El velatorio, los responsos y la triste memoria del PRI

martes, 2 de julio de 2002 · 01:00
La era del partido oficial, que bajo distintas denominaciones y un mismo estilo patrimonialista y autoritario gobernó al país durante 71 años, se acabó el 2 de julio del 2000, hecha añicos por una marejada de votos opositores que elevó a Vicente Fox a la Presidencia de la República Desprestigiado, arcaico, sin alma, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió al fin el poder presidencial que ejerció de manera imperial y prácticamente de espaldas a las necesidades populares Sin duda, dejó al país una serie de instituciones pero, sobre todo, una cadena de injusticias y agravios, entre ellos una honda desigualdad social, una vasta corrupción y una larga estela de impunidad Se acabó el PRI ligado a la Presidencia y, en consecuencia, quedó roto el tejido de intereses, complicidades y lealtades en torno de las dos piezas centrales del sistema político posrevolucionario Con votos, México dijo adiós a la "familia revolucionaria" Por la tarde del domingo 2 de julio de 2000 era ya perceptible el ambiente de velatorio en el cuartel del PRI En contraste, en la sede panista la euforia crecía Hacia las 18:00 horas, Porfirio Muñoz Ledo, exultante, saboreando ya el triunfo, adelantó a Proceso: "En realidad, el ciclo histórico del PRI se agotó hace rato Hace tiempo que el país no tiene PRI Se vino agotando desde finales del gobierno de Echeverría, principios de López Portillo En la época de Miguel de la Madrid ya no había PRI, había una tecnocracia encaramada Lo que queda son los usufructuarios del poder El PRI ya se acabó incluso como concepto, como clase dirigente, lo que hay ahora es un neo-PRI, una tecnocracia aberrante que está suplantando a lo que fue el viejo partido de la Revolución" A la medianoche, mientras se dirigía al Ángel de la Independencia a celebrar la victoria de Fox, Jorge G Castañeda comentó: "Es el fin de una época El país no renace: es el mismo, los mexicanos somos los mismos, pero obviamente una época llega a su término El PRI tendrá que aprender a vivir sin su relación con el Estado Ya no es un problema de "sana distancia", no es un problema de participar en un sistema democrático desde el poder, sino que simplemente termina una relación que fue consustancial a la existencia del partido Eso es lo que concluirá el 1 de diciembre, pero empezó su ocaso esta noche" Poco antes, pasadas las 11 de la noche, el presidente Ernesto Zedillo pronunciaba palabras irreversibles: "Justo ahora el propio IFE nos ha comunicado a todos los mexicanos que cuenta ya con información, ciertamente preliminar pero suficiente y confiable, para saber que el próximo presidente de la República será el licenciado Vicente Fox Quesada" Y a manera de responso, Zedillo habló luego de los méritos históricos del PRI: la "paz social", la "estabilidad política", el "respeto internacional" Errores y costos El partido oficial fue fundado en 1929, bajo el nombre Partido Nacional Revolucionario, con dos grandes funciones: contener el desgajamiento del grupo revolucionario y establecer un mecanismo civilizado de lucha por el poder Daniel Cosío Villegas reconoció en 1972 (El sistema político mexicano) que el partido había cumplido hasta entonces con esos propósitos, evitando el desmembramiento de la llamada "familia revolucionaria" y resolviendo de modo pacífico la transmisión del poder Tuvo, sin embargo, lastres de origen Según el propio Cosío Villegas, al gobierno y a su partido nunca les interesó definir un programa con metas y plazos, pues ello hubiera significado un compromiso moral y político que no quisieron echarse a cuestas Se limitaron a declarar que su programa era el de la Revolución y el de la Constitución de 1917 Pero esa oferta resultó cada vez menos creíble para la opinión pública y acabó por verse como una fórmula para "escamotear las realidades", dice el historiador Igualmente, el partido oficial no intentó democratizar sus procedimientos de selección de candidatos hasta casi 70 años después de constituido, cuando el costo de la antidemocracia era enorme A lo largo de décadas, lo que imperó en todos los niveles de la pirámide partidista fue la imposición de candidatos, conocida como dedazo y encubierta por dudosos procesos de auscultación El caso extremo fue la imposición del candidato a la Presidencia, mediante un ritual cada vez más complicado y costoso Con todo, a lo largo de casi 60 años imperó el "cierre de filas", y las fisuras partidistas fueron mínimas Las escisiones más importantes desde 1929 fueron: la del general Juan Andrew Almazán, en 1940; la de Ezequiel Padilla, en 1946, y la del general Miguel Henríquez Guzmán, en 1952 Los tres fueron aplastados por la maquinaria partidista al disputarle la Presidencia al candidato oficial, y el partido mantuvo su carácter monolítico Pero en 1987 la lucha por la candidatura presidencial abrió una grieta irreparable en el PRI, con la salida de César Buenrostro, Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros El desprendimiento de los miembros de la