Economía contra cultura

sábado, 15 de noviembre de 2003 · 01:00
Estos fines de año, tiempos de presupuesto, son particularmente negativos en cuanto a las posiciones que se tienen que defender, supuestamente por razones económicas aunque suele parecer que en rigor se defienden las posibilidades de hacer valer el poder Venustiano Carranza, en su discurso inaugural del Constituyente del 1° de diciembre de 1916, allá por Querétaro, sostenía que la principal reforma a la Constitución previa de 1857 tendría que romper el incómodo equilibrio entre el Legislativo y el Ejecutivo al que el Primer Jefe atribuía los conflictos permanentes del siglo XIX En parte lo logró ya que la Constitución vigente consagra claras preferencias para el Ejecutivo Sin embargo, en estos tiempos en que el triunfo personal de Vicente Fox, acompañado a medias por el PAN, lo llevó a romper el monopolio del PRI, la inexistencia de mayorías absolutas en el Congreso de la Unión ha generado un serio conflicto, de perspectivas diferentes, entre el Legislativo y el Ejecutivo Su principal manifestación se ha dado, precisamente, en los intentos de aprobación del Presupuesto de Ingresos Y el Ejecutivo, como es lógico, aparece ya desprovisto de su antigua hegemonía Lo curioso es que las armas que esgrimen las partes son diferentes El Gobierno, con protagonismo, como es natural, de la SHCP, anuncia pobrezas angustiosas para el caso de que no se aprueben los aumentos fiscales solicitados Y, en una acción que tiene más de chantaje que de verdaderos propósitos, declara insostenible el apoyo a organismos paraestatales: el Colegio de Postgraduados (Chapingo, una institución de excelencia), el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua; el Instituto Mexicano de Transporte y el Instituto Nacional de Pesca, todos vinculados de manera estrecha a la política alimentaria del país que no es precisamente excelente y así lo sería mucho menos Por otra parte la SHCP propone nada menos: ya lo hizo antes, gravar con IVA a los libros, periódicos y revistas y, en la misma línea de vender lo que el Estado tiene, se quiere desprender de los históricos Estudios Churubusco, de NOTIMEX y de Institutos de arte De otro lado el PRI, por cierto que dividido, se opone con toda su fuerza y alianza visibles con el PRD: la reunión de Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Bartlett y el gobernador Murat ha sido muy expresiva, a que se aumente el IVA a alimentos y medicinas, lo que sin la menor duda encarecería la vida de la parte más importante de nuestra población, en estado de pobreza aguda o de miseria insoportable En todo se manifiestan tendencias contra valores muy importantes de nuestra vida: cubrir las necesidades sociales; premiar el esfuerzo de autores que aportan al desarrollo del país lo mejor de sus conocimientos o de su gracia literaria; el arte cinematográfico que ha vuelto por sus viejos fueros en los últimos, difíciles tiempos o la perfección científica Pero por lo visto lo que importa es atender a las necesidades de los dueños de las finanzas, por cierto que escasamente mexicanos en esta etapa y de los grandes emporios industriales, ansiosos de rebajar las condiciones de los trabajadores a través de un proyecto conservador y fascista de reforma a la LFT No soy el más indicado, por supuesto, para opinar de cuestiones financieras Pero sí de las implicaciones que esas soluciones financieras previstas pueden provocar en los terrenos de la ciencia, el arte y la cultura que expresan valores de alto rango en nuestro país Claro está que considerando en primer término las necesidades dramáticas de la mayoría de nuestra población Quizá la palabra adecuada sea “equilibrio” Con todo lo que puede implicar de ciertos sacrificios de quienes ocupan la zona minoritaria en población pero muy mayoritaria en recursos Que los ricos no lo sean tanto o, por lo menos, que no traten de serlo más Y que la gran mayoría no tenga que buscar soluciones de enorme riesgo más allá de nuestra frontera norte México es generoso en recursos El problema es distribuirlos de manera justa El riesgo de que las cosas no sean así es, en mi concepto, muy alto Y más vale no enfrentarlo en situaciones de violencia

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