Crónicas de tortura y desapariciones

martes, 13 de agosto de 2002 · 01:00
Acapulco, Gro - Durante la década de los setenta y principios de los ochenta, el proyecto de Universidad Pueblo ?impulsado por Rosalío Wences Reza? fue visto por los gobiernos de Israel Nogueda Otero y Rubén Figueroa Figueroa como "semillero de guerrilleros" La represión fue consecuente con esta visión, sobre todo durante el gobierno de Figueroa, quien después de haber sido secuestrado por Lucio Cabañas en 1974, veía guerrilleros por todas partes, sobre todo en universitarios que respondían al proyecto de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), que entonces se vinculaba con los grupos sociales más desprotegidos y que se hermanaba con los movimientos campesinos y populares De los 482 casos de desapariciones forzadas que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tiene registrados, 386% ocurrieron durante el gobierno de Figueroa Las víctimas no sólo fueron campesinos y presuntos seguidores de grupos guerrilleros que continuaron los pasos de Lucio Cabañas, sino también estudiantes y profesores universitarios Rosalío Wences Reza, tres veces rector de la UAG; Enrique González Ruiz, uno de sus sucesores; así como Juan Guillermo Juangorena Tamayo, universitario detenido, dan a conocer a Proceso sus testimonios sobre las desapariciones forzadas en Guerrero durante el gobierno de Figueroa y la participación en ellas de Mario Arturo Acosta Chaparro, actualmente procesado por delitos contra la salud Wences ?exdiputado federal por el PRD y exdirigente estatal de ese partido? cuenta que en su primer rectorado, entre 1972 y 1975, los universitarios fueron reprimidos por el gobierno de Israel Nogueda Otero, quien al final trató de "enderezar" la relación con la universidad al intervenir para liberar al entonces director de la Preparatoria 9 de Chilpancingo, Antonio Hernández, secuestrado en 1975 "A Hernández lo secuestraron un jueves o viernes, hablé con el gobernador un sábado y me preguntó cuáles iban a ser las consecuencias del secuestro Le dije que esa escuela iba a estar movilizada y en ese momento la Preparatoria 9 era de las más combativas Le advertí que tomaríamos la calle otra vez "El lunes en la tarde, Hernández estaba libre Empezaban a mejorar las relaciones con Nogueda, pero el miércoles, dos días después, ya no era gobernador, pues el Senado decretó la desaparición de poderes, promovida por Figueroa" El 18 de julio de 1978, siendo gobernador Figueroa, Hernández y Alejandra Cárdenas fueron secuestrados, torturados por agentes al mando de Acosta Chaparro y desaparecidos durante un mes Wences Reza asegura que Figueroa tomó el control del estado de Guerrero antes de asumir el cargo en abril de 1975 Así, en marzo, tres días antes de la sesión del Consejo Universitario para calificar las elecciones de cambio de rector, ganadas por Arquímedes Morales Carranza, 11 consejeros fueron secuestrados Días más tarde, gracias a las movilizaciones, los consejeros fueron entregados por Acosta Chaparro a Wences Reza "Me entregó a los 11, previo recibo, en el Ocotito Eso prueba que Acosta había tenido que ver con los secuestros" La intención de desarticular a la UAG continuó con la toma de instalaciones, en la que participaron porros armados, en Acapulco, Chilpancingo y Taxco; en esta ciudad, recuerda Wences, "fue la policía municipal la que tomó las instalaciones; ya operaba Acosta como jefe de todas las policías del estado, cargo que oficialmente tuvo meses después de que Figueroa asumió el cargo" En el segundo período de rectorado de Wences, entre 1978 y 1981, Figueroa amenazó con retirar el subsidio a la universidad: "Era un hombre represivo y autoritario, pero también era de palabra ?recuerda Wences? Si se comprometía a algo, lo cumplía, pero si decía que iba a levantarnos la canasta, teníamos que prepararnos Y salimos otra vez a las calles, cosa que no le gustó, y rompimos cualquier trato" En la década de los setenta, señaló el exrector, "hubo desapariciones de universitarios a lo largo y ancho de Guerrero Algunos de los que fueron secuestrados por la