Escultura monumental para Dolores Olmedo

lunes, 29 de julio de 2002 · 01:00
Desde la ciudad de Cuernavaca hasta la exhacienda de La Noria, en Xochimilco, se transportaría en 1998 una reina tehuana en bronce, de 2 70 metros de altura La escultura tenía nombre y apellido Era una sonriente Dolores Olmedo Patiño que elaboró el pintor, escultor, muralista y grabador Luis Strempler para el museo privado de la coleccionista y empresaria La obra se inauguraría a finales de octubre de ese año en la residencia y Museo Dolores Olmedo, según dijo ella misma a Proceso en octubre de 1998, y se colocaría a la entrada, en donde se ubica la escultura de José Juárez Coatitlán (en náhuatl, "lugar de serpientes"), y fungía hasta ahora como icono del lugar Strempler habló sobre el proyecto en el que trabajó durante un año: "Será la primera impresión que tengan los visitantes de este maravilloso museo, por eso la obra transmite una sonrisa y da la bienvenida al público Quise que la escultura transmitiera entusiasmo para que la gente continúe con gusto el recorrido La actitud de la señora fue de una exaltación a la sensibilidad, tiene un brazo levantado y mirada de satisfacción Quisiera que hablara y dijera: 'Sean bienvenidos Espero que en todos los que pasen por aquí se acreciente el amor por México, ese amor que yo siento'" El artista la consideró como una de las piezas más importantes que había logrado Strempler, autor de diversos murales en la Ciudad de México y acreedor de una decena de premios, aseguró que la escultura de Dolores Olmedo la hizo "con mucho amor, mucho cariño, con una factura y ejecución de alta fidelidad, respetando la belleza que tiene la señora en sí y el detalle muy trabajado de uno de los vestidos más suntuosos en el país, el de lujo de la reina tehuana, con todo y tocado" En el concurso para realizar la obra quedaron atrás los proyectos de otros artistas, como José Juan Soriano, Humberto Peraza, entre otros, ya que Olmedo Patiño en persona decidió, según los bocetos que le presentaron, cuál era su preferida para decorar el museo con mayor cantidad de obra de Diego Rivera y Frida Kahlo en el país Respecto de los requisitos que puso la patrocinadora de la obra para su propia imagen, aseguró Strempler que no hubo casi injerencia: "Sólo sugirió añadir al jicalpextle que lleva cargando con una mano, unas tunas Como a mí también me gustan, no tuve el menor inconveniente" Por iniciativa propia, el artista añadió también a su obra la figura de uno de los perros favoritos de Olmedo, ya muerto, un xoloescuintle de nombre Nahual, de 70 centímetros "Este detalle le gustó tanto a la señora cuando vino a Cuernavaca a ver la obra terminada ?narró?, que pidió que le hiciera una réplica para colocarla en la tumba del perro que está también en la residencia de La Noria" Para Strempler, realizar la pieza ?que fue fundida por su yerno, el también escultor Ricardo García? le representó "un privilegio", ya que "su generosidad se muestra al haber donado su colección, su casa, su arte al país; como lo reconocieron hace poco en Venecia, es una de las promotoras de arte más importantes en el mundo" Sobre la idea de vestir de tehuana a Olmedo, como lo hizo Diego Rivera en un óleo, dijo: "Fue una feliz coincidencia Sólo que yo le puse el traje de lujo, de reina, que tiene colores más brillantes, muchos más bordados, así como el velo de fiesta" La represento, abundó, "en un momento de plenitud en la vida Somos como las flores, en un momento alcanzamos el máximo de color, de expresión, de fragancia Así está Dolores Olmedo en la escultura, con ese carácter y plenitud, con esa su mirada tan especial" (Proceso No 1144, 5 de octubre de 1998)

Comentarios