Persiste la presencia de grupos de "autodefensa" en Chiapas
* Técnicamente no se les puede ubicar como paramilitares, dice la Iglesia católica
San Cristóbal de las Casas, Chis , 30 de diciembre (apro)- Si no hay justicia plena en México, nunca podrá haber una paz permanente en Chiapas, expresaron el obispo de esta ciudad Felipe Arizmendi Esquivel y su auxiliar Enrique Díaz Díaz, en la víspera de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) celebre los diez años de su rebelión en contra del gobierno federal
“En la medida que haya justicia, democracia y libertad para todos, en especial para los pobres, se harán innecesarias las armas México no puede estar tranquilo mientras miles de indígenas, descendientes de los primeros pobladores de estas tierras, dueños legítimos de una cultura milenaria y de territorios propios, sigan siendo marginados y excluidos, al no reconocerles plenamente sus justos derechos”, dijeron en conferencia de prensa, al adelantar la lectura de su “Mensaje de Año Nuevo 2004: la paz es posible y necesaria”, el obispo sucesor de Samuel Ruiz García, y su auxiliar Díaz Díaz
Los obispos denunciaron también que en Chiapas persiste la presencia de grupos civiles armados, aparte del EZLN, que no se pueden identificar como paramilitares, pero que están armados para la “autodefensa”
Son “grupos armados, sí, pero no grupos propiamente paramilitares, el término técnico no se aplica plenamente, porque también técnicamente significa que sean promovidos desde el gobierno y con asesoría militar; técnicamente no veo que se pueda aplicar”, abundaron
En Chiapas “no han desaparecido las armas, lo cual siempre es un peligro para la convivencia pacífica”, sostienen
Al cumplirse este próximo primero de enero los diez años de la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), destacaron la lucha para que los indígenas tengan mayor conciencia de su dignidad y sus derechos, que sean sujetos de su historia, tanto en la Iglesia como en la sociedad, y que vivan con mayor justicia “Es una tarea que por muchos años ha desarrollado esta diócesis”
Hicieron un reconocimiento público al obispo emérito Samuel Ruiz García, quien luchó arduamente por los derechos de los pueblos indios, “lo que le causó muchas incomprensiones
“No se le puede negar su gran mérito en la promoción de los indígenas y en la defensa de sus derechos En esa línea hemos procurado mantenernos, pues la opción por los pobres es una exigencia del Evangelio, que no se debe perder nunca, ni aquí ni en ninguna parte”, destacaron en el documento
La Iglesia católica aquí recordó que el mismo 1 de enero de 1994, los tres obispos de Chiapas --Samuel Ruiz, Felipe Aguirre y Felipe Arizmendi-- emitieron un documento en que sostenían que era justa la causa por la que algunos se habían levantado en armas, pues la pobreza, el racismo y la marginación no son ni humanas ni cristianas; sin embargo, no aprobaban dicho recurso
“No puede haber paz permanente si no hay justicia plena México no puede estar tranquilo mientras miles de indígenas, descendientes de los primeros pobladores de estas tierras, dueños legítimos de una cultura milenaria y de territorios propios, sigan siendo marginados y excluidos, al no reconocerles plenamente sus justos derechos”, subrayaron
“La lucha pacífica por la justicia debe seguir, y en ella todos hemos de involucrarnos, sin esperar que todo lo resuelva el gobierno”, apuntan en el documento
Celebraron también que el EZLN haya obedecido la indicación que le dio la sociedad civil de no acudir más a las armas, sino el ser un movimiento político de transformación social
Elogiaron el hecho de que, como sí ocurre en otras regiones del mundo con otros grupos armados, los zapatistas no haya recurrido al terrorismo, al secuestro, ni a nuevos enfrentamientos bélicos
“Luchar por cambiar el sistema económico mundial, por mejorar nuestro sistema político, social y cultural, e incluso por lograr una reforma del Estado mexicano, es una tarea a la que hemos de sumarnos, pues en la medida en que haya justicia, democracia y libertad para todos, en especial para los pobres, se harán innecesarias las armas
“Como los mismos dirigentes zapatistas han dicho: luchar por la justicia es la mejor manera de desarmarlos Que se desgasten, pues, las armas, que su pudran, que desaparezcan; pero que no se desgaste la lucha pacífica por la justicia”, insistió Arizmendi
Reveló que ha dialogado con algunos senadores de PRI, PAN y PRD, incluso con el secretario de Gobernación Santiago Creel, para ver la posibilidad de que se pueda reabrir el debate sobre la Ley de Derechos y Cultura Indígenas en el Congreso de la Unión
En este balance, destacó el hecho de que los zapatistas hayan rechazado la ley indígena elaborada por el Congreso, lo que provocó que los rebeldes hicieran “sus propias autonomías”, que representa ciertos riesgos porque “se hacen dos marcos jurídicos que muchas veces son irreconciliables, y eso ha generado confrontación al interior de las comunidades
“Nos anima la esperanza de que no se avizore una posible reactivación de la guerrilla, con acciones bélicas; pero nos preocupa que no haya perspectivas de un nuevo diálogo con el gobierno, pues hay desconfianza y desencanto Lo más delicado en este momento es la división interna en las comunidades”, sostuvo el obispo
“Lo doloroso es que ahora se enfrentan indígenas contra indígenas, unos zapatistas y otros no zapatistas, pobres contra pobres Unos aceptan programas del gobierno, y otros los rechazan, con lo cual se pierde lo más típico de los pueblos, que es el consenso y los acuerdos”, abundó
El obispo reconoció que en Chiapas hay algunos avances, muchos indígenas han tomado conciencia de su dignidad y sus derechos, pero expresó que “es vergonzosa la marginación que aún persiste Hay muchas pequeñas poblaciones que carecen de servicios básicos
“Hay poblados que no tienen agua entubada, luz eléctrica, carretera y escuela Todavía muchos niños y mujeres mueren por enfermedades curables, sin servicio médicos A veces hay clínicas o casas de salud, pero sin medicinas; precios bajos en los productos del campo”, mencionó