Caso Posadas: misteriosa reunión en Los Pinos

domingo, 22 de septiembre de 2002 · 01:00
* Le exigieron no interferir en la ruta Guadalajara-Tijuana de narcotráfico y prostitución Guadalajara, Jal (apro)- Días antes de ser asesinado, al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo le hicieron "proposiciones indecorosas" en Los Pinos Querían, quienes con él se reunieron, que los dejara en paz, que no interfiriera en la ruta Guadalajara-Tijuana de narcotráfico y prostitución, entre otras actividades ilícitas A cambio, el arzobispo recibiría para su actividad pastoral lo que pidiera En una diligencia ministerial reciente del caso Posadas Ocampo, un amigo del arzobispo llamado Ignacio y de cuyo apellido se pidió reserva, se menciona abiertamente por primera vez el nombre del poderoso asesor de Carlos Salinas de Gortari, el francés José Córdoba Montoya, quien estuvo en la misteriosa reunión en Los Pinos, junto con Manuel Camacho Solís y Luis Donaldo Colosio, quien posteriormente también fue asesinado, el 23 de mayo de 1994 en plena campaña presidencial Sobre los pormenores de la reunión dio cuenta en su declaración el amigo del prelado ?de la cual "Apro" tiene una copia-- Ignacio es amigo de la infancia de Posadas Ocampo, con quien se reunió días antes de que fuera asesinado, luego de regresar de una cita en la Casa Jalisco, con el entonces gobernador Carlos Rivera Aceves Faltaban sólo dos o tres días para que lo ejecutaran en el estacionamiento del aeropuerto internacional "Miguel Hidalgo y Costilla" de esta capital de 1992 Eran aproximadamente las 6:30 de la tarde de aquel día en que su amigo, por petición del propio Posadas Ocampo había venido de lejos para comer con él en la residencia arzobispal, en Tlaquepaque, Jalisco No obstante, el encuentro no se pudo dar a la hora señalada fue llamado a una reunión con el gobernador "Me mandó llamar de urgencia el gobernador a la Casa Jalisco (la residencia oficial) y en estos momentos voy saliendo hacia allá", le dijo el propio prelado al amigo llamado Ignacio, que recién llegaba pasadas las 15:00 horas "Aquí nos vemos más tarde", le prometió Posadas a don Nacho cuando ya se enfilaba, en su Grand Marquís blanco manejado por Pedro Pérez Hernández, a su inesperada cita De su encuentro con el gobernador interino no se sabe mucho, sólo que quiso convencerlo, con todo tipo de argumentos habidos y por haber, de que aceptara la propuesta que le habían hecho en Los Pinos Lo que sí es cierto es que el cardenal llegó muy alterado "Pero ahí vas de barbero", lo encaró, entre broma y veras el amigo Ignacio Entre ambos había mucha confianza y por eso le pidió que viniera lo más rápido posible desde la ciudad donde reside "Tenía muchas cosas muy importantes que quería platicarme", dijo Es más, el arzobispo quería que se viniera a desayunar con él, aunque manejara de noche o madrugara bastante --¿Acaso crees que estoy a media hora de Guadalajara? Son, al menos, cuatro horas de camino --Entonces, te espero aquí para comer El amigo Ignacio, que ya lo esperaba en la quinta arzobispal, lo vio que "venía muy estresado, pensativo, intranquilo y muy cansado" Por eso le dijo que mejor se fuera a descansar Pero no El cardenal no le hizo caso a su huésped y viejo amigo Juntos salieron de la pequeña capilla que está al centro de la casona; recorrieron el jardín, pasaron por un lado de la alberca; luego el largo corredor en forma de L cubierto por un renovado tejado Pasaron por varias habitaciones en busca de un lugar aislado donde pudieran platicar sin temor de ser escuchados Por fin, donde se sintieron más cómodos, se sentaron a platicar La angustia y el miedo no se iban del moreno rostro del corpulento purpurado que ya no aguantaba más y le confesó a su amigo: "Oye Nacho, fíjate que hace algunos días me citaron en Los Pinos y me hicieron proposiciones indecorosas, en el sentido de que no me metiera en el corredor Tijuana-Guaddalajara de prostitución y otras cosas (narcotráfico, aclararía después), a cambio me daban todo lo que yo quisiera para mi ministerio y como para mí sentí una ofensa tremenda me levanté intempestivamente y me retiré de esa reunión "Iba a abrir la puerta para salirme de ese recinto cuando me alcanzó José Córdoba Montoya, casi me quería cachetear porque se sentía muy ofendido de mi actuación Cogió la puerta y me la aventó detrás de mí y gracias a Dios no me golpeó Estoy muy preocupado y quiero hacerte una pregunta: ¿Has sentido odio por alguna o por algunas personas? Y si lo has sentido ¿cómo es? Explícame ¿cómo se siente?" Había empezado el calvario y la agonía del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, quien fue asesinado el 24 de mayo de hace más de diez años, a eso de las 15:35 horas en el aeropuerto de Guadalajara, junto con otras seis personas, entre ellas, su chofer La anterior declaración --de la que "Apro" tiene copia-- fue hecha ministerialmente, en una de las más recientes diligencias del caso Posadas Ocampo, por el tal amigo Ignacio, de cuyo apellido se pidió reserva En las decenas de declaraciones de testigos, policías, indiciados, allegados, sacerdotes, amigos, etcétera, no se había mencionado, al menos abiertamente, el nombre del exasesor de Carlos Salinas de Gortari, quien estuvo presente en ese encuentro, además de Manuel Camacho Solís, y Luis Donaldo Colosio

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