sector Por si fuera poco, en septiembre de 2001, al comparecer ante comisiones unidas de la Cámara de Diputados, los legisladores de todos los partidos, incluyendo el PAN al que pertenece, reclamaron a Usabiaga el haber promovido el veto presidencial de la Ley de Desarrollo Rural, además de no haber ejercido, hasta la primera mitad del año, ni siquiera el 50 por ciento del los casi 30 mil millones de pesos destinados al agro En la comparecencia, los diputados denunciaron que el campo atraviesa por una de las crisis más graves de su historia, debido a que en la Sagarpa continúa "el clientelismo, la corrupción, burocratización, intermediación e ineficiencia" Un mes después, al comparecer en el Senado de la República, Javier Usabiaga fue severamente cuestionado por Lauro Díaz, Fidel Herrera y Genaro Borrego, del PRI; Daniel López Nelio, del PRD, y Joaquín Montaño, del PAN, quienes le reclamaron la ausencia de programas integrales que resuelvan el rezago y la crisis del agro mexicano En respuesta, el secretario se limitó a expresar que considera las críticas como "asesorías gratuitas" y a prometer la entrega, "a la brevedad posible", de un programa sectorial Sólo que cerró el año ignorando los argumentos del Senado para declarar a 10 mil familias productoras de piña en situación de emergencia, lo que provocó que muchos de ellos se desplazaran a la capital del país, donde, además de protestar, se dedican todavía a vender su producto en los principales puntos de la ciudad La realidad El Programa Sectorial de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación 2001-2006 fue presentado por Usabiaga a mediados de enero de este año 2002 De inmediato, José Luis Calva, experto en la materia, y Heladio Ramírez López, presidente de la CNC, pusieron el dedo en la llaga al señalar la causa determinante del derrumbe del campo y la precaria situación económica y social de los campesinos mexicanos Calva dice a "Apro" que el documento "es un programa sectorial sin programa: no hay metas No existen los objetivos productivos Está ausente la apertura comercial y la sobrevaluación del peso mexicano como factores del desastre "Lo peor es que se reitera una suerte de fe en la globalización, en cierto fundamentalismo del mercado, y de ahí que los objetivos generales, por ejemplo el bienestar de los productores vía ingreso rural, la mayor eficiencia productiva, opciones ocupacionales, etcétera, no tengan una correspondencia en instrumentos de política agropecuaria "No hay un proyecto estratégico programático del desarrollo de las ramas de la producción agropecuaria señalando metas; prevalece el fundamentalismo de mercado, partidario de que el Estado no establezca objetivos, porque implica escoger ganadores Es como si no supiéramos a dónde vamos o cómo lo vamos a lograr en términos de estructura productiva, esto es, cuánto vamos a producir de carne, de granos y hacia dónde vamos a orientar la productividad Es decir, ¿vamos a fomentar el cultivo de la naranja o el del ajo? "Se habla de objetivos sociales, pero no está definida una política de ingresos para elevar el nivel de bienestar del sector agropecuario Tampoco hay un plan maestro de desarrollo de infraestructura y de la investigación Hay la idea, pero qué se va a investigar, o bien qué se va a organizar y para qué Falta una visión clara de hacia dónde queremos llegar", precisa el especialista Esto, pese a que en el documento oficial se hace un diagnóstico en el que se habla de la dramática caída del sector, causada por una pérdida en los términos de intercambio, al grado de que "si arrancamos de 1989, baja de 11 a 075, o sea que el campo ha perdido 35 por ciento en rentabilidad" Y un dato duro incontrastable que ofrece el investigador es que en el año 2001 las importaciones de alimentos aumentaron hasta rebasar la cifra récord de 10 mil millones de dólares Por su parte, Heladio Ramírez recalca que el campo ha sufrido un proceso permanente de extracción de riqueza a través del bajo valor impuesto a su producción, por un lado; por otro, los altos precios de los insumos y bienes procedentes de los otros sectores de la economía han provocado una sangría permanente que debilita a la economía campesina Enseguida pone de relieve la reducción en 15 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario, la disminución de casi 30 por ciento de la producción per cápita de los 8 principales cultivos, el aumento exponencial de las importaciones agropecuarias y forestales, la caída del poder adquisitivo de los productores y su consecuente pérdida de rentabilidad estimada en alrededor del 60 por ciento, así como el colapso de la inversión pública a menos de la vigésima parte Todo ello, en las últimas dos décadas, son algunos elementos que impedirán la consecución de los compromisos programáticos sectoriales Mientras tanto, Usabiaga afirma y reitera que la "competitividad" es la fórmula mágica que sacará de la pobreza a los campesinos mexicanos, cuando tienen que competir con sus similares de Estados Unidos, que de 1997 a la fecha han visto incrementados los subsidios que reciben por parte de su gobierno en más de 20 mil millones de dólares

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