Mariano Azuela, nueva burguesía

viernes, 31 de octubre de 2003 · 01:00
México, D F, 30 de octubre (apro)- El escritor Mariano Azuela, abuelo del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que lleva su nombre, fue un prolífico escritor que documentó las miserias de la sociedad mexicana rural, pero también de la política urbana posrevolucionaria En Los de abajo, su novela más conocida, el médico de Lagos de Moreno, Jalisco, describe los desvíos ideológicos que dieron origen a la Revolución Mexicana, una línea que manifiesta su capacidad de indignación ante las míseras condiciones de la mayoría de los mexicanos anónimos, sus principales protagonistas desde que se inició en las letras Desde 1915, que escribe Los de abajo, hasta finales de la década de los treinta, cuando los sucesivos gobiernos revolucionarios han dado rumbo al país y se ha gestado también una nueva clase privilegiada, Azuela González es un observador incorruptible A esa congruencia obedece la manufactura de Nueva burguesía, aparecida en 1941 Se trata de un retrato de los nuevos ricos que irrumpen gracias a los saqueos que estimuló la impunidad de sectores corrompidos de los gobiernos revolucionarios, pero también del anhelo de muchos mexicanos que, a costa de su propia integridad, apostaban por un rumbo distinto de la Nación Como cristiano y liberal, Mariano Azuela detestaba la corrupción y era intransigente ante la injusticia, sin cuyos atributos difícilmente hubiera escrito novelas que le dieron lustre y nuevos caminos a la literatura, a la Novela de la Revolución No se entienden María Luisa (1907) y Los fracasados (1908), sus primeras aproximaciones a la novela, sin las influencias europeas del Naturalismo, que lo conducen a Mala Yerba (1909), que representa ya la línea de su vigorosa narrativa Si hay en la obra de Azuela algún elemento predominante es el de justicia, que las leyes suelen no necesariamente cumplir Por eso los realistas asesinaron, con el consentimiento cómplice de la Iglesia católica, a Miguel Hidalgo y a José María Morelos y Pavón, compañeros de Pedro Moreno, de quien el escritor confeccionó una biografía impecable, Pedro Moreno, el insurgente Azuela dejó herencia: Arturo, escritor que en El tamaño del infierno, describe a Lagos en el que aparece su abuelo justiciero, terruño por cierto de Ramón Muñoz, el consejero de Vicente Fox, y Mariano, hombre de leyes que preside la SCJN, quien, apenas el martes 28, se alzó como adalid de la justicia, la libertad y la democracia “Cuidado con el populismo”, clamó el formalmente jefe del Poder Judicial mexicano, al referirse, sin mencionarlo por su nombre, al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, indignado por el fallo para liquidar con mil 800 millones de pesos a un particular por el Paraje de San Juan El exabrupto de Azuela obedece a que confunde la manipulación con la indignación Según él, quienes se indignan ante la corrupción, como su abuelo, son presas de la manipulación de personajes perversos y proclives a desbaratar las leyes Se entiende la respuesta de Azuela Güitrón, que se dio un contexto de la libertad que da la lectura, y tiene razón en ese sentido, como también en lo que representa una de las debilidades mayores de México: el respeto a la ley Pero en caso del Paraje San Juan, como en otros muchos, hay un contrasentido entre ley y justicia A todas luces es injusto que los capitalinos antepongan la entrega de una parte de su patrimonio a los ejercicios corruptos de un puñado de pillos En el nombre de las leyes se operó el mayor saqueo que ha padecido México, el rescate bancario, conocido como Fobaproa, que ha hipotecado generaciones de mexicanos Y en nombre de las leyes se convalidó el fraude electoral de 1988 Y sólo con estos dos ejemplos se encumbró una nueva burguesía, una nueva alta burocracia corrupta y corruptora, un grupo que en su momento condenó el abuelo de Azuela, quien de estar vivo la combatiría desde la literatura Es cierto, como dice el ministro de la SCJN, es preciso el respeto a las leyes y la sanción a los que las violan Pero también es indispensable la justicia, que en el caso del Paraje San Juan está ausente Y la ley todavía tiene posibilidad de ser justa: Que el pleno resuelva crear una comisión investigadora para, precisamente, acreditar si efectivamente en el caso todo ha sido legal y justo En caso de que no sea así, asumirlo Azuela no sólo sería un hombre de leyes, sino --como su abuelo-- un hombre de justicia Comentarios: delgado@procesocommx

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