*Aconseja a sus diplomáticos en Medio Oriente abandonar embajadas La paranoia contra supuestos ataques terroristas obligó al presidente de Estados Unidos, George W Bush, a elevar de amarillo a naranja el estado de alerta máxima, condición que no se repetía desde la conmemoración del primer aniversario de los atentados contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y el Pentágono, ocurridos en septiembre de 2001, al tiempo que aconsejó a sus diplomáticos en Medio Oriente abandonar sus sedes diplomáticas El mesiánico jefe de la Casa Blanca tomó la determinación luego de que miembros de su gabinete de seguridad le informaron de la existencia de amenazas terroristas “creíbles” y “corroboradas en distintas fuentes” Washington dio a conocer que el establecimiento del estado de prealerta máxima guarda relación también con la proximidad de la festividad musulmana del Haj, la peregrinación anual a la Meca La administración del arrogante Bus ordenó el viernes a sus embajadores en Medio Oriente abandonar sus sedes diplomáticas, en lo que según analistas constituye otro indicio del inminente ataque estadunidense a Irak, que durará días, según el secretario de defensa de ese país, Donald Rumsfeld El naranja es el segundo escalón de máxima alerta en una escala de cinco grados que la Oficina de Seguridad Nacional vincula oficialmente a un “significativo riesgo de amenaza de acciones terroristas” El jueves, el Departamento de Estado de la Unión Americana, en su paranoia antiterrorista, alertó públicamente sobre el riesgo “real” de acciones terroristas “con armas químicas y biológicas contra ciudadanos y militares estadunidenses” en todo el mundo “Los intereses y los ciudadanos de Estados Unidos corren un alto riesgo de sufrir ataques terroristas por parte de grupos vinculados a Al-Qaeda las acciones pueden incluir operaciones suicidas, asesinatos y secuestros”, argumentó la dependencia federal para preparar a los norteamericanos a una eventual guerra contra el régimen de Saddam Hussein 07/02/03