Corriente Democrática "significó un severo cuestionamiento a la legitimidad ?revolucionaria? e histórica del PRI, causando un vivo impacto entre sus militantes y en la sociedad en general", apunta Luis Javier Garrido en su libro La ruptura Y puntualiza: "Los disidentes no se llevaron consigo a grupos organizados corporativamente ni a sectores importantes de la burocracia gubernamental, pero sí evidenciaron que el PRI carecía de viabilidad como partido de ciudadanos, y le arrancaron en buena medida el respaldo de sus bases, como se vería en 1988, cuando millones de miembros formales del PRI iban a votar en contra de éste, escindiéndolo de hecho y mostrando los límites del corporativismo en una sociedad moderna" Según los mágicos números oficiales de 1988, Carlos Salinas obtuvo 96 millones de votos, apenas medio millón más que sus dos rivales juntos, Cuauhtémoc (59) y Manuel Clouthier (32) Los dos opositores alegaron fraude, pero las movilizaciones de protesta fueron mínimas Aun así, las elecciones de 88 son consideradas como el mayor fraude electoral de la historia de México En el 88 "hubo la cobardía, hubo la traición al país, que es inenarrable", afirma Muñoz Ledo en referencia a la presunta negociación de Cárdenas con Salinas luego del fraude electoral "La derrota del PRI en el 2000 es la culminación de un proceso histórico muy largo, en el cual finalmente ganó una oposición que vino acumulándose a lo largo del tiempo y que tuvo la determinación de ganar En el 88 se pudo, pero no se quiso Ahora se pudo porque se quiso" Empresarios enfadados En septiembre de 1982, en su último informe presidencial, José López Portillo anunció la nacionalización de la banca Displicente, contaría en sus memorias que fue sencillamente un acto de fuerza institucional para expresar y fortalecer el poder político del Estado y facilitar la función del económico en cuanto satisface el interés general Pero los efectos de la medida fueron exactamente los contrarios, fuera y dentro del sistema Historiadores y analistas coinciden en que la estatización de la banca detonó el crecimiento de la oposición, en particular la representada por el Partido Acción Nacional La medida de fuerza erosionó la alianza del capital con el Estado, sustenta Héctor Aguilar Camín en Subversiones silenciosas "La nacionalización de la banca -dice- desató los vínculos de esa alianza, instaló la desconfianza y la urgencia empresarial de una vía política propia, independiente Así, junto a la elección y el auge del PAN como cauce de oposición institucional, los años ochenta vieron aparecer como candidatos independientes a empresarios conocidos: Fernando Canales Clariond, derrotado aspirante panista a la gubernatura de Nuevo León en las elecciones de 1985, fue el primer fruto de ese nuevo árbol de la política mexicana" Ese árbol, plantado por Manuel J Clouthier, daría más frutos: Ernesto Ruffo, quien en Baja California se convirtió en el primer opositor que obtuvo una gubernatura (1989); le siguió Francisco Barrio (Chihuahua, 1992), luego de que, en 1986, se le regateó el mismo puesto mediante el fraude; cinco años más tarde, en 1997, el propio Canales Clariond gobernó el estado de Nuevo León Pero sin duda el fruto más importante de ese árbol ha sido Vicente Fox, víctima del fraude priísta en Guanajuato en 1991, y más tarde (1994), por fin, primer mandatario de su entidad Lo cierto es que, en los últimos años, el descontento empresarial se manifestó irrigando el árbol panista, y varios de los grandes capitales regiomontanos apoyaron la campaña presidencial de Fox, en particular Alfonso Romo, cabeza de la corporación Pulsar El respaldo de los empresarios de Monterrey a la oposición panista, al igual que en otras regiones del norte, comenzó de hecho en el sexenio de Echeverría, aunque creció vigorosamente a partir de la nacionalización bancaria decretada por su sucesor Pero "lo respetable, lo impresionante, la novedad histórica decisiva son esos millones de votantes que ahora votan contra el PRI y hasta se dejan apalear tratando de ejercer el sufragio efectivo", señaló Gabriel Zaid en su ensayo Escenarios sobre el fin del PRI (mayo de 1985) "Están diciendo a gritos que hay que acabar con el sistema pacíficamente, mientras los aparatos se escupen entre sí" El voto anti-PRI fue alentado sobre todo por las clases medias depauperadas con la devaluación de Echeverría y proletarizadas por la "administración de la abundancia" lopezportillista La crisis económica tuvo también efectos notables dentro del sistema: forzó el reacomodo del núcleo dirigente y allanó el camino al poder de los tecnócratas, la autodenominada generación del cambio que se encaramó en la cúspide por tres sexenios Tecnócratas y capos Inflexibles en la aplicación de políticas neoliberales, los tecnócratas consiguieron éxitos efímeros, pero los publicitaron como logros permanentes o históricos En el ciclo De la Madrid-Salinas-Zedillo, sin embargo, se multiplicaron los pobres y se concentró desmedidamente la riqueza Las ficciones quedaron al descubierto en 1994, como le ocurrió a Porfirio