policía, como Eloy Cisneros, Octaviano Santiago Dionicio y Juan García Costilla, viven gracias a las movilizaciones que organizaban los universitarios A otros lamentablemente no pudimos salvarlos porque no nos enteramos a tiempo En esa época se dijo que a los detenidos los subían a helicópteros y los aventaban al mar Quienes cuentan eso fueron amenazados de ser lanzados Conocí uno que me lo dijo, pero no tenemos más evidencias" El miedo Enrique González Ruiz, sucesor de Wences en su segundo período de rector, fue abogado de la UAG seis años antes, tiempo en el que le correspondió defender jurídicamente a varios de los universitarios que permanecieron desaparecidos antes de ser procesados Tuvo que negociar con Acosta Chaparro la presentación con vida de los detenidos Narra cómo a Wences Reza, Servando Alanís Santos, entonces secretario técnico de la UAG, y a él mismo, Acosta Chaparro les entregó a un profesor y a tres estudiantes, secuestrados y torturados en 1978 "Acosta nos citó a Wences y a mí a las seis de la tarde en el zoológico de Chilpancingo Le sugerí al rector que lleváramos a Servando Alanís, que era priista, como protección Cuando llegamos estaba Acosta solo, con una bolsa bajo el brazo, de la que se asomaba la cacha de una pistola 45 Nos invitó a entrar al zoológico y empezamos a caminar Nosotros no sabíamos cómo abordar el tema, cómo pedirle a los estudiantes Como el zoológico está en una hondonada, pudimos ver movilización policiaca en las calles Una vez que oscureció, después de una hora y media de dar vueltas y de hablar de temas ajenos al estado, Acosta nos indicó que era hora de irse "En una calle, mientras Acosta se despedía de nosotros, apareció de repente un carro negro enorme, un Grand Marquis tal vez, y de él se bajaron dos judiciales, y con una maniobra espectacular le abrieron la puerta a Acosta, se subió y en ese instante llegó una Combi blanca sin placas, se abrió la puerta y aventaron a los muchachos al suelo" Según González Ruiz, en el gobierno de Figueroa "el miedo era tan espeso que se podía cortar con cuchillo", en buena parte por el sistema de vigilancia de Acosta Chaparro "La primera vez que hablé con él para pedir la presentación con vida del profesor Maclovio Sauto, Acosta Chaparro me dijo: ?Usted es Enrique González Ruiz, un abogado chinito, que tal día llegó a Acapulco procedente de Culiacán en el vuelto tal, y que vive en tal domicilio? Es decir, que me tenía bien checado Finalmente, Sauto fue presentado vivo", narró Señaló que durante el gobierno de Figueroa se utilizó a informantes políticos que "comparten la misma responsabilidad que Acosta Chaparro y sus secuaces en las desapariciones Muchos universitarios desaparecidos, y cuyos casos no están siendo investigados por la CNDH, fueron señalados por Heriberto Noriega Cantú, exdirector estatal del DIF, exdiputado federal y local por el PPS, y exsecretario de Desarrollo Social, por Jesús Herrera Vélez expresidente municipal de Coyuca de Benítez, depuesto por la matanza de Aguas Blancas, por Alfredo López Maravilla y Obdulio Ceballos, entre otros, a los que se les llamó los guerrilleros arrepentidos" La cárcel clandestina Egresado de la Facultad de Medicina de la UAG y maestro de inglés de la Preparatoria 17, Juan Guillermo Juangorena Tamayo permaneció en Guerrero con otra identidad por ser perseguido político Originario de Sinaloa, donde fue dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria de Sinaloa (FEUS), tomó el nombre de Juan Guillermo Hernández Díaz cuando llegó a Guerrero en 1973 Entrevistado en su consultorio, narró en el 2001, para Proceso, cómo fue detenido, torturado y después liberado por Acosta Chaparro: "En los primeros días de marzo de 1978, tuve una seria confrontación con Obdulio Ceballos, que supuestamente había estado en la brigada de Lucio Cabañas, pero ya se había convertido en policía político y estaba ligado al grupo de Acosta Chaparro Por esos días, Ceballos fue asesinado al salir de la Preparatoria 7, y el 21 de abril fui detenido con otros muchachos que estaban conmigo en una casa de un estudiante Supongo que Ceballos