Oaxaca, Oax , 8 de diciembre (apro)- El desabasto de medicamentos, la ausencia de personal calificado, la política de ajuste estructural y la falta de seguimiento y evaluación de los programas oficiales, son “focos rojos” que ponen en situaciones de riesgo al país, ya que se está destruyendo el tejido social comunitario, advirtió el Centro de Derechos Indígenas “Flor y Canto” Así, los derechos humanos en México sólo existen en la Constitución, en las normas, convenios y tratados internacionales que el país se ha visto obligado a firmar, es por ello que no se traducen en prácticas ordinarias de las autoridades y funcionarios, y mucho menos son conocidos y defendidos por la gran mayoría de la población, denunció la asociación civil a través de un diagnóstico realizado por la investigadora Mirna Cruz Ramos Ante la crisis en el servicio de salud en las comunidades indígenas, agravada por la violación a derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, consideró que es necesario que tanto el gobierno como los sectores de salud, educación y justicia, así como organizaciones sociales, autoridades municipales y mujeres de las comunidades, busquen caminos para un plan común que contemple: La diversidad cultural del estado de Oaxaca y del país, el reconocimiento e incorporación de los médicos tradicionales y su labor; el desarrollo de programas con equidad y género en todos los niveles; la aplicación de la legislación sobre violencia familiar y violación a los derechos sexuales y reproductivos, así como promover la capacitación y el respeto a las garantías sociales, económicas y culturales, entre otros En su “Diagnóstico de la atención a la salud en el municipio de Santa Cruz Itundujia, enfocado a la violación de derechos sexuales y reproductivos”, Cruz Ramos destacó que en México la mayoría de las mujeres desconoce sus derechos, ya que existe una educación específica para ello y, en la vida diaria, aparece como “normal” la permanente violación a estos derechos También cuestionó la falta de respeto al cuerpo de las mujeres, por la violación a sus derechos sexuales y reproductivos; mayor carga de trabajo; aumento de paternalismo y dependencia que no resuelven de raíz el problema y, finalmente, el atropello a la cultura comunitaria