Díaz con la caída de Ciudad Juárez en 1911, de acuerdo con la analogía observada por el historiador Lorenzo Meyer "Aun cuando el gobierno salinista supo cómo manipular la realidad para restaurar en un tiempo corto la apariencia de fuerza de las instituciones políticas, en 1994 tuvo lugar el equivalente, para Salinas, de la caída de Ciudad Juárez para don Porfirio: el levantamiento armado de un puñado de indígenas con demandas consideradas legítimas por grandes sectores de la sociedad, los asesinatos del candidato presidencial y del secretario general del partido oficial y, finalmente, la devaluación de la moneda en diciembre y la crisis que le siguió" En su libro Fin de régimen y democracia incipiente, Meyer agrega: "En un Estado realmente fuerte, es decir, en uno donde la distancia que separa el aparato de dominación política de la sociedad no fuera tan grande como es el caso en México, circunstancias similares a las de 1994 hubieran afectado quizás al líder del gobierno y a su partido, pero no necesariamente al régimen y menos al Estado En el caso mexicano, sin embargo, el sacudimiento del 94 afectó a todos los elementos del poder porque el edificio estatal se encontraba ya con cimientos sociales muy débiles" Zaid hace una lectura complementaria de los años salinistas Dice que Salinas llegó a la Presidencia con una doble crisis de legitimidad: ni la opinión pública "ni la opinión privada de los capos del sistema le dieron todo el apoyo inicial que solían recibir los presidentes de México" Se lo tuvo que ganar, y lo hizo en poco tiempo La recuperación del voto a favor del PRI, en 1991, la ve Zaid como "una ovación" a la presidencia de Salinas, como "la petición de que se prolongara" En 1992, prosigue el ensayista, "cuando los capos se convencieron de que Salinas quería quedarse con todo y para siempre, rompiendo el pacto constitucional del PRI, la guerra interna se volvió guerra a muerte Ésta es la hipótesis más explicativa de la violencia que hemos vivido desde 1993, y cuyos resultados principales han sido las derrotas de Salinas En primer lugar, disuadirlo de intentar la reelección Luego, impedirle la salida por el maximato Más aún, humillarlo ante la opinión pública mundial, arruinarle la posible presidencia de la Organización Mundial de Comercio y amenazarlo con llevarlo a prisión, como a su hermano Finalmente, sacarlo del país, mientras los capos gozan de buena salud" El autor de Adiós al PRI anticipaba que la lucha en el interior del sistema seguiría, con costos para la sociedad, pero también para el partido oficial Esta guerra "es la negación misma del sistema que prosperó durante medio siglo y que nació precisamente para evitar la violencia: para repartirse el queso sin sacar la pistola Hasta ahora (agosto del 95), la guerra la han perdido los Salinas, los Ruiz Massieu, Camacho, Colosio y muchos otros, pero no la ha ganado nadie Antes de que la sociedad pudiera hacerlo, Salinas y sus enemigos acabaron con el PRI" Pero Zaid advertía que eso no llevaba automáticamente al triunfo de la revolución cívica "Los capos sueltos ya no son el PRI, pero tampoco son la democracia () Las oportunidades de la revolución cívica, por ahora, son geográficas: ganar estados y municipios Pero la geografía acabará por pesar, en unos cuantos años Basta con un avance perfectamente posible: ganar el Distrito Federal en las elecciones de 1997, reducir el peso del PRI en la Cámara de Diputados, para que la balanza se incline decididamente a favor de la alternancia presidencial en el año 2000" Así ocurrió El deseo de cambio Concluyó la era del PRI, "que tuvo sus grandes avances y sus grandes retrocesos, que tuvo sus momentos estelares y sus momentos trágicos", dijo Jorge Castañeda "Empieza ahora una nueva era, que agarrará vuelo el 1 de diciembre Me parece que no reconocer eso sería una gran ceguera Se dio la alternancia posible, la que tenía cabida en el país ahora; no era, como prácticamente en ningún país ha sido, la alternancia por la izquierda; la salida de los regímenes autoritarios, por las razones que se quiera, no han tendido a ser por la izquierda Se dio la alternancia por el centro, que es como se suele dar, y ahora lo que falta es transformar eso en una alternancia más consensual, con un apoyo más amplio Hay que ensanchar los límites de la alianza foxista" Castañeda, estratega de la campaña de Fox, resaltó el elemento decisivo en la derrota del PRI: "El factor clave fue el deseo de cambio de la sociedad mexicana Lo importante de esta elección es que más de 60% de los mexicanos votó por el cambio; incluso una parte no despreciable del electorado de Francisco Labastida también votó por el cambio, en mi opinión equivocadamente" Concluye: con la alternancia "se cercena ese cordón umbilical entre partido y Estado que ha sido característico de la vida política mexicana durante 70 años También será una transición en ese sentido Pero creo que el PRI podrá sobrevivir y que le hará provecho estar en la oposición" (Proceso 1235, 3 de julio de 2000)

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