Vicios privados, virtudes públicas de la pareja presidencial

jueves, 6 de marzo de 2003 · 01:00
México, D F (apro)- Existe una película del director yugoslavo Micklos Jancso que es muy famosa por la temática que aborda y por un título tan cautivador que lo hemos utilizado en muchas ocasiones para describir los abusos del poder: Vicios privados, virtudes públicas Hoy, esa frase bien podría ser utilizada para la pareja presidencial Vicente Fox y Marta Sahagún La cinta italo-yugoslava de 1976 trata en el fondo los excesos de poder en que incurrieron integrantes de la familia real del imperio austro-húngaro a finales del siglo XIX y principios del XX, los cuales traspasaban los límites de la moral de la época, los principios legales y las normas de la gobernabilidad Hasta trastocar las razones de Estado En México hemos vivido casos similares con las familias presidenciales ¿Cómo olvidar las infidencias amorosas de Irma Serrano con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz publicadas en varios de sus libros? ¿Cómo negar las encerronas de Carmen Romano de López Portillo en las cuales participaban sus guardias de seguridad, todos jóvenes? ¿De qué manera desconocer la famosa relación de López Portillo con su exsecretaria de Turismo, Rosa Luz Alegría? ¿Acaso pueden caer en la desmemoria los negocios turbios de la familia Salinas? En su momento, los vicios privados de las familias presidenciales se han transformados en virtudes públicas o en “razones de Estado” que hay que proteger Esto es, las instituciones de gobierno han quedado supeditadas a los excesos particulares de la familia del presidente de la República en turno bajo la argumentación de que “sacar sus trapitos al sol” ponía en riesgo el buen gobierno o la gobernabilidad Esto es lo que parece estar aconteciendo con Marta Sahagún de Fox, la consorte presidencial Resulta que las ansias de poder de Marta Sahagún han puesto en jaque las instituciones públicas del país al quedar supeditadas, en los hechos, al proyecto multimodal “Vamos México”, a través del cual la esposa del Presidente se ha inmiscuido en las tareas educativas, de salud, asistencial y hasta políticas que corresponden única y exclusivamente al gobierno Desde el principio de este sexenio la figura de Marta Sahagún ha provocado polémicas y problemas innecesarios para el presidente Fox Al año de gobierno dejó de ser vocera presidencial para convertirse en la “pareja presidencial”; su decisión de comprar toallas a 4 mil 500 pesos ocasionó la salida del administrador de Los Pinos; su necedad de casarse por la Iglesia católica ocasionó conflictos con el Estado Vaticano que no reconoce el divorcio; la creación de la fundación “Vamos México” ha generado embrollos institucionales y, finalmente, su decisión de apoyar a los candidatos del PAN desde Los Pinos ya generó que por primera vez en la historia de la Presidencia de la República, el Jefe del Ejecutivo y su esposa hayan sido demandados ante los tribunales penales por violaciones a las leyes electorales Marta Sahagún lo mismo está en la promoción de 78 millones de ejemplares de las Guías de Padres de Familia coeditadas por el SNTE y apoyadas por Televisa, que en el equipamiento de centros de salud, de escuelas e incluso de alimentos De hecho, uno de sus primeros proyectos es que a través de los llamados Bancos de Comida que existen en los centros de abasto de todo el país, daría de comer a 10 millones de mexicanos al mes Al menos, así lo estableció en el primer informe de actividades de Vamos México El egocentrismo de Marta Sahagún ha supeditado las actividades de las secretarias de Salud, Educación, Desarrollo Social, Hacienda e incluso a la Presidencia de la República a su proyecto personal A cada acto de “Vamos México” asiste algún secretario de Estado a fin de cumplir con las metas trazadas por la esposa del Presidente Como una diáspora, la figura de Marta sonriendo beatíficamente se ha multiplicado en la publicidad de los supermercados, en la promoción de peleas de box, en programas de televisión, en las páginas de sociales y de moda, en las escuelas públicas y, ahora, en la propaganda electoral de su partido, el PAN La vanidad y la ambición (los vicios privados) de la esposa del presidente ya han rebasado por mucho las bardas de la residencia oficial, transformándose en virtudes públicas a un alto costo para uno de los principales soportes del Estado mexicano: la presidencia de la República Sin querer verlo de manera clara, el presidente Fox ha tomado como una afrenta personal toda critica a su esposa Y como si fuera una razón de estado la defiende “Todos aquellos que quisieron ver caer a la pareja presidencial, todos aquellos que están esperando a ver cuándo se tropiezan, van a beber una sopa de su propio chocolate”, amenazó el presidente Fox el viernes pasado luego de que toda la semana pasada su esposa había sido criticada en los medios de comunicación por haber utilizado el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, para un acto de proselitismo a favor de los candidatos a diputados y presidentes municipales del Estado de México Así, en sólo dos años de gobierno, Marta Sahagún se ha transmutado de vocera a esposa y principal bastión presidencial Es decir, Fox la ha convertido en una “razón de Estado” que defender, sin darse cuenta que lo que ayer fue su fortaleza personal e íntima hoy podría ser su peor debilidad, el hilo más débil por donde podría romperse y perderse todo su proyecto de “gobierno del cambio” Comentarios jgolmos@procesocommx

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