le informó a Acosta sobre la confrontación que tuvimos, porque se me acusó de ser el autor del crimen", comentó Tres días después de los hechos, 15 estudiantes fueron liberados, pero Juangorena, José Mendoza Moreno, Filemón Cardoso Echeverría y Efraín Torres Fierro permanecieron en una cárcel clandestina hasta el 25 de junio de 1978, tiempo en el que fueron sometidos a todo tipo de torturas, para obligarlos a confesarse guerrilleros y responsables del asesinato de Ceballos "Ahí conocí a varias secuestrados, entre ellos dos campesinos de la sierra de Atoyac, uno de ellos de nombre Eusebio, quien me comentó que días antes Carlos Díaz Frías, dirigente de la FEUG, había sido terriblemente torturado y se suicidó en la celda Nadie sabe qué hicieron con el cuerpo, nunca apareció, como tampoco aparecieron otros dos detenidos que reconocí como gente de Octaviano Santiago Dionicio, Concepción Gutiérrez Rendón y Fredy Radilla, quienes llegaron 30 días después de que nosotros fuimos detenidos", apuntó Recordó que después de una sesión de tortura en la que estaba casi moribundo, Radilla le advirtió que iba a revelar lo que sabía sobre el asesinato de Ceballos, lo que ocurrió en una segunda sesión, según contó Después de esto no se volvió a saber nada de él ni de Gutiérrez Rendón En la cárcel clandestina, que el médico ubicó en las instalaciones de la Secretaría de Protección y Vialidad de Acapulco, pudo conocer los nombres de sus torturadores a través del testimonio de otro preso, un ladrón de coches Entre los nombres, además de Acosta Chaparro, Juangorena recuerda a los hermanos Tarín, Gustavo, Manuel y Alfredo, así como a otros apellidados Tumalán y Ríos, y a uno más apodado Saboranola Luego de ser entregado con los estudiantes al rector Wences Reza, Juangorena recibió un mensaje de un miembro del equipo de Acosta, de apellido Ríos, en el que le advirtió que su jefe sabía su verdadero nombre, que sabía que era de Sinaloa y que había planes para asesinarlo simulando un enfrentamiento para después revelar públicamente su identidad y calificarlo de guerrillero "Yo le conté esto a Wences y entonces me ayudó a salir del estado y a solventar mis gastos con medio sueldo Estuve tres años promoviendo el SUNTU, y es ahí donde planté mi nombre real, que era perseguido político y que quería acogerme a la Ley de Amnistía Me apoyó Rosario Ibarra de Piedra y en 1981 fui amnistiado" Una vez amnistiado, Juangorena fue a Acapulco y descubrió que "ahí sigue el galerón, que todavía están las celdas y la sala de tortura, que todavía está el árbol de capulín del que los bomberos, que ahí estaban en los años setenta, cortaban capulines y nos los aventaban a las celdas" La descripción que hace Juangorena de la cárcel clandestina coincidió con narraciones de otros sobrevivientes, como Antonio Hernández y Alejandra Cárdenas Miguel Flores Leonardo, exmiembro de la organización guerrillera Vanguardia Armada Revolucionaria (VARP), detenido el 14 de junio de 1977 y liberado en diciembre de ese mismo año por Acosta Chaparro, fue testigo de por lo menos 37 desapariciones, entre ellas varias de "mujeres embarazadas y niños", además de miembros de organizaciones guerrilleras de otros estados En su familia hubo cuatro desapariciones En su testimonio, Flores Leonardo recuerda: "Acosta Chaparro fue uno de los que directamente me torturó En una ocasión, la gente de Acosta Chaparro llevó a la cárcel a la esposa de un compañero, no sé cómo se llama, sólo sé que no tiene un ojo y lo detuvieron en La Mira Delante de (él) la gente de Acosta Chaparro la violó La tortura fue para todos" Juangorena, que ya rindió su declaración ante la CNDH, advirtió que "si realmente se quiere hacer justicia, deben empezar a llamar a todos los que estaban ligados, a todos los que sabían cómo operaban las cárceles clandestinas, no sólo a los militares, sino a los agentes del Ministerio Público, las secretarias y hasta los bomberos que escuchaban los lamentos de los secuestrados, porque ellos también son cómplices" (Proceso 1290 del 23 de julio de 2001)

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